Los valores de deuda pública se anotaron pequeñas ganancias en los primeros días de 2016 en todas las economías desarrolladas después de que un desplome de las bolsas chinas impulsase la demanda de seguridad relativa que ofrece la deuda soberana, haciendo caer los rendimientos. En concreto, la aversión al riesgo favoreció a la deuda pública alemana.
Pese a estas ganancias, NN Investment Partners mantuvo un cierto sesgo negativo hacia el bund alemán. Las incertidumbres geopolíticas, las expectativas de baja inflación y las medidas de expansión cuantitativa en la zona euro, sumado a los tipos negativos instaurados la semana pasada por Japón, avalan menores rendimientos de la deuda pública.
El análisis de la firma subraya además que los inversores mantienen abultadas posiciones en estos bonos, mientras que las valoraciones son tirantes y la Reserva Federal de Estados Unidos ha comenzado a normalizar los tipos de interés. “En resumen, prevemos una recuperación muy gradual de los tipos de interés (rendimientos del bono alemán a 10 años) para los próximos años”.
Petróleo y liquidez lastran la renta fija privada
Los rendimientos de la renta fija privada subieron en enero en medio de un alza de la aversión al riesgo y de caídas de precios del petróleo. “Mantuvimos una pequeña posición infraponderada en estos productos basados en diferenciales. El panorama de crecimiento global sigue despejado, aunque ha vuelto a aumentar algo la incertidumbre sobre el futuro inmediato. Persisten riesgos asociados a los mercados emergentes y sus empresas (apalancamiento financiero, beneficios)”, explican desde NN IP.
Los bajos precios de las materias primas, aputan, siguen planteando un riesgo para la deuda high yield estadounidense y la deuda de mercados emergentes denominada en monedas fuertes. La falta de liquidez de mercado en los productos basados en diferenciales constituye otro factor de riesgo, habiéndose registrado recientemente salidas de esta clase de activos.
En este entorno, las desinversiones fueron un tema fundamental en la renta fija privada durante todo el mes de enero. La categoría más castigada fue la deuda high yield estadounidense, dada su exposición al petróleo y a los metales industriales. Esta categoría, recuerda la firma holandesa, fue víctima de fuertes salidas. Un par de fondos de deuda high yield se vieron obligados a aplazar los reembolsos, lo que aceleró dichas salidas. Como era de esperar, esto perjudicó no sólo a la deuda high yield de Estados Unidos, sino también a la europea, al materializarse cierto contagio.
“Modificamos nuestra posición en deuda high yield de Estados Unidos de infraponderación a un nivel neutral después de que las caídas de los precios del petróleo y de otras materias primas y las desinversiones situasen las valoraciones en niveles más atractivos. Por el lado negativo, los balances de las empresas de EE.UU. están deteriorándose al hacerlo sus perspectivas por el creciente apalancamiento financiero y el empeoramiento de las previsiones de beneficios. Siendo así, en estos momentos se prevé un aumento de los impagos en este activo con respecto a unos niveles todavía bajos”, explica la firma holandesa.
En concreto, estima, el sector de energía sigue siendo vulnerable en este sentido, al estimarse que los costes de producción del petróleo de esquisto en la primera economía del mundo rondan los 45-55 dólares/barril, por lo que unos precios del crudo inferiores a 40 dólares plantean un grave problema de refinanciación.
Hay que añadir que los bancos estadounidenses comenzaron a endurecer de nuevo las condiciones de crédito en el último trimestre de 2015, lo que no ocurría desde el primer trimestre de 2012. “El aumento en las exigencias para obtener crédito suele preceder al de las tasas de impago y, con toda probabilidad, de ahora en adelante ejercerán presión al alza sobre la morosidad”, dice el análisis.
La presión sobre la deuda high yield estadounidense elevó los rendimientos hasta rondar el 9% y amplió los diferenciales por encima de los 690 puntos básicos (índice Barclays Global HY Index). Por tanto, para la gestora holandesa, el carry (la diferencia entre apalancamiento financiero y diferenciales de rendimiento) y la valoración parecen lo bastante atractivos como para compensar las salidas de fondos y los riesgos relacionados con las materias primas.
Posicionamiento defensivo
“En cuanto al posicionamiento, esto nos deja con un sesgo defensivo dentro de una asignación de activos levemente infraponderada en renta fija. En la actualidad preferimos deuda con rating de categoría de inversión a deuda high yield. También mantenemos la sobreponderación en los países periféricos de la zona euro y una ligera infraponderación en divisas y valores de deuda empresarial de mercados emergentes”, concluye NN IP.