Aunque el coronavirus amenaza con dar una dentellada al crecimiento en China, algunas áreas de la economía digital están viviendo una explosión de actividad. Según apuntan desde Fidelity International, el consumo que tradicionalmente se ha dado en la esfera física está pasando rápidamente a Internet, donde aumenta la actividad en áreas como las ventas de alimentación, la formación, la atención sanitaria y la búsqueda de casa.
La necesidad agudiza el ingenio
Desde las ventas electrónicas de productos de alimentación hasta las plataformas de educación a distancia, pasando por las consultas médicas virtuales, las alteraciones de la vida diaria en China a causa del brote del coronavirus COVID-19 están obligando a los consumidores y a las empresas a adaptarse de forma acelerada con el fin de encontrar soluciones digitales para las necesidades tradicionales.
Los observadores que tratan de calibrar la dimensión de las perturbaciones que sufrirá el crecimiento en China se han quedado atrapados en el debate sobre si la demanda está destruyéndose de forma permanente o simplemente posponiéndose de forma temporal. Sin embargo, esta dicotomía deja de lado una dinámica clave: parte de la demanda simplemente está transformándose.
Las empresas que venden productos de alimentación en Internet bullen de actividad en la China continental en un momento en el que la población no acude a los comercios físicos para minimizar el contacto con otras personas. Los usuarios diarios activos de las aplicaciones de productos de alimentación prácticamente se duplicaron hasta alrededor de 10 millones con respecto al año anterior durante las festividades del Año Nuevo chino (del 24 de enero al 2 de febrero) y volvieron a aumentar hasta los 12 millones en las dos semanas posteriores hasta el 16 de febrero, de acuerdo con los datos recogidos por Quest Mobile. Hema, la división de alimentación del gigante del comercio electrónico Alibaba, vio cómo el número de usuarios de su aplicación se disparaba un 128% durante el periodo vacacional con respecto al mismo periodo de 2019.
Decenas de millones de personas han quedado confinadas en China durante semanas después de que el gobierno impusiera severas medidas de cuarentena en lo que los medios gubernamentales calificaron de “guerra” contra el virus. Muchos residentes en vecindarios afectados por el brote no tienen permitido salir de sus domicilios, mientras que otros solo pueden salir una vez cada dos días. La ciudad de Shenzhen suspendió más de 200 rutas de autobuses y cerró varias estaciones de metro a comienzos de febrero.
Por necesidad, los nuevos usuarios —incluidas las personas mayores— han aprendido a hacer pedidos de alimentación y realizar pagos con sus teléfonos móviles. Muchos de ellos probablemente sigan siendo usuarios incluso después de que se dé por concluido el brote, ya que los distribuidores en Internet competirán por ofrecer descuentos, además de comodidad. Ante las restricciones a los desplazamientos, algunos de los mayores menos familiarizados con la tecnología también han aprendido a jugar al mahjong con sus amigos a través de Internet.
La formación en línea también ha emergido como otro gran beneficiario del brote ante el cierre de los colegios y los millones de niños recluidos en sus casas. Los usuarios activos de las plataformas chinas de educación a distancia se han incrementado un 22% durante el periodo vacacional con respecto a hace un año, mientras que el tiempo medio de uso diario ha aumentado un 30% según los datos de Quest Mobile. Las empresas como TAL Education y Koolearn Tecnology van a beneficiarse de la adopción de las aulas virtuales y el aprendizaje digital en todo el país. Hay bastantes probabilidades de que los padres y madres chinos sigan usando estos servicios después del brote.
Los riesgos de infección derivados de las grandes aglomeraciones han estimulado la demanda de entornos de trabajo virtuales. El servicio DingTalk de Alibaba y el WeChat corporativo de Tencent se han visto sometidos a presiones por el crecimiento explosivo de los usuarios durante las últimas semanas. Los usuarios activos de los miniprogramas de WeChat para empresas prácticamente se han triplicado desde comienzos de enero. Aunque el uso de entornos de trabajo virtuales podría reducirse cuando finalice el brote, sin lugar a dudas su aceptación se mantendrá por encima de los niveles previos al coronavirus.
Los servicios médicos, como las consultas y las ventas de medicamentos, también han experimentado un fuerte auge en Internet, dado que la población evita acudir al hospital para reducir lo más posible el riesgo de contagio. Los usuarios de la aplicación de salud DXY y la farmacia en línea Jianke han aumentado más del triple con respecto a hace un año. Muchos usuarios probablemente lo sigan siendo después del brote, ya que China está fomentando el uso de los servicios en línea para reducir la carga que soporta el sistema sanitario del país.
Sin embargo, algunos chispazos de crecimiento surgirán y se apagarán con el coronavirus. Los juegos en línea y los servicios de vídeo están registrando un pico de usuarios, simplemente porque las personas tienen más tiempo que ocupar mientras se les obliga a permanecer en casa. Las unidades de negocio de juegos de Tencent y NetEase van a beneficiarse, pero cuesta creer que el elevado crecimiento actual vaya a durar más allá del brote.
El brote ha obligado a las empresas en algunos de los sectores más tradicionales a subirse al carro de Internet. Por ejemplo, los promotores inmobiliarios están haciendo esfuerzos para vender casa electrónicamente con la ayuda de la tecnología de realidad virtual. China Evergrande anunció que había recibido pedidos electrónicos por valor de 58.000 millones de yuanes en apenas unos días. A pesar de estas afirmaciones, la eficacia de las ventas de casas en Internet no está clara, a la vista del elevado precio de los inmuebles comparado con la mayoría de los productos y servicios de consumo.
El nuevo crecimiento propiciado por el coronavirus no será suficiente para compensar el consumo en línea perdido con el brote. El comercio electrónico en general se enfrenta a un posible descenso de las ventas en el primer trimestre, mientras que las agencias de viajes virtuales previsiblemente recibirán un fuerte golpe por la cancelación de vuelos y trenes. Alibaba ha advertido de que el crecimiento de sus ingresos se verá afectado negativamente en el trimestre en curso y que los obstáculos a corto plazo afectan “de forma generalizada al negocio” de la empresa.
El brote de SARS de 2003 desencadenó una ola de adopción de Internet sin precedentes en China y ayudó a crear multimillonarios de la tecnología como Jack Ma y Richard Liu. Sin embargo, el impacto de la epidemia actual probablemente palidezca en comparación, ya que el uso de Internet y el móvil en el país se encuentra ya entre los más altos del mundo. Los ciudadanos chinos pasan al día un promedio de más de tres horas con el móvil y parece difícil que se puede elevar este nivel.
Aunque china capeó una desaceleración durante la primera mitad de 2003 con estímulos monetarios y presupuestarios, será difícil confiar en que únicamente la relajación monetaria y el gasto en infraestructuras contrarresten el impacto del covid-19. El consumo privado desempeña un papel más importante en la economía china, mientras que la burbuja inmobiliaria y los proyectos de infraestructuras reducen el margen para los estímulos tradicionales. Mucho tendrá que hacer la nueva oleada de adopción de Internet para suavizar la caída a corto plazo del consumo, pero los efectos beneficiosos más profundos del cambio probablemente se hagan evidentes a más largo plazo.