Fabio Riccelli, gestor del Iberia Fund de Fidelity, desgrana en esta entrevista su visión sobre el entorno macroeconómico actual y explica por qué es un buen momento para invertir en renta variable ibérica. Además repasa su enfoque de inversión y cómo está posicionada su cartera para aprovechar las oportunidades en el segundo semestre de 2015.
¿Cuál es su opinión sobre el entorno macroeconómico actual en la península ibérica?
Las economías ibéricas van por buen camino (el crecimiento interanual previsto del PIB en 2015 es del 2,9% en España y del 1,7% en Portugal, frente al 1,5% de la zona euro) y los datos económicos se están estabilizando, lo que está creando un círculo virtuoso por el que mejoran la producción industrial, el empleo y la confianza del consumidor, mientras que la depreciación del euro y el petróleo ha dado impulso a las ventas minoristas.
Por primera vez en 20 años, España ha registrado un superávit comercial. La economía también se ha beneficiado de la recapitalización y consolidación del sistema bancario. Además, las reformas laborales han hecho que los costes laborales de España y Portugal sean más competitivos, lo que ha estimulado la inversión extranjera directa.
¿Por qué ahora es un buen momento para invertir en la península ibérica?
Las bolsas ibéricas han sido golpeadas por el sentimiento negativo procedente de Grecia y han quedado rezagadas con respecto al centro de Europa, y no creo que esta situación esté justificada, a la vista de los cimientos más firmes de las economías ibéricas. A consecuencia de ello, las valoraciones de algunas empresas son cada vez más atractivas y eso crea oportunidades de compra para los inversores selectivos.
¿En qué áreas está encontrando nuevas oportunidades de inversión?
Creo que la energía renovable y, en concreto, la energía eólica es una tecnología con un potencial enorme. Históricamente, el gran problema de la energía eólica ha sido su elevado coste frente a otras fuentes de energía y su dependencia de las subvenciones públicas. En los últimos años, los fabricantes de aerogeneradores han reducido el coste de las turbinas y, al mismo tiempo, han mejorado la eficiencia, de tal forma que, hoy día, la eólica es una fuente de energía competitiva (incluso sin subvenciones) en muchos países del mundo. La cartera del fondo está expuesta a Gamesa, EDPR e Iberdrola.
Por otra parte, el sector bancario debería beneficiarse de la consolidación que se ha producido durante los últimos cinco años. Me gustan las entidades que están más expuestas a la recuperación que viven las pymes (que generalmente tienen mayores márgenes) y que presentan valoraciones atractivas en el negocio subyacente.
¿Por qué se adapta su enfoque de inversión al entorno actual?
Aplico un enfoque ascendente sin restricciones en el que la prioridad es generar alfa a partir de la selección de valores y los datos macroeconómicos tienen poca influencia. Busco empresas donde la tesis de inversión depende principalmente de factores internos que la empresa puede controlar, más que factores externos. Aunque considero que las acciones ibéricas están más baratas que antes, esta afirmación no es universal. De hecho, algunas de las posiciones clave del fondo son ganadores a largo plazo que no se han visto penalizados tanto como el mercado, pero que están baratos cuando se tienen en cuenta la fortaleza y la vigencia de los modelos de negocio. Aquí citaría al grupo textil Inditex, al proveedor de software Amadeus y a la multinacional del sector sanitario Grifols.
La cartera busca un equilibrio entre los negocios con proyección internacional y buenas perspectivas a largo plazo y las empresas más centradas en el mercado interno, que pueden beneficiarse de la mejoría económica de la península ibérica. Las empresas que se engloban en esta segunda categoría suelen ser negocios que se han reestructurado y fortalecido durante la desaceleración. Aquí destacaría a los grupos de comunicación Mediaset España y Atresmedia.
¿Cuáles son sus perspectivas para lo que queda de 2015?
El panorama macroeconómico podría seguir cambiando, lo que influiría en la volatilidad del mercado a corto plazo. Sin embargo, si no se producen efectos secundarios que repercutan en las decisiones de inversión de las empresas, preveo que las economías ibéricas sigan mejorando. El sentimiento inversor hacia la península debería mejorar, en sintonía con el resto de Europa, y este cambio podría producirse hacia finales de año, tras las elecciones generales en España.