En el segundo encuentro digital de Fidelity International, Óscar Esteban Navarro, director de ventas en Fidelity International, presentó los nuevos retos y las nuevas reglas del nuevo orden económico.
Si esta segunda oleada de pandemia que atravesamos se contiene y permite una cierta reactivación económica, Fidelity International asigna un 70% de posibilidades a una recuperación con forma de “U”, con un crecimiento negativo del PIB mundial del 3,3% y un crecimiento positivo para el próximo año del 4,6%. En el caso de que esto no llegue a suceder, tendríamos unos datos macroeconómicos peores, un escenario con una probabilidad del 20%.
Escenarios de recuperación
La crisis de 2008 y de 1929 fueron crisis de solvencia, mientras que la crisis actual tiene más puntos en común con la mal llamada “crisis de la gripe española”, porque ambas fueron consecuencia de un solo evento. Un estudio de Goldman Sachs sobre los meses de caídas y meses necesarios de recuperación en las distintas crisis económicas establece que distintos plazos según el origen de la crisis. Así, el estudio distingue entre crisis estructurales, de ciclo y de eventos concretos. Las primeras suelen transcurrir en 42 meses de caídas y 111 meses de recuperación. Las crisis de ciclo en 27 y 50 meses de caídas y recuperación, respectivamente. Y, por último, las crisis relacionadas con eventos concretos suelen ocurrir en 9 meses de caídas y 15 meses de recuperación.
El futuro de la inflación
La pandemia actual es una crisis sanitaria, pero también lo es de liquidez. Por eso las autoridades monetarias están tratando de inyectar liquidez en la economía para reactivarla, pero puede pasar a ser una crisis de solvencia si esa reactivación económica se ralentiza. Por eso los principales bancos centrales abogan por políticas fiscales contundentes para llegar a aquellos lugares donde las políticas monetarias no alcanzan a llegar.
Uno de los últimos efectos de la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido precisamente abandonar el control de la inflación. Esto ha dado pie a uno de los grandes debates del mercado en la actualidad: ¿habrá o no habrá inflación? Por un lado, los defensores de la teoría monetaria moderna sostienen que cualquier tipo de política que inyecte dinero a la economía va a generar tarde o temprano inflación, y esta vez sí, en comparación con la crisis de 2008, este dinero llegará a toda la población gracias a las políticas fiscales que se han puesto en marcha. Por otro lado, están los participantes del mercado que creen que el endeudamiento, el envejecimiento de la población y la disrupción tecnológica son los grandes efectos deflactores. En este debate no hay un claro ganador y probablemente la incógnita se mantendrá por más meses. Lo que sí es una realidad es que, bien para descorrelacionar o bien para tener la inflación cubierta, las cartera los clientes institucionales están comprando bonos reales.
La respuesta de los mercados
Ante la fuerte inyección de liquidez por parte de los bancos centrales y las cuantiosas ayudas brindadas por los gobiernos, los mercados financieros han continuado subiendo imparables. Estas subidas han sido apreciadas como una desconexión entre los mercados y la realidad económica. Pero, desde Fidelity International apuntan que esto siempre sucede, pues los mercados financieros adelantan lo que va a pasar a futuro, independientemente de los fundamentales. Por eso, a finales de marzo se vio la reactivación de los mercados financieros y han sido meses después cuando la actividad económica ha comenzado su reactivación, ahora sí, a ritmos diferentes a nivel sectorial y a nivel geográfico.
Una tendencia alcista polarizada por muy pocas compañías cuyo crecimiento continuo ha sido objeto de atención por parte de los inversores, que las han comprado a cualquier precio. El nuevo orden económico establecido tras la pandemia está premiando aquellas compañías capaces de adaptarse ante el cambio y penalizando aquellas que no saben cómo cambiar, o simplemente no pueden hacerlo. En Fidelity International creen que los inversores van a comenzar a focalizarse otra vez en las valoraciones para comprar crecimiento a valoraciones razonables.
Dividendos
En esta crisis se ha visto cómo muchas compañías han recortado o cancelado sus dividendos. A nivel global, excepto Estados Unidos, numerosas regiones lo están haciendo, por ejemplo, las compañías de Europa y Reino Unido están recortando una media del 40%.
Sin embargo, la búsqueda de dividendos no es algo que deba dejarse de lado. Según apunta Beatriz Rodríguez San Pedro, Sales Manager en el equipo de ventas de Fidelity International, en el mercado hay mucho ruido en torno a esas compañías que han recortado o cancelado dividendos, cuando la realidad es que la mayoría de las compañías han mantenido o incluso incrementado su dividendo.
En Reino Unido y Europa, la mitad de las empresas han mantenido el dividendo preestablecido. Recientemente ha emergido un patrón concreto por el que las compañías con mayores niveles de deuda y más ligadas al ciclo económico han tenido mucho más riesgo de dejar de repartir dividendos. Mientras que aquellas firmas menos endeudadas y con un crecimiento más sólido han tenido mucho menos riesgo. Además, las exigencias regulatorias se están relajando. Así, el regulador europeo ha instado a los bancos a restaurar el pago de dividendos a principios del año que viene.
