Los eventos y riesgos políticos han sido una constante durante 2018 y lo siguen siendo en 2019, en especial en la eurozona con las tensiones generadas por el Brexit y a nivel internacional, con la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Esto ha generado un entorno desafiante que ha requerido rapidez y flexibilidad en las estrategia que ofrecen las gestoras.
A esto se suma que vivimos uno de los periodos de crecimiento más largos de la historia y “todos sabemos que, como a toda buena historia, a toda buena tendencia le llega su fin”, apuntan los analistas de Flossbach von Storch. Este entorno, caracterizado por el aumento de la volatilidad y por ciclo que comienza llegar al principio de su final, desde Flossbach von Storch defienden la gestión activa de las carteras y las estrategias multiactivo, como dos elementos imprescindibles para no dejar escapar los posibles rallies en renta variable que aún quede, pero a la vez ir preparando la cartera para un entorno menos favorable.
“Somos inversores serios. La gestión de una cartera no puede reducirse a apostar por un crash o por un rally. Quien asume que el mundo se derrumba y ajusta su cartera acorde con esta asunción puede salir perjudicado por el alto coste de las coberturas, sobre todo si el crash sucede mucho más tarde de lo esperado. Nadie puede predecir el momento exacto y las coberturas salen aún más caras cuanto más tiempo pasa. Igualmente imprudente es presuponer que los precios subirán de forma lineal y sin correcciones severas como en 2017, ese año fue una excepción a la regla”, explican los analistas de la gestora.
Por todo ello, Flossbach von Storch defiende que la gestión de la cartera debe ser activa, y la estrategia de inversión sólida. “Esto implica construir una cartera que combine acciones de calidad, bonos corporativos y oro. En resumen: multiactivos. La liquidez de las inversiones es un aspecto importante para poder reaccionar ante los cambios del entorno y aprovechar las oportunidades. Las posiciones individuales se ponderan día a día, analizando sus oportunidades y sus riesgos. Así, en fases de turbulencia, la estrategia es lo suficientemente resistente como para limitar las pérdidas hasta un nivel aceptable y, en momentos de bonanza, permite lograr buenas rentabilidades. Para esto es indispensable mantener un alto grado de flexibilidad”.
Los analistas de la gestora señalan a 2018 como un claro ejemplo de las ventajas que proporcionan estas estrategias no sólo por liquidez, sino también por la flexibilidad que ofrecen al gestor. En concreto ponen como referencia su estrategia Multiple Opportunities: “Tras un 2017 de alzas ininterrumpidas en los precios bursátiles, a finales de año comenzamos a cubrir una parte de nuestra cartera frente a posibles correcciones. En aquel momento vimos que algunas compañías y sectores se habían beneficiado de un optimismo exagerado y que, por tanto, una corrección no era descartable. Finalmente, la corrección llegó en 2018 de forma imprevista y tuvimos fortuna con el timing. Gracias a esto, la cartera no se vio tan perjudicada y la cobertura nos ayudó a controlar las pérdidas”, explican.