Afrontar un entorno de tipos de interés bajo mínimos no es fácil, y menos aún con la sospecha de que se mantendrá durante mucho tiempo. Pero en todo contexto económico hay oportunidades y, para encontrarlas, Jaume Puig, director general de GVC Gaesco Gestión, propone partir de los desequilibrios existentes en la actualidad en los distintos activos.
Puig analiza aquellos activos a los que se han dirigido los flujos en los últimos años, fundamentalmente los de renta fija, y concluye que existen desequilibrios por ese motivo. Como consecuencia de esas decisiones de inversión, y de las salidas de capital en renta variable, la renta fija está cara mientras la variable ofrece potencial, defiende en un reciente evento en Madrid bajo el título “10 ideas de inversión para rentabilizar el 2015”.
Así, al analizar las bolsas desde una perspectiva bottom-up, las valoraciones objetivas están muy por encima de los precios de mercado: el Ibex cotizaría con un descuento de casi el 30%, mientras el Euro Stoxx 50 lo haría con el 37,2% y el Stoxx 50, con el 26%. Un descuento que se mantiene a pesar de las últimas subidas bursátiles puesto que el potencial de revalorización de las bolsas este año era mucho más fuerte del que realmente se ha producido hasta ahora, sobre todo en los mercados emergentes.
Además, desde una perspectiva top-down, comparando las subidas de los índices bursátiles con el crecimiento del PIB corriente en los últimos siete años se puede observar que la revalorización de las acciones no ha acompañado al crecimiento: mientras en el mundo emergente las bolsas han caído un 20% desde 2007, el crecimiento económico ha sido del 90%; en la zona euro esta relación es de una caída del 40% frente al crecimiento de casi el 7%. En EE.UU. sí está equilibrado: el país ha crecido el 20% y los mercados se han revalorizado un 30%.
Por ello, Puig defiende que las bolsas están baratas. Y más aún teniendo en cuenta que la actividad corporativa está en auge, el mundo no para de crecer (desde máximos, los beneficios siguen creciendo y los resultados empresariales dan sorpresas positivas) y crece la población y la clase media, lo que da apoyo al consumo. “Por primera vez en la historia, más de la mitad del mundo es clase media gracias al rápido crecimiento en los mercados emergentes”.
Al otro lado, la renta fija y el mercado monetario están sobrevalorados. En opinión de Puig, no hay protección en la renta fija ante la subida de los tipos largos y refugiarse en activos de menos calidad, como el crédito high yield, el high yield emergente, activos de mayor duración o deuda de la zona euro o los países periféricos no es una solución, puesto que los diferenciales que actuaban como amortiguadores ya se han terminado. En su opinión, buscar retornos en los segmentos de menor calidad de renta fija equivale a buscar protección, durante la burbuja inmobiliaria, en activos de menor calidad de real estate. Donde sí encuentra algo de refugio es en los bonos convertibles de empresas de calidad.
El experto también encuentra desequilibrios en el mercado de divisas –en un entorno de guerra de divisas encubierta y políticas monetarias desacompasadas-, en las materias primas y en la volatilidad.
Desequilibrios que explica por lo que llama socionomics, es decir, el hecho de que la influencia social conduce a una convergencia de opiniones. Por eso, en sus estrategias de retorno absoluto trata de utilizar a su favor el efecto pánico (y actuar cuando el colectivo piensa con el estómago) y analiza los flujos de capital (en fondos de renta variable y renta fija) para tomar decisiones que le ayuden a sacar partido de los actos irracionales de los inversores.