La decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de recortar los tipos 1 punto hasta prácticamente cero y aplicar otras medidas, como un programa de compras de bonos de 700.000 millones de dólares y coordinación con otros grandes bancos centrales en relación con el precio de los swaps con el dólar estadounidense, es contundente y proactiva, pero ¿será suficiente para la economía y los mercados? A continuación, Wen-Wen Lindroth, estratega jefe de inversión y analista senior de deuda corporativa de Fidelity International, evalúa las posibles consecuencias.
El gobernador de la Fed, Jerome Powell, ha echado mano de todo su arsenal prácticamente de golpe. El domingo 15 de marzo por la noche, la Fed decidió como medida de emergencia aplicar un drástico recorte de 1 punto al tipo de los fondos de la Fed, hasta una horquilla de 0,00-0,25%. La única vez que la Fed ha tomado una medida de este calibre y ha recortado los tipos hasta unos niveles tan bajos fue después del hundimiento de Lehman Brothers en el apogeo de la crisis financiera de 2008. El recorte de tipos viene acompañado de una batería de medidas pensadas para sostener la economía y garantizar la liquidez en los mercados financieros.
Aunque se esperaba que el banco central estadounidense recortara tipos hasta prácticamente el cero en la reunión programada para el miércoles 18 de marzo, en Fidelity International opinan que la Fed apreció con claridad la necesidad de actuar antes de la apertura del mercado del lunes ante la aparición de señales de que la economía estadounidense estaba sufriendo una rápida desaceleración debido a las medidas de prevención del coronavirus.
“Los efectos del coronavirus lastrarán la actividad económica a corto plazo y plantean riesgos para las perspectivas económicas”, señaló el comité de política monetaria de la Fed en un comunicado. “La Reserva Federal está dispuesta a utilizar todas las herramientas a su alcance para asegurar el flujo de crédito a los hogares y las empresas”, añadió el comunicado.
La Fed también anunció la reactivación de la relajación cuantitativa y fijó el objetivo de crecimiento de su balance en al menos 500.000 millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense y 200.000 millones de dólares en bonos hipotecarios de agencias públicas. Estas compras se realizarán durante los próximos meses. La entidad también indicó que inyectará más fondos en el mercado de bonos hipotecarios de agencias públicas y que ampliará las compras en los mercados de repos a un día y a plazo, dos fuentes esenciales de financiación a corto plazo.
Asimismo, la Reserva Federal anunció una acción coordinada con un grupo de grandes bancos centrales para potenciar la liquidez reduciendo 25 puntos básicos el precio de las líneas de swaps con el dólar estadounidense. Los bancos centrales extranjeros ofrecerán liquidez en dólares estadounidenses en sus jurisdicciones con un vencimiento de 84 días, además de las operaciones con vencimiento a 1 semana que ofrecen actualmente, con el fin de reducir las tensiones en los mercados internacionales de financiación.
Por último, para sostener el flujo de crédito a los hogares y empresas, en sintonía con las medidas anunciadas por el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo la pasada semana, la Fed pondrá en marcha una serie de acciones a través del sector bancario. Estas acciones incluyen reducir 150 puntos básicos el tipo de interés disponible a través de la ventanilla de descuento hasta 25 puntos básicos, fomentar el uso de los créditos intradía concedidos por los bancos de la Reserva Federal, animar a los bancos a recurrir a sus colchones de capital y liquidez para prestar a los hogares y empresas afectadas por el coronavirus y reducir los coeficientes de reservas hasta el 0 a partir del 26 de marzo.
En la conferencia telefónica posterior a la publicación del comunicado, el presidente Powell insistió en el sólido punto de partida de la economía y el mercado laboral estadounidense, pero rápidamente señaló que el coronavirus y las medidas adoptadas para contener su propagación plantean un riesgo importante para la actividad económica y la estabilidad financiera. Algunos puntos concretos de tensiones son la reducción de la actividad económica dentro y fuera de EE.UU., las perturbaciones sufridas por las cadenas de suministro internacionales y un deterioro generalizado de las condiciones financieras, también en los bonos del Tesoro estadounidenses, el mercado más grande e importante del mundo. También citó las tensiones en el sector energético a consecuencia del fuerte descenso de los precios del petróleo.
Mensajes principales
En Fidelity International consideran que la Fed ha adoptado casi todas las medidas posibles dentro de su mandato legal, lo que indica que está tomándose muy en serio la situación. Si se compara estas medidas con el guion que empleó la Fed durante la gran crisis financiera, lo único que falta es una línea de financiación para pagarés (CPFF).
Powell insistió varias veces en que las medidas tomadas por la Fed están diseñadas para estabilizar el sistema financiero y sostener el crédito, pero que la política monetaria no tiene capacidad para ayudar directamente a los sectores y trabajadores afectados. La pandemia de coronavirus es un “problema multidimensional” ante el que primero tienen que responder los trabajadores sanitarios y las autoridades, con una segunda oleada de apoyo procedente de la política presupuestaria.
Los mercados han registrado una enorme volatilidad durante las últimas sesiones y la reacción inicial ante el anuncio de la Fed fue negativa: los futuros sobre el índice S&P 500 caían alrededor de un 5% en la sesión matinal del pasado lunes en Asia. El petróleo también cedía terreno.
En general, en Fidelity International están de acuerdo con la visión del presidente Powell de que la relajación monetaria es un bálsamo, pero no una curación para lo que aflige al mundo en estos momentos. El año pasado, la Fed consiguió orquestar un aterrizaje suave en un contexto de desaceleración industrial, pero pocos se llevan a engaño pensando que los bajos tipos de interés y las compras de activos financieros animarán a las personas a salir de sus casas antes de que sientan que es sanitariamente seguro hacerlo.
Solo cuando empiecen a estar claras la evolución del virus y la eficacia de las medidas preventivas, como el confinamiento y el distanciamiento social, se tendrá una mejor idea sobre la duración y gravedad del perjuicio económico resultante y, por tanto, sobre la posible evolución de los mercados financieros a partir de ahora.
Entretanto, en la opinión de Fidelity International, queda claro que las autoridades financieras están respondiendo con determinación ante el brote.