Fitch ha publicado esta semana el informe «Actualización de las perspectivas de rating para el sector corporativo mexicano», que analiza el cambio de sesgo en la calificación crediticia de las empresas del país. Tras conocer los resultados del primer trimestre, Fitch estima ahora que las previsiones han empeorado y rebaja de positivas a negativas las perspectivas de rating. En su análisis, la firma destaca diversos factores a tener en cuenta en el futuro que podrían afectar a la calidad del crédito.
«Las perspectivas siguen siendo estables, pero desde septiembre el sesgo ha cambiado de positivo a negativo», explicó Sergio Rodríguez, senior director y co-director de la división en México de Fitch.
A 15 de mayo de 2015, el 86% de los emisores tienen perspectivas estables, el 5% positiva y el 9% negativa. El aumento de los procesos de fusiones y adquisiciones ha presionado las calificaciones, ya que la gran mayoría de las adquisiciones se han financiado con deuda, explica la agencia de calificación crediticia en el informe.
Menos demanda de crédito bancario
Continuando su análisis sobre México, Fitch cree que el crecimiento más lento de los préstamos en un contexto de ralentización de las condiciones económicas está contribuyendo a modestas mejoras en las posiciones de capital de los grandes bancos del país.
La media de ratios de capital de los siete bancos más grandes de México, que incluyen a Banamex, BBVA Bancomer, Santander México, Banorte, Banco Inbursa, HSBC y Scotiabank México, ha mejorado en los últimos 15 meses, incluso pese a que la desaceleración de la economía ha reducido la demanda de crédito de los clientes corporativos y al por menor.
Este crecimiento más lento de los préstamos se compensa con los buenos precios de los préstamos, los bajos costes de financiación y los ingresos por comisiones. “Los márgenes de interés netos siguen siendo buenos, lo que respalda la fortaleza de los beneficios que están contribuyendo a la mejora de los ratios de capital”, afirma Fitch.