La investidura del nuevo gobierno estadounidense y el preludio de unos comicios electorales decisivos en Europa están sembrando una considerable incertidumbre política. Según NN Investment Partners, “los riesgos políticos y de políticas que se vislumbran podrían moderar el optimismo de los inversores”, pese a que la coyuntura económica global parece atravesar su mejor momento desde 2007.
“Los mercados financieros en su conjunto apenas se han movido en lo que llevamos de año, pese a la palpable tensión generada por la combinación de un panorama político gris y un entorno económico algo más despejado. Tampoco vemos grandes episodios de volatilidad; de hecho, la volatilidad del mercado bursátil ronda mínimos históricos. Esto no significa que los inversores hagan caso omiso de los posibles riesgos de una nueva combinación de políticas en EE.UU. o de victorias electorales de los candidatos populistas en Europa”, destaca la gestora en su último análisis.
La firma considera que los segmentos del mercado más vulnerables a los eventuales riesgos políticos han estado dando muestras de agitación. En concreto señala a las divisas de México y Corea del Sur, dos países exportadores con mercados emergentes que probablemente acusarían los efectos de un mayor proteccionismo en Estados Unidos. “Ambas se debilitaron significativamente en las semanas posteriores a las elecciones, pero desde comienzos de este año se han recuperado”, matiza. En cambio, en Europa, en la antesala de las elecciones presidenciales de Francia en abril, el diferencial de rendimiento entre los bonos francés y alemán se está ampliando a medida que la candidata populista contraria al proyecto de la UE, Marine Le Pen, asienta su liderazgo en las encuestas.
Desde un punto de vista conductual, explica que “el posicionamiento actual de los gestores de fondos con estilos activos está, en lo que hace a la asunción de riesgos, en niveles muy bajos respecto al pasado, tanto en los mercados de deuda como de renta variable”. Según las encuestas a los inversores, las posiciones de liquidez de los gestores de fondos se sitúan muy por encima de su media de largo plazo. Esto señalizaría la oportunidad de adoptar un posicionamiento contrario al mercado y reinvertir el efectivo en lugar de optar por una asignación más defensiva.
Distribución de activos
En este contexto, la gestora sigue inclinándose por asumir riesgos con su asignación táctica de activos: infraponderación en valores de deuda pública y ligeras sobreponderaciones en renta variable, renta fija privada y materias primas. “Mantenemos un nivel de sobreponderación medio en el sector inmobiliario, una clase de activo que ha ido a la zaga en rentabilidad este año, pero que aún parece estar bien respaldada por sus fundamentos económicos”, puntualiza en su último análisis.
En renta variable, la pujanza de los mercados internacionales continúa gracias a unos datos satisfactorios. Pese a las inquietudes políticas, los activos de riesgo aún cuentan claramente con apoyos por fundamentales. Según sus valoraciones, “las sorpresas macroeconómicas se están estabilizando en niveles altos y los beneficios empresariales están superando las expectativas. Los beneficios en Estados Unidos, Europa y Japón son sólidos y muestran una mejora de los márgenes empresariales”.
A esto también se suma que la dinámica de beneficios también es positiva, por lo que no sorprende que la confianza empresarial esté mejorando, y que la fortaleza del mercado de trabajo impulse la confianza de los consumidores. En este sentido, la gestora apunta que parece estar creándose un círculo virtuoso entre las empresas, que contratan más trabajadores e incrementan la inversión en capital fijo, y los consumidores, que aumentan el gasto. “Con una política monetaria global que probablemente mantendrá un sesgo netamente expansivo, a juzgar por la reciente orientación de los principales bancos centrales, unos «animal spirits» optimistas podrían impulsar al alza los mercados y comprimirlas primas de riesgo de la renta variable”, afirma.
En este sentido, a la gestora le preocupa Estados Unidos que, en su opinión, puede llegar a decepcionar dependiendo de las políticas que Trump implante. “Es cierto que los datos económicos son firmes, los beneficios satisfactorios, y que la desregulación parece estar en vías de concretarse, pero al mismo tiempo la prima de riesgo de la renta variable estadounidense ha caído hasta situarse en su nivel más bajo desde 2010 y la prima de valoración respecto a los otros mercados desarrollados es del 15%-20%. Además, EE.UU. es la única región del mundo cuya dinámica de beneficios es negativa”, explica.
Respecto a la renta fija, los diferenciales siguen estrechándose, pese a que el panorama fundamental de los productos de renta fija privada ha vuelto a afianzarse tras la reciente mejora de los datos macroeconómicos en los mercados tanto emergentes como desarrollados. Y es que, según su análisis, los diferenciales continúan estrechándose de forma generalizada, como ya sucediera el año pasado. “La deuda de alto rendimiento o high yield sigue batiendo en rentabilidad a la deuda con categoría de inversión. Dentro de la deuda high yield, los diferenciales de los activos en dólares se han reducido más que los de los valores denominados en euro”, señala.
En comparación con el año pasado es que la deuda de mercados emergentes, o emerging market debt, se están estrechando claramente más que el año pasado. “Hemos revisado al alza la recomendación sobre la deuda en mercados emergentes tanto empresarial como soberana en monedas fuertes, hasta una ligera sobreponderación y la denominada en monedas locales hasta neutral”, afirma.