Credit Suisse Research Institute ha publicado su duodécimo informe Global Wealth Report que analiza la evolución de la riqueza en el mundo. Una de sus principales conclusiones es que la creación de riqueza en 2020 fue en gran medida inmune a los retos a los que se enfrentó el mundo -y se sigue enfrentando- debido a las medidas adoptadas por los gobiernos y los bancos centrales para mitigar el impacto económico del COVID-19.
Según muestra el informe, la riqueza mundial total creció un 7,4% y la riqueza por adulto aumentó un 6% hasta alcanzar otro máximo récord de 79.952 dólares. La riqueza mundial agregada aumentó en 28,7 billones de dólares hasta alcanzar los 418,3 billones de dólares a finales de año. Sin embargo, la depreciación generalizada del dólar estadounidense representó un 3,3% del crecimiento. Si los tipos de cambio se hubieran mantenido igual que en 2019, la riqueza total habría crecido un 4,1% y la riqueza por adulto, un 2,7%.
“En general, los países más afectados por la pandemia no han salido peor parados en cuanto a la creación de riqueza”, apuntan las conclusiones. En este sentido, la pandemia tuvo un profundo impacto a corto plazo en los mercados mundiales en el primer trimestre de 2020, por ello el informe estima que se perdieron 17,5 billones de dólares del total de la riqueza de los hogares a escala mundial, lo que equivale a una caída del 4,4%.
Ahora bien, este descenso se invirtió en gran medida a finales de junio. “Sorprendentemente, en el segundo semestre de 2020 los precios de las acciones siguieron una trayectoria ascendente, alcanzando niveles récord a finales de año. Los mercados de la vivienda también se beneficiaron del optimismo reinante, ya que los precios de la vivienda subieron a un ritmo que no se había visto en muchos años. Como resultado neto, se añadieron 28,7 billones de dólares a la riqueza mundial de los hogares durante el año”, explica el informe.
Según señala Anthony Shorrocks, economista y autor del informe, “la pandemia tuvo un agudo impacto a corto plazo en los mercados mundiales, pero este descenso se revirtió en gran medida a finales de junio de 2020. Como señalamos el año pasado, la riqueza mundial no solo se mantuvo estable frente a tales perturbaciones, sino que aumentó rápidamente en la segunda mitad del año. De hecho, la creación de riqueza en 2020 parece haberse desvinculado por completo de los problemas económicos derivados del COVID-19”.
El desglose regional muestra que la riqueza total aumentó en 12,4 billones de dólares en Norteamérica y en 9,2 billones de dólares en Europa. “Estas dos regiones representaron la mayor parte de las ganancias de riqueza en 2020, mientras que China añadió otros 4,2 billones de dólares y la región de Asia-Pacífico (excluyendo a China y la India), con otros 4,7 billones de dólares.
Una conclusión llamativa del informe es que la India y Latinoamérica registraron pérdidas en 2020. “La riqueza total se redujo en la India en 594.000 millones de dólares, es decir, un 4,4% en términos porcentuales. Esta pérdida se vio amplificada por la depreciación del tipo de cambio: con unos tipos de cambio fijos, la pérdida habría sido del 2,1%. Respecto a Latinoamérica parece haber sido la región con peores resultados, con una caída de la riqueza total del 11,4% o 1,2 billones de dólares”, explica el documento.
La generación de mayor riqueza ha convivido también con una mayor deuda. Se observa que las deudas totales aumentaron un 7,5% y probablemente habrían aumentado mucho más si los hogares no se hubieran visto obligados a ahorrar más por las limitaciones del gasto. La deuda total se elevó de forma acusada en China y Europa, pero se redujo en África y Latinoamérica, incluso después de tener en cuenta la depreciación del tipo de cambio.
“Los beneficios del ahorro no planificado y los bajos tipos de interés prevalecientes permitieron una reactivación de los mercados inmobiliarios durante el segundo semestre de 2020. El resultado neto fue un año mejor que la media para los propietarios de viviendas en la mayoría de los países”, añade el informe en sus conclusiones
Los niveles de riqueza mundial en 2020
El impacto de la pandemia sobre la riqueza ha diferido entre los subgrupos de población debido a dos factores principales: la composición de la cartera y las perturbaciones en el plano de los ingresos. En este sentido, la riqueza de los que tienen una mayor proporción de acciones entre sus activos, por ejemplo, los individuos de mediana edad tardía, los hombres y los grupos más ricos en general, tendieron a salir mejor parados. Además, en la mayoría de los mercados, los propietarios de viviendas han obtenido plusvalías gracias al aumento de los precios de la vivienda.
