El exceso de liquidez en el mercado y la inestabilidad política son dos de los ingredientes necesarios para que se generen burbujas. Las empresas de Internet o el sector inmobiliario son ejemplos de cómo aquel caldo de cultivo acabó con un fuerte estallido en el mercado. Ahora los analistas vigilan cómo evolucionan algunos mercados, como por ejemplo el bitcoin o los bonos, por si se pudiera producir alguna burbuja.
“Estamos en un mundo de exceso de liquidez que conduce a la creación de burbujas. Este es el riesgo financiero y macroeconómico más peligroso para la recuperación impulsada por la deuda. Un mercado se encuentra en una situación de burbuja cuando los precios se vuelven súper exponenciales, lo que está sucediendo actualmente en muchos mercados en todo el mundo: inmobiliario, criptodivisas, FANG y la parte de rendimiento negativo del mercado de bonos que representa alrededor de 8 billones de dólares”, explica Christopher Dembik, jefe de análisis macroeconómico de Saxo Bank.
En opinión de Dembik, una de las burbujas más claras que se podrían estar generar es en torno a las bitcoin. “La tecnología detrás del bitcoin es innegablemente prometedora, pero el interés por el bitcoin se debe principalmente al exceso de liquidez. En un entorno de política monetaria más estricta, los inversores habrían sido mucho más reacios a invertir en este activo que tiene todas las características de una burbuja especulativa”, añade. Sin embargo, considera que no se espera que la explosión de la burbuja del bitcoin, que podría desencadenarse por la salida de una política monetaria acomodaticia, tenga consecuencias financieras significativas.
Desde Saxo Bank apuntan que lo más importante es aprender del pasado, ya que las burbujas más peligrosas son en realidad las que ya se han experimentado, especialmente el mercado inmobiliario. “Las burbujas en los activos financieros son preocupantes, pero afectan a una parte más pequeña de la población que las burbujas del mercado inmobiliario. Los mercados que vemos más arriesgados son Australia, Londres y Hong Kong, pero las tendencias en Suecia y Noruega también son extremadamente preocupantes”, afirma.
Lo cierto es que el mercado sabe cómo funcionan las burbujas. Lo que a primera vista parece un “no evento” a menudo puede causar la explosión. Por lo tanto, es imposible predecir correctamente el tiempo. Para Dembik, 2018 es más favorable para que se produzcan estallidos de burbuja desde 2007. “El final del año será una temporada especialmente arriesgada, ya que la Fed habrá subido significativamente los tipos y el BCE dejará de inyectar liquidez a través de QE, lo que conducirá a un mayor coste del capital y valoraciones de mercado más realistas”, concluye.