China ha celebrado su congreso anual mostrando el liderazgo que el presidente Xi Jinping está ejerciendo en el país y en su empeño por lograr una nueva economía que pase del crecimiento rápido al crecimiento de calidad. China ha intentado insuflar energía en su economía interna mediante importantes rebajas de impuestos y algo más de gasto público. ¿Ha sido un decesión acertada?
De hecho, durante la apertura de la reunión anual del parlamento chino el pasado 5 de marzo, el primer ministro Li Keqiang anunció una revisión a la baja del objetivo de crecimiento del PIB y añadió que la política monetaria seguiría siendo “prudente”, aunque la presupuestaria sería “más decidida”. Según explica Raymond Ma, gestor del fondo FF China Consumer de Fidelity, “el tono general de la Asamblea Popular Nacional ha transmitido una política presupuestaria activa y una política monetaria prudente, ambas importantes para la evolución del crecimiento de China este año”.
El análisis de Fidelity era acertado, y China ha situado el objetivo de crecimiento de su PIB entre el 6% y el 6,5%. El motivo, explica Ma, “principalmente por las dificultades internas y externas, pero el tono general del discurso fue expansivo y centrado en la estabilidad. Además, por el momento estamos viendo avances positivos en uno de los frentes que más preocupa a los inversores de todo el mundo: las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos”.
Según apuntan la mayoría de las gestoras, la estabilidad económica y social son áreas prioritarias para el gobierno en 2019 tras la desaceleración experimentada por China a raíz de sus esfuerzos de reducción del endeudamiento. Para los analistas, los otros dos anuncios clave que han salido del congreso anual son: un incremento moderado del déficit público, que pasa del 2,6% al 2,9%, y el enfoque comedido en el que se contemplan recortes de los tipos de interés.
“Del resto de objetivos anunciados también se desprende que el Gobierno, al menos por ahora, se está comportando en línea con nuestras expectativas de un mayor estímulo presupuestario desde el ejecutivo central, en vez de depender de los gobiernos locales y el crecimiento del crédito. De momento, las medidas anunciadas concuerdan en gran medida con nuestras suposiciones y, por tanto, no alteran en gran medida nuestras previsiones. Seguimos esperando una ralentización moderada en el crecimiento, un paquete de estímulos menor que en periodos de ralentización anteriores y, tal vez algo crucial para el resto del mundo, un paquete de medidas de estímulo que esté menos centrado en las materias primas de lo que estamos acostumbrados a presenciar por parte de China”, explica Craig Botham, economista para mercados emergentes de Schroders.
Estos anuncios, en opinión de PIMCO, pueden ayudar a que la inversión en China sea más atractiva. “El estímulo chino podría ser fundamental para decidir qué inversores tienen la razón. En estos días, el mundo de la inversión parece dividido entre dos tipos de inversores en el mercado: los creyentes y los escépticos. Entre los creyentes se encuentran los inversores en los mercados de acciones, que se recuperaron considerablemente de su venta masiva a fines de 2018, respaldados por un pivote moderado de la Reserva Federal, con la esperanza de una tregua de guerra comercial entre los Estados Unidos y China. Sin embargo, este repunte, con el S&P 500 subiendo casi un 20% desde el mínimo del 24 de diciembre, se ha producido incluso cuando las ganancias de las empresas en 2019 se han revisado notablemente a la baja”, apunta Geraldine Sundstrom, Managing Director y Portfolio Manager de PIMCO.
Muestra de lo que el mercado esperaba del congreso anual es que el mercado de renta variable chino parece haber cambiado de tendencia. El mercado de renta variable chino ha repuntado con fuerza este año y ha pasado a figurar entre los mercados globales más rentables, tras terminar 2018 en los últimos puestos. ¿Siguen existiendo oportunidades?
Según explica Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, “las acciones A siguen cotizando con un marcado descuento en comparación con las acciones de otros mercados emergentes, y en relación con su evolución histórica, lo que apunta al potencial de obtener ganancias adicionales”. Turnill apunta que su visión sobre el mercado bursátil chino es positiva, pero “priorizamos la adopción de un enfoque selectivo en un contexto de riesgo en los planos de crecimiento y comercial”.
En lo que todas las gestoras coinciden es en que las negociaciones comerciales en curso entre Estados unidos y China podrían seguir provocando fluctuaciones en los mercados. “Todo sigue apuntando a que Estados Unidos y China caminan hacia un acuerdo comercial. Aunque las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y Europa podrían reavivarse con las tarifas de los automóviles en Europa, lo que afectaría el crecimiento alemán y los activos europeos”, señala Esty Dwek, estratega de inversiones en Natixis IM.