Ya hemos pasado el ecuador de 2018 y las gestoras consideran que el año está siendo más complejo de lo que en un primer momento esperaban. El contexto ha cambiado y el entorno de mercado que impulsó unas rentabilidades extraordinarias ajustadas al riesgo en 2017 ha cambiado.
En opinión de BlackRock, el crecimiento continuará y estará encabezado por Estados Unidos, que contagiará positivamente al resto del mundo y apuntalará el crecimiento global, pero en su radar no todo es positivo. “El abanico de posibilidades para las perspectivas económicas se ha ampliado. En el lado negativo: la guerra comercial y los riesgos de sobrecalentamiento. En el lado positivo: las sorpresas positivas de los estímulos en Estados Unidos. Esta mayor incertidumbre —junto con la subida de los tipos de interés — ha contribuido al endurecimiento de las condiciones financieras y justifica la estructuración de carteras con mayor resistencia. La apreciación de dólar ejerce presión sobre las compañías que se financian en esta divisa, así como sobre los mercados emergentes con un elevado volumen de deuda externa”, explica Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión de BlackRock.
Las gestoras coinciden en señalar que 2018 está siendo un año de transición para la economía global. Según explica el equipo de inversiones de Unigestion, “a partir del período goldilocks que caracterizó gran parte de 2017, hemos pasado a un período de incertidumbre, provocado por la disminución de la flexibilización cuantitativa (QE), el aumento de las presiones inflacionarias y el consiguiente endurecimiento de la política monetaria”.
En su opinión, estamos observando gran crecimiento de las economías desarrolladas por encima del potencial, frente a las emergentes que, a pesar de quedarse por debajo, parece invertirán su tendencia. “En este contexto, la guerra comercial se revela como la fuente de incertidumbre de mayor impacto, bajo previsión de escalada, determinada por la actualidad política y micro efectos adheridos. Un conflicto comercial liderado por Estados Unidos que está debilitando a las economías emergentes ante el aumento del dólar” , sostienen.
Por su parte, Turnill insiste en los riesgos políticos: “Las disputas en el plano comercial suponen un riesgo para la confianza del mercado y el crecimiento. El Gobierno populista de Italia y las tensiones migratorias han aumentado el riesgo de que se produzca una ruptura de la Unión Europea, aunque creemos que la zona del euro saldrá del paso este año”.
Posicionar la cartera
Con este cambio de entorno, las gestoras han ajustado sus carteras y se centran en buscar oportunidades que surjan en este cambio de ciclo. La renta fija seguirá siendo todo un reto para los gestores, así como el aumento del apalancamiento de los mercados de deuda corporativa, aunque aún no haya motivos para preocuparse.
Desde BlackRcok continúan priorizando los activos de riesgo, aunque han moderado su postura en vista del frágil equilibrio entre el aumento de incertidumbre en el plano macroeconómico y la solidez de los beneficios empresariales. “Priorizamos la renta variable estadounidense frente a otras regiones. Seguimos creyendo que la renta variable momentum registrará un mejor comportamiento y priorizamos exposiciones centradas en la calidad frente al valor. En renta fija, nos decantamos por bonos de vencimientos cortos en Estados Unidos, y en el segmento de deuda corporativa, adoptamos una postura más orientada a los títulos de mayor calidad. El aumento de las primas de riesgo ha generado valor en algunos activos de los mercados emergentes. Nos gustan ciertos activos determinados en los segmentos de capital privado y de activos reales de cara a diversificar las carteras. Creemos que la inversión sostenible brinda protección a largo plazo en las carteras”, afirma Turnill.
Por su parte, desde Unigestion considera que el entorno actual exige una planificación estratégica cautelosa. Apuestan por la renta variable pero con coberturas ante los riesgos políticos y comerciales.
Para Antonio Ruggeri, experto en crédito europeo de SYZ Asset Management, el segundo semestre puede ser una gran oportunidad para mirar con interés los bonos corporativos y financieros denominados en euros. “Desde una perspectiva top down, consideramos que el crédito de grado de inversión es un componente estructural de las carteras de renta fija, ya que a medio plazo muestra una menor volatilidad y mejores rendimientos que los bonos soberanos. El actual mínimo a un año en los tipos y los máximos a un año en los diferenciales sugieren que es un buen momento para añadir exposición”, explica Ruggeri.