La crisis del brote de coronavirus iniciado en China continúa contagiando al mercado. La semana comenzaba con caídas en las bolsas asiáticas de en torno al 8% y con una inyección de liquidez por parte del Gobierno chino de 1,2 billones de yuanes, para frenar las caídas del mercado. Por ahora, desde que se confirmó la infección entre humanos por el brote de Wuhan el 20 de enero, el índice MSCI AC Asia Pacífico ex Japón bajó casi un 3%.
Aunque la situación parece más estable, en la apertura europea hubo rebotes de los futuros también americanos (S&P +0,45% 3238 pts) y los resultados empresariales de esta semana (más de 100 empresas del S&P500 publican esta semana) puedan ayudar a dar apoyo al mercado, los expertos consideran que la incertidumbre continuará. Los analistas comienzan a tener una estimación más clara de cuál será su impacto. Tomando como base otras crisis (el SARS entre 2002-2003, la gripe porcina entre 2009-1010, y la gripe aviar en el invierno y primavera de 2014, 2015 y 2017), los datos sugieren que el impacto económico de las enfermedades infecciosas tiende a durar de uno a dos trimestres. «Desde que aumentaron las noticias acerca del virus, alrededor del 17 de enero, los valores de los mercados emergentes han bajado alrededor de un 4%, de acuerdo con el MSCI Emerging Markets IMI. Los valores chinos han descendido más de un 6%, y los tailandeses un 7%. Por el contrario, el MSCI World Index descendió un 1,3% durante el periodo comprendido hasta el 29 de enero», señalan desde Capital Group.
En opinión de Fabrice Jacob, consejero delegado de JK Capital Management, filial de La Française, el impacto a corto plazo en la economía china podría ser mucho más grave de lo que fue en 2003, simplemente porque todo el país está literalmente paralizado por las medidas adoptadas por el Gobierno a todos los niveles. “Las vacaciones por el Año Nuevo chino se han extendido diez días (hasta ahora) en 14 provincias que son responsables del 69% del PIB de China. Con el SARS nunca se tomaron medidas similares que afectaran a la economía. Por ello, podemos prever que el crecimiento del PIB se verá afectado no sólo por una fuerte caída del consumo, sino también por una fuerte caída de la producción. Si esta prolongación de las vacaciones continuase, sería razonable esperar un efecto dominó en todos los países que dependen en gran medida de las importaciones de China. Como resultado, esperamos que la caída del crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2020 sea muy significativa. Las cifras de PMI manufacturero de febrero serán atroces”, señala Jacob.
Para Esty Dwek, responsable de estrategia de mercados globales en Natixis Investment Manager Solutions, los mercados hasta ahora han mostrado cierta resistencia, pero la volatilidad ha subido y permanecerá elevada durante un tiempo y hemos decidido reducir riesgo. “Ahora mismo es imposible saber con exactitud la extensión del virus de Wuhan y sus consecuencias económicas, más allá de un brusco impacto en el PIB del primer trimestre, especialmente en China, donde esperamos que el efecto en los datos de actividad sea significativo”, explica.
Dwek subraya que los datos de actividad económica mundial habían señalado últimamente una “moderada recuperación, gracias a un telón de fondo global propicio, después de que la Fase 1 del acuerdo entre China y EE.UU. fuera más amplia de lo esperado, reduciendo los riesgos de una reescalada”. Sin embargo, la experta subraya que “la epidemia de Wuhan podría paralizar este momentum que estaba ganando la economía global”. Esty Dwek concreta que, aunque Natixis IM todavía espera “una recuperación en los segmentos más cíclicos de la economía global, la desaceleración estructural sugiere que el crecimiento no remontará en 2020”.
Entre los aspectos positivos, la estratega destaca la política acomodaticia de los bancos centrales, la resistencia de los consumidores, la fortaleza del mercado laboral y residencial en EE UU y los beneficios que obtendrá Europa de la tregua comercial, si bien “no se puede descartar una disputa entre EE UU y la UE”, advierte Dwek.
En todo caso, Dwek mantiene una visión “constructiva” sobre la economía y los mercados. “Las Bolsas deberían continuar haciéndolo bien y mantenemos nuestra asignación de soprenderar sobre la renta fija. Las valoraciones no son baratas, pero no están excesivamente ajustadas y son menos caras que la renta fija”, concluye la estratega de Natixis IM , que sobrepondera a corto plazo los activos europeos frente a la renta variable estadounidense
Los primeros perjudicados
Una de las decisiones que más se ha notado en el mercado es la reducción en 600.000 barriles diarios en la producción de petróleo de la principal petrolera del país, lo que augura una fuerte caída de la demanda. Esto ha provocado que el barril de brent caiga, alcanzando los mínimos de diciembre de 2018, y que la OPEP se esté planteando un recorte en su producción.