Dependiendo del perfil de riesgo, existen dos tipos de inversores. Los más conservadores, que se inclinan más por los dividendos recurrentes, aunque sea un nivel bajo, y los más arriesgados, que buscan un dividendo más alto, pese a incurrir en más riesgo. En ese sentido, en Fidelity International se centran en el primer tipo de dividendos, sobre todo teniendo en cuenta el entorno de incertidumbre actual.
Si bien el nivel medio de dividendo actual no es excesivamente elevado, encontrándose en su media histórica, cercana al 2,5%, lo que sí parece claro es su atractivo de la renta variable frente a la renta fija a la hora de invertir en consecución de rentas. Incluso si se compara con la deuda high yield, pues los emisores de esta clases de deuda suelen tener un mayor riesgo de solvencia. Por eso, desde Fidelity prefieren fijarse en renta variable que reparta dividendo, independientemente de que no sea muy elevado, pero sobre todo diversificando y siendo muy selectivos.
El sector tecnológico y la conectividad
Otro tema en la mente del inversor es el excelente comportamiento del sector tecnológico durante esta crisis, el índice del sector ha subido por encima del 30% en lo que va de año, mientras que el índice de renta variable global apenas se ha elevado un dígito. En la opinión de Pilar García Germán, Senior Sales Manager de Fidelity International, es muy importante tener en cuenta el contexto para evaluar las valoraciones. Es una realidad que se está dando una fuerte dispersión en el sector de la tecnología, con compañías de alto crecimiento y altas valoraciones y compañías más cíclicas, que el mercado no está recogiendo en precio. Cuando la situación se normalice, estas últimas dejarán muy buenas oportunidades de inversión.
Desde el punto de vista de la ratio de flujos de caja por precio de acción, el sector tecnológico se encuentra muy por debajo de los niveles que se vieron en la burbuja puntocom del año 2000. Incluso, si se examina el crecimiento de mercado, hace dos décadas el Nasdaq estaba creciendo aproximadamente a una tasa del 250%, frente a hoy en día que estamos en un 60%.
En cuanto a la volatilidad que se vio a principios de septiembre, ésta no hace sino alertar a los inversores de la necesidad de tomar siempre un enfoque diversificado, sobre todo cuando se trata de un sector que está en continuo crecimiento.
Por otro lado, la pandemia ha acelerado la adopción de la conectividad digital. En ese sentido son tres los factores que han jugado a favor de esta aceleración: la velocidad de las comunicaciones, la intensidad de datos y el creciente número de usuarios en aplicaciones como Zoom, Instagram o TikTok.
Con la llegada del 5G se espera que la velocidad de la comunicación se multiplique por 20, que la capacidad de contenido se multiplique por 10 y que el coste se rebaje hasta un 20%. Esto hará que se incremente considerablemente el número de usuarios. Esto traerá múltiples oportunidades de inversión, pero será necesario distinguir entre los distintos modelos de negocio puesto que será una tecnología totalmente disruptiva.
En Fidelity International distinguen entre tres tipos de empresas: las facilitadoras, las empresas de redes de telecomunicaciones y las innovadoras. Dentro del primer grupo estarían empresas como Samsung y Apple, capaces fabricar los dispositivos que darán soporte a la red 5G. En el segundo grupo figuran empresas General Electric, que tienen las redes en propiedad. Y, en tercer lugar, las innovadoras, aquellas compañías que se aprovechan de los otros dos grupos de empresas para crear productos y servicios que después ofrecen al consumidor final, dentro de esta categoría entrarían empresas como Alibaba, Netflix o Amazon.
La renta fija asiática en el nuevo orden económico
En los últimos cinco años, la renta fija asiática ha crecido más de un 45%. Si bien es cierto que es una región más desconocida, pero no por ello se debe dejar de invertir en las oportunidades que puede ofrecer. Así, en Fidelity International distinguen entre la renta fija asiática excluyendo China y la renta fija china. En la parte de renta fija asiática, la gestora se centra en el crédito de alta calidad, aunque también da seguimiento a la renta fija high yield que, aunque es un mercado menor, también brinda oportunidades atractivas. Mientras que, en la parte de la renta fija china, se distinguen dos mercados: el mercado “onshore” y el “offshore”.
El mercado “offshore” de deuda china se divide a su vez en otros dos mercados. Por un lado, el mercado de emisiones chinas denominados en dólares, que es el mercado por excelencia para los clientes internacionales, y por otro, el mercado de bonos chinos en divisa renminbi. En este segundo mercado se encuentran los mercados internacionales que quieren tener exposición a la divisa china. Este mercado tiende a desaparecer a favor del mercado “onshore” que es un mercado que hasta hace relativamente poco tiempo estaba cerrado a inversores internacionales y es realmente dónde Fidelity International está viendo un mayor crecimiento, tanto en tamaño como en diversificación. La deuda denominada en renminbi tiene una correlación muy baja con la renta variable y fija denominada en euros o dólares.
Por último, las emisiones de bonos chinas en renminbi proporcionan un rendimiento mucho más atractivo que en euros o en dólares, por eso está despertando el interés de los inversores institucionales.
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