Una revalorización de las materias primas y un entorno más predecible son las primeras consecuencias legibles y positivas de la elección de Joe Biden para Latinoamérica, en un análisis de Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock, para Funds Society, que considera como escenario más probable que el Congreso esté dividido con los demócratas con mayoría en la Cámara de Representantes y los republicanos en el Senado y tiene en cuenta la incertidumbre derivada de un posible recuento de votos en algunos estados y la segunda vuelta de votación para dos escaños senatoriales en el estado de Georgia.
Es necesario “leer entre líneas” para evaluar el impacto en la región
“No resulta sencillo detallar el impacto para la región de Latinoamérica el resultado electoral que lleva a Biden a la Casa Blanca. Ello por cuanto los programas de ambos candidatos se centraron primordialmente en asuntos domésticos -en atención al COVID-19, por ejemplo- y a la crisis económica asociada a la pandemia. Si hubo algún espacio para política exterior, fue principalmente en relación a China”, afirma el experto.
De esta forma, es necesario ““leer entre líneas” para evaluar el impacto en la región, “el plan de estímulo fiscal que considera Biden, con un fuerte énfasis en infraestructura con un sello “verde” y otros planes destinados a reactivar la economía, debieran de afectar positivamente a la región”.
Así, en opinión del experto, los sectores más favorecidos serán los vinculados a infraestructura, como materias primas y materiales de construcción, que incluyen cobre, mineral de hierro y cemento, entre otros. Además, Christensen considera que sectores como el litio y el cobre en Latinoamérica también pueden verse favorecidos por la mayor importancia que la sustentabilidad medioambiental tiene dentro programa del candidato demócrata. No obstante, Christensen señala que un Congreso dividido puede poner en riesgo este escenario y la ejecución del programa de inversión “demorándolo o disminuyéndolo en magnitud, afectando las consecuencias en la región”, declara el estratega.
Por otro lado, un cambio en la política comercial que se traduzca en un entorno de comercio mundial más favorable, será otro de los factores que puede impactar de forma positiva en la región. “Si bien es poco probable que se regrese al enfoque en favor de mayor liberalización del comercio que caracterizó a otros presidentes demócratas (Clinton con NAFTA, Obama con TPP), se espera que el nuevo gobierno lleve a cabo políticas comerciales más predecibles, con mayor apoyo en acuerdos e instituciones multilaterales (por ejemplo, OMC) y sin utilizar el comercio con fines políticos. Ello redundaría en un panorama más favorable al comercio global, con el consiguiente efecto sobre las economías de Latam”.
Por último y a pesar del cambio de gobierno, Christensen considera que “es altamente probable que la relación entre Estados Unidos y China continúe por una senda de distanciamiento en varias dimensiones (comercial, tecnológica, geopolítica)” que tendrá como posibles consecuencias, por un lado, la relocalización de procesos productivos “de empresas estadounidenses hacia América, tanto Estados Unidos, como asimismo varios países de América Latina” y por otro, dará lugar una mayor importancia del mercado doméstico en el crecimiento chino.
“China ya ha anunciado su intención de acelerar una mayor preponderancia del crecimiento en su mercado doméstico, reduciendo su dependencia de exportaciones y otros lazos con fuentes extranjeras. Esto último podría derivar en una mayor demanda de productos desde América Latina que se ajusten a esa estrategia interna. Por ejemplo, un incremento del ingreso per capital chino significa mayor consumo de materias primas como cobre, hierro, papel y alimentos. Asimismo, los recientes anuncios de China de ajustar emisiones podrían también llevar a mayor demanda por productos como litio y cobre, ante una mayor demanda de vehículos eléctricos por parte de ese país”, opina.
México sería el país con mayor impacto
En opinión del experto, todos los países de la región se verán “afectados por el nuevo escenario político que se abre” pero, sin embargo, señala a México como el país con mayor impacto. “Ciertamente, el impacto sobre la economía mexicana es significativa, por la significativa integración económica que tiene México con los Estados Unidos, particularmente, en la actividad de manufactura. Ello también considerando la reciente entrada en vigencia del nuevo tratado de comercio entre ambos países más Canadá. Adicionalmente, México y países de Centroamérica podrían verse afectados por cambios en la política migratorio de los Estados Unidos que tenga impacto en el flujo de remesas de trabajadores en EE.UU, hacia sus familias en la región”, señala.
Por otro lado, Perú y Chile serán los mas favorecidos por los programas de estímulo fiscal y mayor estabilidad de la política comercial. Colombia y Brasil serán beneficiados, aunque en menor medida, por “un mayor peso relativo en sus economías de sectores más ligados a la demanda interna”, según Christensen.
Efectos en mercados y entrada de flujos de no residentes
El resultado electoral ha reducido en una gran parte la incertidumbre y un posible menor estímulo ha alejado las perspectivas de un aumento en la inflación, por lo que, consecuentemente se espera que las tasas se mantengan bajas durante un periodo de tiempo considerable.
Así, para el director de estrategia para la región de Blackrock, esto se traduce en un doble efecto en los mercados financieros latinoamericanos aunque de corto plazo: “ Ello tiene como doble efecto, un debilitamiento del dólar frente a la mayoría de las divisas en la región (con excepciones, como Argentina y Venezuela) como asimismo una mayor demanda por bonos, debido a ofrecer mejores rendimientos que lo que se consiguen en bonos de países desarrollados. Dicho lo anterior, este efecto debiera de diluirse para volver a ser el COVID y los procesos de reactivación económica los que vuelvan a ser los conductores principales de los mercados financieros de la región”, afirma.
En cuanto al impacto del resultado electoral en la entrada de los flujos de no residentes hacia la región, Christensen apuntan que “responden a distintas variables, dependiendo del tipo de activos de los cuales se trate”. Para los mercados de renta fija, se prevé un impacto positivo aunque la situación fiscal de cada país jugará un papel relevante. “Una mayor estabilidad en las divisas así como tasa de rendimiento más atractivas debiera de seguir siendo factores de atracción. Al mismo tiempo, el deterioro de la situación fiscal de los países de la región, así como el impacto financiero a las empresas emisores de deuda ha incrementado el grado de selectividad que se observa en esos flujos”, declara Christensen.
Sin embargo, en el caso de los flujos hacia mercados de renta variable, con excepción de algunos sectores concretos, el panorama es más incierto. “·El atractivo de inversionistas extranjeros es mucho más limitado por las sombrías perspectivas de recuperación económica en la región. Por ello, es Asia emergente -más recuperada en su mayoría- la que sigue atrayendo la mayor parte de flujos hacia acciones, y no América Latina”, concluye Christensen.