A Grecia se le acaba el tiempo para alcanzar un acuerdo que evite la quiebra y una eventual salida de la zona euro. Si ayer todo parecía atado, la incertidumbre ha vuelto hoy a campar por el mercado. Estas son las fechas claves para el país heleno y los vencimientos a largo plazo que tendrá que afrontar:
- 25 de junio: Cumbre de la Unión Europea. ¿Será ésta la última oportunidad para firmar un pacto?
- 30 de junio: Debe devolver al FMI 1.500 millones de dólares por el préstamo para su rescate.
- 1 de julio: A partir de este momento, empieza a ser difuso cuánto tiempo mantendrá el BCE el respaldo a la banca griega.
- 20 de julio: La salida de Grecia de la zona euro está casi garantizada si no paga al BCE 3.500 millones.
En comparación con la crisis de Grecia vivida ya en 2011, explican los expertos de Fidelity, el mercado de bonos se mantiene relativamente en calma, únicamente con ligeras subidas en los diferenciales de los países de la periferia europea. ¿Cómo puede ser?, se preguntan desde la gestora estadounidense. A corto plazo, es menos probable que la crisis de Grecia se contagie a otros países. Esto se debe a:
- Las perspectivas macroeconómicas de Europa en general han mejorado bastante, lo mismo que las posiciones fiscales.
- El enorme programa de expansión cuantitativa del BCE está dando soporte adicional haciendo que sea poco probable que los diferenciales de la periferia aumenten drásticamente.
- El BCE y los principales países de Europa están mejor preparados para un Grexit que en la anterior crisis.
- De forma general, no es probable que los mercados de renta variable se vean afectados por la evolución del tema griego, aunque a corto plazo veamos repuntes de la volatilidad.
Dierk Brandenburgo, analista de mercados de deuda pública de Fidelity, estima que “en caso de fracasar las negociaciones, creemos que, a diferencia de 2012, la eurozona está en condiciones de mitigar el contagio en los mercados financieros gracias a los mecanismos de apoyo y la política de flexibilización cuantitativa del BCE. Sin embargo, será difícil olvidar el precedente que sentaría la salida de Grecia de la zona euro para otros miembros de la Unión Europea en el caso de que sus economías vuelvan a sufrir otra recesión severa. De cara al futuro serán necesarias políticas adicionales para mejorar la coordinación de la política fiscal y económica en la eurozona”.
También Dominic Rossi, CIO de renta variable global de Fidelity, cree que aunque Grecia quiebre, el objetivo va a ser tratar de mantener al país dentro de la zona euro. Pero, “a diferencia de lo sucedido con Chipre, esta estrategia no funcionará. Grecia es una entidad económica mucho más grande y un sistema financiero más poroso. Así que creo que la crisis de deuda se va a tornar una crisis de divisas, que podría haberse evitado. Sin embargo, creo que va a ser contenida. La economía griega es pequeña, su comercio con otros países mínimo. Sus mercados financieros son igualmente pequeños y su deuda soberana está en manos de las instituciones públicas y no privadas. Por lo tanto, las posibilidades de contagio en los mercados financieros es baja”, explica.