“Si se dejan de lado los aumentos de los precios de los activos, la riqueza de los hogares a escala mundial podría haber disminuido. En las franjas de riqueza más bajas, en las que los activos financieros son menos frecuentes, la riqueza ha tendido a detenerse o, en muchos casos, a ceder terreno. Algunos de los factores subyacentes pueden corregirse por sí mismos con el tiempo. Por ejemplo, los tipos de interés comenzarán a subir de nuevo en algún momento, lo que amortiguará los precios de los activos”, añade Shorrocks.
El informe también destaca que hay grandes diferencias en los impactos negativos sobre los ingresos durante la pandemia. En muchos países de ingresos altos, la pérdida de ingresos laborales o empresariales se vio suavizada por las prestaciones de emergencia y las políticas de empleo. En los países sin ayudas a los ingresos, los grupos vulnerables como las mujeres, las minorías y los jóvenes se vieron especialmente afectados.
También se ha observado una diferencia por género. En un principio, “las trabajadoras sufrieron de forma especialmente acusada la pandemia, en parte debido a su elevada representación en empresas e industrias muy afectadas por la pandemia, como las de restaurantes, hoteles, servicios personales y comercio minorista. La participación en el mercado laboral activo disminuyó a lo largo de 2020 tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, pero la magnitud de la reducción fue similar, al menos en la mayoría de las economías avanzadas”, señalan las conclusiones.
Distribución de la riqueza y perspectivas
Las diferencias de riqueza entre los adultos aumentaron en 2020. El número mundial de millonarios aumentó en 5,2 millones hasta alcanzar los 56,1 millones. Como resultado, un adulto necesita ahora más de 1 millón de dólares para pertenecer al 1% más rico del mundo.
Hace un año se necesitaban 988.103 dólares para pertenecer al 1% superior. Así, 2020 es el año en que, por primera vez, más del 1% de todos los adultos del mundo es millonario en dólares en términos nominales. El grupo de personas de muy alto poder adquisitivo (ultra high net worth o UHNW) creció aún más rápido, sumando un 24% más de miembros, la mayor tasa de aumento desde 2003. Desde el año 2000, las personas con un patrimonio de entre 10.000 y 100.000 dólares son las que más han aumentado en número, pasando de 507 millones en 2000 a 1.700 millones a mediados de 2020, lo que supone un aumento de más del triple. Este hecho refleja la creciente prosperidad de las economías emergentes, especialmente China, y la expansión de la clase media en el mundo en vías de desarrollo.
Se prevé que la riqueza mundial aumente en un 39% a lo largo de los próximos cinco años hasta alcanzar los 583 billones de dólares en 2025. Los países con rentas bajas y medias son responsables del 42% del crecimiento, a pesar de que solamente representan el 33% de la riqueza actual. Según las previsiones, la riqueza por adulto aumentará un 31%, superando la marca de los 100.000 de dólares. Sin tener en cuenta la inflación, el número de millonarios también crecerá notablemente en los próximos cinco años, alcanzando los 84 millones, mientras que el número de UHNWI alcanzará los 344.000.
“No se puede negar que las medidas adoptadas por los gobiernos y los bancos centrales para organizar programas de transferencia masiva de ingresos con el fin de apoyar a las personas y las empresas más afectadas por la pandemia, así como la bajada de los tipos de interés, han evitado con éxito una crisis mundial a gran escala. Aunque estas intervenciones han tenido éxito, también han supuesto un gran coste. La deuda pública en relación con el PIB ha aumentado en todo el mundo un 20% o más en muchos países. Los generosos pagos del sector público a los hogares han permitido que la renta disponible de los hogares se haya mantenido relativamente estable e incluso haya aumentado en algunos países. Junto con la restricción del consumo, el ahorro de los hogares se ha disparado, elevando sus activos financieros y reduciendo sus deudas. La bajada de los tipos de interés por parte de los bancos centrales ha tenido probablemente el mayor impacto. Es una de las principales razones por las que han subido los precios de las acciones y de la vivienda, y estos se traducen directamente en nuestras valoraciones de la riqueza de los hogares”, concluye Nannette Hechler-Fayd’herbe, Chief Investment Officer International Wealth Management y Global Head of Economics & Research de Credit Suisse.