El equipo de Renta Variable Pan Europea de Invesco en Henley cree que la economía europea está en el inicio de una fase de recuperación que durará varios años, lo que sin duda será un apoyo para la renta variable de esta región. Las acciones y sectores más beneficiados serán aquellos que han sido más castigados durante la crisis y que cotizan todavía lejos de sus medias históricas de beneficios ajustados cíclicamente.
Mientras que los mercados de renta variable siguen preocupados por Rusia y los mercados emergentes, el flujo de noticias generado por Europa sigue siendo positivo. Los últimos datos, como por ejemplo los índices PMI y la caída de las rentabilidades de los bonos gubernamentales de los países periféricos, están generando una corriente optimista. Incluso la demanda interna está dando signos alentadores de mejora, especialmente la inversión de capital y el gasto de los consumidores. «Todo esto apunta a una recuperación gradual del PIB de la eurozona, lo que sin duda es un buen apoyo para la renta variable de la región», dice el equipo, compuesto por 19 gestores que gestionan más de 50.000 millones de euros.
“Creemos que Europa está en el inicio de una fase de recuperación de varios años, lo que debería provocar que los desequilibrios acumulados durante la pasada década vayan desapareciendo gradualmente. Esto es beneficioso para esta clase de activos en general, al mismo tiempo que genera una serie de oportunidades tanto a nivel individual como sectorial entre los más castigados por la crisis del euro, incluyendo las empresas financieras y medios de comunicación. La mejora de la inversión y del sentimiento de los consumidores también ofrece oportunidades específicas entre aquellas compañías más expuestas a esas tendencias, que es uno de los temas a los que estamos apuntando en varias de nuestras carteras”.
El equipo explica que, si bien la crisis del euro y su impacto en la confianza de los consumidores y empresas ha tenido un efecto muy negativo en la inversión y el gasto en los últimos años, la inversión nunca había sido tan baja en al menos 20 años, mientras las ventas al por menor, un indicador razonable del gasto de los consumidores, ha caído a niveles de 2004. “Con una ruptura del euro menos probable que nunca, el gasto de los consumidores y la inversión están comenzando a mejorar desde unos niveles muy deprimidos”. En su opinión, varios factores animarán la mejora de las inversiones de capital en los próximos años. La demanda, tanto dentro de Europa como internacionalmente, está lista para aumentar este año. La utilización de la capacidad productiva, una figura usualmente muy correlacionada con el capex, está comenzando a subir. Muchas empresas han retrasado sus inversiones y proyectos, por lo que hay un cierto déficit en los últimos años que se debería reducir en los próximos tiempos. Dada la fortaleza de los balances y las reservas de liquidez acumuladas, las empresas cuentan con recursos suficientes para financiar los proyectos futuros.
“Por otra parte, las últimas encuestas sobre la evolución crediticia muestran una mejora continua de la disponibilidad de crédito, lo que en algún momento beneficiará a las compañías que han tenido problemas para lograr financiación externa en los últimos tiempos. Consecuentemente, la confianza empresarial está volviendo gradualmente a la región”, añaden.
Reactivación del gasto
Así, la situación parece proclive para una reactivación del gasto de los consumidores y un aumento de las inversiones de capital. Esta conjunción beneficiará a las empresas más ligadas al consumo. “Los consumidores europeos se han enfrentado a varias tormentas en los últimos años: altos niveles de deuda, creciente desempleo, incertidumbre política y reducción de la riqueza. Sin embargo, hay varios factores que están reduciendo la preocupación de los consumidores: política monetaria acomodaticia, un menor ritmo de reducción de la deuda, una menor presión de la austeridad y la vuelta al crecimiento económico. La confianza está de nuevo en niveles de 2010, una significativa mejora desde sus mínimos del tercer trimestre de 2012. Esto tiene implicaciones significativas para muchos sectores, desde el minorista a la venta de automóviles, con varios datos recientes confirmando esta tendencia”, explican.
Todo esto apunta a un crecimiento modesto pero positivo en Europa durante los próximos años, animado por la recuperación de la demanda interna desde sus niveles ultra-deprimidos. Mayores inversiones y un mayor gasto de los consumidores también deberían favoreces el comercio neto, con un 60% de las exportaciones de bienes hacia otros países europeos.
En su opinión, y en una línea prudente, estos factores deberían ayudar a Europa a resistir el efecto en cadena de un menor crecimiento en las áreas del mundo que han estado creciendo más rápido en los últimos años. “Aunque la prima de riesgo exigida a la renta variable europea ha caído desde sus máximos del segundo trimestre de 2012, sigue por encima de sus niveles anteriores a la crisis. Una mejora del cuadro macroeconómico ayudaría a reducir algunas de las preocupaciones que rodean a la renta variable europea, lo que debería ser un apoyo para varias de las compañías que tenemos en cartera. Creemos que una recuperación de la inversión y del gasto de los consumidores sería beneficiosa para varias de nuestras participaciones, con empresas de bienes de capital, servicios tecnológicos, transporte industrial, publicidad y gestión de personal entre las grandes beneficiadas de un mayor capex. En el lado de los consumidores, creemos que las empresas de automóviles y las minoristas están bien posicionadas para aprovechar de ese mayor gasto, por lo que tenemos una cierta exposición a estos sectores.
Una economía mejor de lo previsto también debería apoyar las inversiones en el sector financiero, donde Invesco permanece sobreponderado. «Seguimos encontrando valor en estas compañías en base a nuestro análisis de valoraciones bottom-up, mucho más favorable a esas industrias que a las defensivas y sectores de crecimiento como bienes de primera necesidad y de lujo», apostillan.