Los bancos centrales ocupan la atención de los inversores. Por un lado, acaba de terminar el encuentro anual del BCE en Sintra y, por otro, hoy comienzan los dos días de reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que concluirá mañana con la tradicional declaración en público durante la cual compartirán sus decisiones y expectativas. En este sentido, el gran reto de la Fed será demostrar su independencia en tanto los datos macroeconómicos sean aún robustos, y mientras la tasa de inflación siga baja.
¿Qué se espera de esta reunión? Según explica Frank Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors, las expectativas sobre esta reunión son mayores de lo que a primera vista parece. “La escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China ha provocado que los inversores teman una fuerte desaceleración del crecimiento mundial; la volatilidad del mercado de renta variable ha vuelto a subir; mientras que las expectativas de inflación han seguido cayendo, con la previsión de la tasa de swap de inflación dentro de cinco años para dentro de otros cinco cayendo a 2,03% a principios de junio, a pesar de un ligero repunte en la inflación subyacente en abril, y el índice de precios PCE básico (core PCE) pasando del 1,5% en marzo a 1,6% en abril. Como resultado, los mercados ahora están anticipando un poco más de tres recortes de tipos de 25 puntos básicos en los próximos 12 meses, incluyendo un poco más de dos para finales de año. Además, la presión política está aumentando, ya que el presidente Trump quiere mantener la actividad económica a toda costa”.
En este sentido, Jerome Powell, el presidente de la Fed, tendrá que comprometerse en un acto de equilibrio: “Si la resistencia de la economía de los Estados Unidos, que sigue siendo sólida, no le proporciona un argumento que justifique un cambio en la política monetaria debería indicar, no obstante, que el banco está listo para una Fed Put (una bajada de tipos) si es necesario para compensar los efectos negativos de las tensiones comerciales”,apunta Dixmier. Esto probaría que está escuchando el mensaje enviado por los mercados para no endurecer las condiciones financieras.
En principio una baja de tipos tendría sentido ya que la ralentización del crecimiento económico en las últimas semanas, unido a la incertidumbre generada por el recrudecimiento de la guerra comercial con China y unos datos de inflación muy por debajo de las expectativas, justificarían este cambio de rumbo del organismo. Por ejemplo, los analistas de AXA IM, ante todo este contexto, esperan que la Fed corte tipos y pase de un 2% a un 1,75% entre septiembre y diciembre. “La incertidumbre tiene un efecto insidioso en la inversión empresarial y es probable que siga siendo un obstáculo permanente para la actividad de los Estados Unidos. Esto es algo en lo que creemos que la Reserva Federal de los EE. UU. se verá obligada a reaccionar ante la posibilidad de una flexibilización de la política”, David Page, analista económico senior y estratega de inversión de AXA IM.
En cambio, los analistas señalan que, pese a la que las condiciones económicas acompañan, una baja de tipo proyectaría la imagen de que la Fed está cediendo a las presiones de Trump, que oficialmente inicia hoy su campaña a la reelección como presidente de los Estados Unidos. Según explica Dave Chappell, gestor senior de carteras de renta fija en Columbia Threadneedle Investments, un impulsor clave de los mercados de riesgo ha sido el colapso de los rendimientos soberanos y, con ello, se espera un importante alivio monetario en los próximos doce meses. “Esto ha coincidido con un flujo constante constante de críticas de tweets dirigidas a la política de la Fed por parte del Presidente Trump, rompiendo décadas del protocolo presidencial y, algunos dirían, amenazando tanto la independencia como la credibilidad del Banco Central. Lo que nos vuelve a llevar a la difícil situación en la que se encuentran Powell y compañía. En el improbable caso de que la Fed entregue un recorte de tasas el miércoles, podría ser acusado de someterse a la presión de Trump y de aumentar aún más los precios de los activos. Si está a la altura, y muestra poca inclinación a respaldar los precios actuales del mercado, entonces podría correr el riesgo de dañar los mercados de valores antes de un resultado potencialmente negativo del G20”, apunta Chappell.
No tan probable
En opinión de Frank Borchers, gestor senior de Ethenea, no es tan sencillo que mañana asistamos a una baja de tipos por parte de la Fed. “Ahora, la atención está puesta en la cumbre del G20 que se celebrará en Japón los días 28 y 29 de junio, ya que se espera que tenga lugar un encuentro al margen de la cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el jefe de Estado de China, Xi Jinping. Dado que es probable que el resultado de esta reunión tenga un impacto significativo en las perspectivas de la economía mundial, creemos que la Reserva Federal se abstendrá de reducir los tipos de interés en la reunión de esta semana y esperará a que continúen las conversaciones antes de decidir sobre nuevas medidas. El aplazamiento de este debate hasta su próxima reunión en julio debería dar al Comité de la Reserva Federal una idea más clara de si decidirán o no bajar los tipos de interés oficiales. Actualmente, los precios de los futuros de los fondos federales están descontando unos tipos de interés más bajos”.
Mismo análisis hace Tiffany Wilding, economista para Estados Unidos en PIMCO. Wilding reconoce que no espera que la Fed baje en la reunión de mañana, pero sí ve posible un recorte de 50 puntos básicos en julio si la economía empeora. A medida que se acerca la reunión, “los mercados de bonos tienen una probabilidad modesta, de aproximadamente del 12%, de que la Fed recorte las tasas de interés en 25 puntos básicos en junio, y una posibilidad mucho mayor, casi del 88%, de un recorte en la reunión posterior a fines de julio”, explica citando fuentes de Bloomberg.
Wilding cree que la Fed actuará si la economía empeora y que ésta tiene herramientas para reaccionar. “Creemos que la restricción de ELB aboga por una respuesta más relajada más rápida cuando haya que enfrentarse a mayores riesgos a la baja para el panorama, incluso si no se espera una recesión. Si este enfoque más enérgico reduce en última instancia las posibilidades de regresar al ELB, parece ser la estrategia de gestión de riesgos más prudente”, argumenta.
Desde Bank Degroof Petercam Spain sostiene que si Powell no anuncia o deja entrever en esta reunión una bajada de tipos para este año, los mercados corregirán. “El mercado descuenta ya con una probabilidad muy alta esta bajada de tipos antes del cierre del ejercicio, por lo que, de no anunciarse o dejarse entrever en esta reunión, provocaría una mayor incertidumbre y probablemente correcciones en los mercados de renta variable y de renta fija”, sostiene Juan Ramón Casanovas, Head of Private Portfolio Management, Bank Degroof Petercam Spain.