Después de que el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China pareciera enfriarse, Donald Trump ha anunciado, de nuevo a golpe de tweet, que subirá al 25% los aranceles a China y que habrá “más productos” penalizados con nuevas tasas. Un comentario que ha dado al traste con las conversaciones entre ambos países y que parecían estar ya cercanas al acuerdo.
En concreto, el tweet de Trump afirma: “Durante 10 meses China ha estado pagando aranceles a EEUU del 25% sobre 50.000 millones de dólares en bienes tecnológicos, y del 10 % hasta los 200.000 millones de dólares en otros bienes. Los del 10 % subirán al 25 % el viernes».
Para Yves Bonzon, director de inversiones del banco privado Julius Baer, con este nuevo anuncia se ha reactivado el conflicto comercial entre ambas potencias. Según Bonzon, la incertidumbre en torno a las intenciones del presidente Trump con este anuncio presenta un escenario de potenciales caídas en los mercados estadounidense y chino, que podría incluso derivar en una recesión en EE.UU. el próximo invierno. Si, por el contrario, ambas partes alcanzan un acuerdo en sus negociaciones esta semana, ambos mercados volverían a retomar sus cifras más altas alcanzadas recientemente.
“Este anuncio ha sido una completa sorpresa. Habíamos identificado estas negociaciones como el principal riesgo de mercado para el resto de 2019, y los factores endógenos siguen siendo favorables. Creo que Donald Trump podría estar simplemente jugando y en los próximos días llegar a un acuerdo. En cambio, si las negociaciones con China se rompen, la incertidumbre persistirá y los riesgos aumentarán en el corto plazo”, explica Bonzon.
En opinión de Benjamin Melman, jefe de inversión, asignación de activos y deuda soberana de Edmond de Rothschild AM, hasta antes de este anuncio los inversores que se habían mostrado pesimistas sobre la evolución de las negociaciones se volvieron bastante optimistas. De hecho, considera que estas negociaciones se estaban dando de forma bastante lógica y siguen de forma lógica los estados de ánimo del Donald Trump. “Todavía existen importantes motivos de fricción entre los Estados Unidos y China, en particular la propiedad intelectual, por lo que podríamos enfrentarnos a un acuerdo diluido, uno que pudiera reservarse en el futuro nuevas tensiones sobre los asuntos no resueltos. Por lo tanto, podríamos volver a experimentar un resurgimiento de la decepción”, sostiene adelantándose a lo ocurrido este domingo.
En cambio, Anthony Chan, responsable de inversiones en Asia de Union Bancaire Privée (UBP), considera que las tácticas de amenaza utilizadas por Trump pueden no funcionar en China. “Esto se debe a que poner una pistola contra la cabeza de Beijing para cerrar un trato en las últimas horas es una propuesta peligrosa que puede hacer retroceder las negaciones comerciales, especialmente en este punto, donde China parece haber logrado cierta estabilización del crecimiento, en oposición a la aguda la recesión económica a la que se enfrentaba cuando los aranceles estadounidenses se impusieron por primera vez en el verano de 2018”, apunta.
“Es normal que las negociaciones se compliquen en esta fase final, sin embargo, dudamos que esta estrategia vaya a funcionar con China. No creemos que se vayan a interrumpir las conversaciones, pero estamos convencidos de que el acuerdo, que se esperaba que llegara próximamente, se retrasará, lo que también tiene un impacto en la volatilidad de las bolsas mundiales”, sostiene Michael Blümke, gestor senior de Ethenea Independent Investors.
Sin embargo, la buena noticia es que China ha anunciado oficialmente que el viaje a Estados Unidos de unos 100 funcionarios chinos programado para el miércoles 8 de mayo seguirá adelante. Lo que significa que, en lugar de una cancelación y confrontación absolutas, todavía hay posibilidad de que haya más negociaciones para evitar aranceles adicionales para el viernes.
Efecto en el mercado
En opinión de BNY Mellon IM, una disputa arancelaria limitada tiene pocas repercusiones a nivel macro. Un arancel del 10% sobre las importaciones estadounidenses de 200.000 millones de dólares de productos chinos le resta un 0,14% del PIB chino, si asumimos que el aumento de los aranceles produce un efecto de sustitución perfecto en la demanda estadounidense. A su vez, un arancel del 10% sobre los productos estadounidenses importados por China resulta insignificante para EE. UU.
Sin embargo, “un arancel del 25% sobre la totalidad de las importaciones chinas (más de 500.000 millones de dólares) y sobre más de 100.000 dólares de exportaciones estadounidenses a China tendría un impacto mucho más significativo. Según estimaciones del FMI, la imposición bilateral de un arancel del 25% podría costarle a China aproximadamente un 1,3% de su PIB general y a EE. UU., hasta un 0,3%. La reorientación comercial y la reubicación de las cadenas de suministro para la producción y la exportación se sumarían a las consecuencias negativas del conflicto entre los dos gigantes económicos. No obstante, la primera consecuencia será que el resto del mundo tendrá que enfrentarse a la desaceleración de los dos principales motores del crecimiento mundial y a un posible endurecimiento de las condiciones financieras mundiales”, explica Aninda Mitra, analista sénior de deuda soberana en BNY Mellon Investment Management.
La consecuencia inmediata, según valoran los analistas de Monex Europe, es que Trump ha vuelto a poner en alerta al mercado. “El giro ha llegado el dólar con las nuevas amenazas de Donald Trump sobre un posible escalamiento de las tensiones comerciales con China, tras mencionar en un tweet que nuevos aranceles de 25% a importaciones chinas podrían materializarse brevemente si las negociaciones continúan a un ritmo lento”, añaden.
Además, los mercados han registrado caídas ante esta incertidumbre. “Este anuncio es importantísimo, particularmente teniendo en cuenta las historias recientes sobre todo el progreso realizado en las negociaciones entre los Estados Unidos y China. El secretario Mnuchin y el U.S. Trade Representative Lighthizer estuvieron en China la semana pasada, y se esperaba que el viceprimer ministro Liu viniera a Washington esta semana, para continuar (y posiblemente completar) esas negociaciones. Creemos que el anuncio debe verse en ese contexto, es decir, las negociaciones pueden estar en las etapas finales y Trump está utilizando la influencia que tiene para lograr cerrar el acuerdo. En particular, la gente debería fijarse si el viceprimer ministro Liu todavía acude a Washington esta semana para conversar, o si -de lo contrario- se queda en casa en respuesta a los tweets de hoy. Si llega a la ciudad, entonces hay una mayor probabilidad de que se alcance un acuerdo (y el aumento propuesto en los deberes puede ser discutido o retrasado); mientras que, si se queda en casa, entonces el aumento propuesto en los deberes entra en vigencia”, explica Ted Murphy, socio director de Baker McKenzie desde Washington.
De cara a las próximas semanas, Deutsche Bank sostiene que la volatilidad se mantendrá alta mientras que las tensiones comerciales entre ambos países no se resuelvan. “Los déficits comerciales de Estados Unidos con China se mantuvieron amplios después de la implementación de aranceles más elevados del año pasado. Desde mediados de abril de este año, hemos estado aconsejando a los inversores que tomen ganancias tácticamente en acciones y reajusten su cartera. Creemos que el crecimiento más lento de las ganancias, las altas valoraciones y las tensiones geopolíticas podrían ser las razones principales para una mayor volatilidad del mercado en los próximos meses”, apuntan desde el banco alemán.