“Los sectores más afectados son el de los viajes, el del entretenimiento y el de las compras, mientras que la producción industrial podría verse perjudicada si el brote se extiende. Dicho esto, el impacto en el comercio y la inversión en activos fijos ha sido menos visible en episodios anteriores. Cabe mencionar que en aquel momento se mantuvo una posición crediticia poco firme en 2003 y en 2009-2010, lo que contribuyó en parte a atenuar los efectos económicos de las epidemias”, explican des Aberdeen Standard Investments.
El efecto del coronavirus parece que también se ha extendido a las divisas, según argumentan los analistas de Monex Europe. “El temor que causa la propagación del coronavirus en China y las crecientes expectativas de un potencial impacto devastador sobre la economía global, refuerzan al dólar y otros activos refugio como clase de activos”, apuntan en su último informe.
Según el análisis que hace Gilles Moëc, Group Chief Economist de AXA IM, la crisis actual está afectando más consumo doméstico chino que a cualquier otro componente del PIB, lo que debería reducir los efectos secundarios en el resto mundo. “Sin embargo, si la crisis del coronavirus no entra rápidamente bajo control, será la actividad de producción e inversión la que se verá afectada, con ramificaciones profundas para la producción mundial. Probablemente ya tengamos que reescribir el resultado del PIB de China para el primer trimestre, pero la cuestión es si la crisis persistirá durante todo el año”, advierte Moëc.
De momento, la mayoría de las investigaciones apuntan a que las ventas se recuperarán en primavera, si se normalizan las restricciones de viajes. La idea de los analistas es que el consumo perdido se pondrá al día rápidamente. “Si mantenemos por ahora como hipótesis fundamental una mera réplica del SARS (un impacto de aproximadamente el 1% del PIB chino), lo que ya parece una hipótesis conservadora en esta etapa, el impacto ya sería similar al que estimamos el año pasado como efecto de la guerra comercial con EE UU (0,9%). Debemos considerar las ramificaciones a otros riesgos globales, en particular a la guerra comercial. De hecho, si duplicar las compras de productos estadounidenses ya era desalentador para Beijing, según el acuerdo alcanzado con la Casa Blanca, será ahora aún más difícil; adicionalmente, la debilidad del Renminbi podría complicar la relación con EE.UU., que podría verse tentado de aprovechar la debilidad china para imponer nuevas concesiones”, añade el portavoz de AXA IM.
Evan Brown, responsable de estrategias macro de UBS AM, hace una lectura más optimista de los mercados y considera que si bien es probable que el coronavirus afecte a ese impulso a corto plazo, no creemos que lo haga descarrilar. “En nuestra opinión, hay más detrás de este rebote de lo que los mercados están descontando actualmente. El crecimiento de la demanda global parece apoyarse en el impacto retardado de la agresiva política monetaria acomodaticia en los mercados desarrollados y emergentes en 2019. Este tipo de movimiento brusco hacia una política acomodaticia ha facilitado históricamente las condiciones crediticias, sentando las bases para una recuperación económica en forma de V. Los bancos centrales seguirán siendo flexibles en 2020. Creemos que hay margen para que la política monetaria del mercado monetario en su conjunto proporcione un mayor estímulo en caso de que sea necesario”, argumenta Brown.
La conclusión a este análisis la pone Paul O’Connor, director del equipo multiactivos de Janus Henderson. En su opinión, resulta poco probable que la confianza del mercado financiero sobre este tema mejore de forma sostenible hasta que haya ciertas pruebas de que la letalidad del coronavirus está quedando contenida. «La caída relacionada con el virus en la mayoría de los activos de riesgo ha sido relativamente moderada hasta la fecha, en comparación con los marcados repuntes experimentados durante los últimos cuatro meses. Si eliminamos de la ecuación los desenlaces biológicos catastróficos, consideramos que el brote de coronavirus tiene potencial para generar oportunidades de compra en los activos de riesgo. No obstante, parece ser aún demasiado pronto para restablecer ya las posiciones, en vista de lo moderada que ha sido la corrección del mercado, el dinamismo de la progresión del virus y las numerosas incertidumbres biológicas que rodean a esta epidemia”, afirma.
¿Qué hace el inversor?
Después de escuchar la visión y valoración de las principales firmas de inversión, la pregunta es inevitable: ¿Qué deben de hacer los inversores? Según Carmignac, la primera «tentación» para el inversor es buscar activos refugio, pero no por la incertidumbre sino por lo complicado que es cuantificar el impacto que tendrá esta crisis sanitaria en los activos y en la economía global.
«La cuestión para el inversor en renta variable no se reduce a cómo reaccionar a la información que le llegará cada día sobre la progresión de la epidemia, sino que obedece a una situación compleja de abordar, que amenaza con arrebatar a los mercados bursátiles, al menos temporalmente, dos de sus tres catalizadores de rentabilidad. Parece razonable responder aprovechando cualquier retroceso para reforzar las posiciones en empresas con un crecimiento menos vulnerable al ciclo económico mundial y recoger beneficios de manera cautelar en las demás», sostiene la firma en su último análisis.