En los últimos meses, el mercado de capitales se ha visto sacudido a nivel mundial. Sin embargo, Tom Mansley, gestor de GAM Investments, cree que la crisis del Covid-19 no tendrá in impacto significativo en el mercado de valores con garantía hipotecaria (Mortgage Backed Securities).
¿Si hubiera una segunda oleada de contagios, ¿nos libraríamos del confinamiento?
Ciertas áreas que ya han sufrido altas tasas de contagios probablemente seguirán abiertas; sin embargo, en aquellos lugares donde persistan los rebrotes, podrían tener que decretarse nuevos confinamientos. Hay un equilibrio entre recurrir a los confinamientos para garantizar el mantenimiento del nivel de atención sanitaria que requieren los pacientes de COVID-19 y los perjuicios económicos que se causan al mantener cerrados los negocios. Existen ciertas áreas tanto en el sector público como en el privado que simplemente no pueden permitirse el lujo de seguir cerradas. Se estima que los ingresos fiscales que se recaudarán en estados como Nueva York, por ejemplo, disminuirán cerca del 30-40 %, lo cual no es sostenible.
¿Los mercados y economías están entrando en una fase de regreso al crecimiento?
Aunque la posibilidad de asistir a futuros confinamientos depende de cada región, cada sector registra su propio crecimiento. La crisis desatada el 11 de septiembre de 2001 y su impacto en el sector hotelero y los viajes aéreos, por ejemplo, ofrece un paralelismo sobre lo que podría ocurrir de aquí en adelante. Otros sectores, entre ellos la tecnología, no han sufrido ningún tipo de confinamiento. La construcción, que está volviendo a reactivarse, será un sector de crecimiento. En el área de venta minorista, el COVID-19 ha acelerado la tendencia ya instalada de la desintermediación: compras por Internet a costa de las visitas a grandes centros comerciales.
¿Qué implicaciones tiene esto para su clase de activos?
En nuestra opinión, la crisis asociada al COVID-19 no tendrá repercusiones significativas en el mercado de valores con garantía hipotecaria. Estos valores cuentan con dos líneas de defensa. Si los prestatarios no pueden pagar, hay activos que aseguran la inversión; la inversión puede recuperarse mediante la venta de esos activos. En el sector inmobiliario estadounidense en concreto, persiste el desequilibrio entre la oferta y la demanda; no hay suficiente oferta de viviendas para atender la demanda. Aunque hemos experimentado una importante disrupción que va a restringir la oferta, esto quedará contrarrestado por el aumento del desempleo, un factor que suele reducir la demanda. No obstante, en última instancia, continúa habiendo una demanda preexistente de viviendas. El consumidor entra en esta crisis con un balance muy sólido, a diferencia de los balances societarios y de la Administración Pública. La ratio de deuda/ingresos del consumidor estadounidense no ha dejado de descender durante los últimos 13 años y ahora ha regresado a los niveles vistos por última vez en 2000. Por otro lado, dado el entorno de bajos tipos de interés aplicados a bajos niveles de deuda, las cuotas de préstamos pagadas por el consumidor son muy bajas; la ratio de amortización de préstamos se encuentra a mínimos históricos.
Información legal importante
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