El huracán Katrina dejó una estela devastadora con un coste estimado de 160.000 millones de dólares y golpeó a la administración Bush por su respuesta aparentemente descuidada. El huracán Sandy también fue horrible y se estima que tuvo un impacto de 75.000 millones dólares. Ahora es el turno de Harvey, huracán cuyos efectos se dejaron notar, también en el mercado, desde el pasado fin de semana.
Este tipo de fenómenos, según señalan desde Citi, ha provocado históricamente “una desaceleración brusca en los negocios regionales, ya que las personas se quedan en casa o en refugios en lugar de continuar su actividad normal, con carreteras y autopistas sumergidas, deteniendo el tráfico ferroviario y aéreo y los puertos cerrados”.
En concreto, una de las actividad más dañada, según la opinión de los expertos de Julius Baer, es el negocio de energía de los Estados Unidos. Aunque la información sobre los daños sigue siendo limitada, “las interrupciones, en su mayoría paradas preventivas, parecen ser mucho mayores para los refinadores de petróleo que los productores de petróleo”, advierten. Esto tendría consecuencias claras para los precios de los productos del petróleo.
En concreto, ha afectado a la extracción de Eagle Ford. Según apuntan desde Citi, “los productores han cerrado cientos de pozos y han detenido las operaciones de perforación del Eagle Ford Shale en el sur de Texas, que se encuentra en el paso del huracán”.
Efecto en el precio
En este sentido, Nitesh Shah, estratega de materias primas de ETF Securities, habla del impacto que tendrá sobre el precio de las gasolinas. “El huracán Harvey ya ha bajado el precio de la gasolina un 8,5% durante la semana pasada, ya que muchas refinerías de petróleo estadounidenses están ubicadas en el Golfo de México”, explica. Sin embargo, los precios del petróleo han sido moderados.
“Mientras que la producción de petróleo crudo ha sido obstaculizada por la tormenta, las refinerías shut-ins han engrosado la demanda de petróleo. Con más de 2 millones de barriles por día de capacidad de refinación, se mantuvo baja como resultado de la tormenta –más del 10% de la capacidad de refinación de EE.UU.–, y con las lluvias adicionales e inundaciones probablemente durante la semana, se espera una mayor interrupción que debería mantener los precios de la gasolina elevados”, matiza.
Sin embargo, desde Julius Baer llaman a la tranquilidad. “Históricamente, los movimientos de precios relacionados con las tormentas han sido temporales y de corta duración. Según las estimaciones iniciales, Harvey se ajusta al impacto medio de un huracán, lo que sugiere que las distorsiones deberían desaparecer dentro de dos o tres semanas, aunque las inundaciones siguen siendo un comodín. Los elementos de equilibrio cruciales son los puertos y la reanudación del crudo y el comercio de productos petrolíferos. Sólo si las interrupciones del comercio son más severas si los precios de la energía ven un impacto más duradero”, explican desde Julius Baer, quienes mantienen una visión neutral sobre el petróleo y ver los precios de los mercados.
Impacto económico
Desde Saxo Bank estiman que los daños provocados por Harvey, que ha causado inundaciones catastróficas en Texas,se elevan ya a 100.000 millones de dólares, y podrían afectar el debate sobre el techo de la deuda estadounidense.
“Estamos ante un desastre de magnitud suficiente que puede forzar un aumento del techo de la deuda, aunque sea temporal. Cientos de miles de personas necesitan ayuda de emergencia. Los fondos federales tendrán que estar disponibles para atender a las necesidades del gran número de condados declarados como áreas de desastre federal, pues requerirán la reconstrucción de infraestructuras e incluso instalaciones federales”, afirma Ole Hansen, jefe de estrategia en materias primas de Saxo.
En el mercado, esto ha provocado que los inversores busquen refugio, lo que llevó al oro a romper la resistencia clave de los 1.300 dólares/oz ayer lunes.