La lucha mundial contra el cambio climático sigue ganando impulso y la infraestructura financiera de una economía nueva y sostenible está tomando forma, así lo afirma Stephanie Maier, directora global de inversión sostenible y de impacto en GAM Investments.
La esperada cumbre COP26 ha sido considerada una oportunidad fundamental para que los responsables políticos establezcan unos planes claros para reducir las emisiones globales y alcanzar el nivel cero en 2050. El cambio climático supone un riesgo sistémico importante para el planeta y el ecosistema financiero en general. Por lo tanto, a juicio de Maier, es vital que tanto los responsables políticos como el sector financiero aprovechen las oportunidades que ha ofrecido la 26ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se celebró en Glasgow, para lograr un cambio significativo.
Los avances en los meses anteriores a la COP26 han sido prometedores, pero sólo los acuerdos ratificados a nivel mundial sobre las contribuciones para limitar el cambio climático darán lugar a avances tangibles. En la práctica, esto significará el establecimiento de objetivos netos cero a nivel nacional y sectorial, y el énfasis en la «ecologización de las finanzas» junto con la «financiación verde», con inversores que animen a sus participaciones a proporcionar esquemas detallados sobre cómo planean reducir sus emisiones.
Una carrera alentadora
La COP26 ha sido un evento fundamental porque marca el momento en que los planes originales de reducción de emisiones fijados por cada país en 2015 se elevan a un nivel que realmente mantendrá el calentamiento global en dos grados centígrados o menos. Se ha visto un fuerte impulso en la preparación de la cumbre. China ha anunciado una prohibición histórica de la financiación de centrales eléctricas de carbón en el extranjero, mientras que el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido duplicar el dinero que Estados Unidos destinará a la lucha contra el cambio climático. En los mercados de capitales, los gestores de activos que gestionan casi la mitad de los activos mundiales, incluyendo GAM Investments, se han adherido a la iniciativa Net Zero Asset Managers, comprometiéndose a convertirse en inversores netos para 2050.
En la opinión de GAM Investments, es fundamental que los responsables políticos respondan a esta clara señal de los mercados con políticas sólidas de aplicación internacional que fomenten una mayor ambición y, sobre todo, la aplicación de estas ambiciones. El Reino Unido publicó en octubre dos importantes documentos: la Estrategia Net Zero y su Hoja de Ruta para la Inversión Sostenible. Aunque estos informes no bastan por sí solos para encaminarnos hacia el objetivo de cero emisiones netas en 2050, sí que aportan una granulada bienvenida y una mayor indicación de la dirección del camino. No cabe duda de que se necesita más para poder avanzar más y más rápido, pero se tienen unos cimientos más sólidos que antes. En ese sentido, Maier cree que los planes también deben permitir una «transición justa», que tenga en cuenta a las naciones más pobres, cuyas necesidades han sido históricamente dejadas de lado para dar preferencia a los pesos pesados de la economía mundial.
Comienza a formarse la arquitectura posterior a la COP26
Resulta alentador que los inversores empiecen a ver cómo se van colocando las piezas fundamentales de la infraestructura financiera posterior a la COP26. Los inversores que participan en Climate Action 100+ -una iniciativa dirigida por inversores para garantizar que las mayores empresas emisoras de gases de efecto invernadero del mundo adopten las medidas necesarias en relación con el cambio climático- han compartido sus expectativas sobre cómo serán los sectores de la alimentación, el acero y la energía con cero emisiones netas. A partir de enero, la Transition Pathway Initiative (TPI) -una iniciativa mundial dirigida por los propietarios de activos que evalúa el grado de preparación de las empresas para la transición a una economía con bajas emisiones de carbono- también proporcionará gratuitamente datos climáticos sólidos sobre más de 10.000 grandes empresas, así como sobre los proveedores de deuda soberana y corporativa. Estos avances muestran los contornos de la nueva economía. Es probable que se vea un mayor apoyo a la divulgación obligatoria de los riesgos climáticos, en línea con el Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera Relacionada con el Clima (TCFD). Estos cambios deberían permitir ayudar a los inversores a gestionar la transición y aprovechar las oportunidades a través de soluciones, como la estrategia de Bonos Climáticos Sostenibles de GAM Investments, lanzada recientemente.
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