A finales de la semana pasada, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció un acuerdo parcial con China que, en teoría, pone freno a la escalada de una guerra comercial entre ambos países. Tras reunirse con el principal representante chino, el viceprimer ministro Liu He, Trump definió lo convenido como un “acuerdo sustancial de fase uno”, dando un respiro al mercado.
Según los analistas, la guerra comercial es uno de los eventos que pueden lastrar y que está lastrando el menor ritmo de crecimiento global, e incluso el motivo que podría empujar a Estados Unidos a una recesión. “Aun cuando una recesión no entraba dentro de nuestros escenarios, lo cierto es que las perspectivas de crecimiento están ahora más cerca de estancarse. A medida que han ido aumentado la vulnerabilidad a las crisis, los mercados financieros se han vuelto muy sensibles a las publicaciones económicas y al flujo de noticias, como ocurre en el caso de las negociaciones comerciales entre EEUU y China”, explica Gilles Prince, jefe de inversión en Edmond de Rothschild Suiza.
En opinión de Prince, este año, hemos visto que los acontecimientos relacionados con la guerra comercial han llevado a los inversores a «comprar con el rumor y vender con las noticias», anticipándose al impacto económico de los aranceles. “La primera reacción es, por lo tanto, como de costumbre, ajustar la exposición a la renta variable, y luego pensar a largo plazo”, sostiene.
Tras los avances del pasado viernes, apunta que “considerando que un resultado exitoso de las negociaciones no es un escenario absurdo, y que un status quo es posible, las buenas noticias en los próximos días podrían llevar a que los mercados suban. Por otra parte, una interrupción de las negociaciones, o incluso una escalada dirigida a las empresas chinas o a su acceso a los mercados financieros, tendría sin duda un impacto negativo en los mercados bursátiles mundiales. A corto plazo, debería considerarse la aplicación de estrategias que limiten el alcance de las caídas, y que al mismo tiempo permitan la captación de mercados al alza”.
Aún así, la rivalidad geopolítica entre las dos superpotencias va mucho más allá de aspectos meramente comerciales, y constituye una situación a largo plazo. Uno de los afectados por estas tensiones es el dólar. Según los analistas de Monex Europe, al calor de la reunión entre China y Estados Unidos, el dólar se mostró bajo “en un ambiente de optimismo generalizado con respecto a dos asuntos mundiales clave, las relaciones comerciales EE UU – China y el Brexit”.
En opinión de Mark Holman, consejero delegado y fundador de TwentyFour, es pronto para lanzar las campanas al vuelo y dar por cerrado este capítulo internacional. “En primer lugar, nos enfrentamos al comienzo de la última ronda de conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China. En vista de lo difícil que puede resultar entablar estas conversaciones, y del largo período que suele transcurrir entre los partidos de vuelta, el resultado podría influir en los mercados durante algún tiempo. Con esto mente, resulta extraño que, literalmente, en vísperas del encuentro que se producirá entre los representantes de mayor rango de China y Washington, la administración Trump decida prohibir a ocho empresas chinas comerciar en los Estados Unidos por razones humanitarias. Sin pretender comentar la legitimidad de la prohibición, el momento es cuestionable si los EE.UU. quieren lograr un resultado favorable para el mercado que esperan algunos de los sectores de mayor riesgo” sostiene Holman.
Misma opinión comparte Keith Wade, economista jefe de Schroders, quien además asegura que una situación similar de «tregua» ya se vivió entre ambos países en diciembre de 2018. «No creemos que esta tregua sea más duradera, por lo que las recientes negociaciones ofrecen poco consuelo a los inversores. En este punto el acuerdo es sólo verbal y los detalles son pocos; en algunos casos, debemos confiar en la palabra del presidente Trump con respecto a los compromisos chinos. Sin embargo, al igual que en diciembre del año pasado, EE.UU. ha acordado suspender una escalada de aranceles a cambio de las promesas de China de compra de productos agrícolas, medidas sobre propiedad intelectual, divisas y servicios financieros», explica Wade.
En opinión de Esty Dwek, jefa global de estrategia de mercado de Dynamic Solutions, de Natixis IM, no hemos llegado al final de este conflicto comercial. “No esperamos un resolución rápida en torno a un acuerdo más amplio. La fase dos del posible acuerdo comercial entre EE UU y China podría ser discutida durante semanas y meses, lo que sugiere que las tarifas previstas para diciembre serán suspendidas también, pero no esperamos que se dé marcha atrás en las tarifas que ya existen este año. Los dos implicados se han mantenido aparte de los asuntos más espinosos y el acuerdo de la semana pasada solo ha reforzado acciones que China ya estaba tomando”, explica.
Pese a ello, Dwek espera pequeños avances en las próximas semanas. “La tecnología ha quedado fuera de este acuerdo, pero podríamos ver algunas mejoras en el frente de Huawei en las próximas semanas, ya que las negociaciones continuarán hasta el 17 de noviembre, cuando expira la licencia actual de Huawei”, concluye Dwek.
Ahora bien, ¿cuáles serán las próximas fechas claves? Tal y como apunta Wade, hay dos fechas a tener en cuenta. La primera es la reunión de APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) entre Trump y Xi, momento en el que este acuerdo debería estar escrito y finalizado, listo para su aprobación oficial. El segundo es la fecha límite del 15 de diciembre para los nuevos aranceles del 15% sobre alrededor de 160.000 millones de dólares de bienes chinos. «Dada la tendencia de estas conversaciones a desmoronarse una vez que los compromisos deben ser asumidos por escrito, somos escépticos de que este acuerdo sobreviva hasta finales de año. En consecuencia, seguimos esperando una nueva escalada de la tensión antes de finales de año, aunque es posible que el plazo para la aplicación de los aranceles se aplace hasta el primer trimestre del año que viene», afirma.