De acuerdo con Fitch Ratings, el riesgo reputacional y de conducta seguirá siendo una cuestión clave para los bancos panameños en 2017.
Según la calificadora, el papel de Panamá como centro financiero regional está siendo cada vez más cuestionado por los eventos persistentes de corrupción y lavado de dinero, así como por la competencia de otros centros. Más del 30% de los depósitos bancarios de licencias generales en Panamá provienen del exterior, en su mayoría en Latinoamérica, subrayando el potencial de los bancos panameños para recibir fondos sin orígenes claros.
Debido a la interconexión del sistema financiero regional y los casos de corrupción en curso que han afectado a varios países de América Latina, Fitch considera que los eventos de riesgo de reputación podrían ejercer una gran presión sobre el acceso a la financiación de Panamá y dañar su posición como centro financiero regional.
“Hasta el momento, los bancos que han estado directamente implicados en recientes escándalos de corrupción y lavado de dinero han sido pequeñas franquicias sin huella significativa en el mercado interno, permitiendo un control de daños relativamente eficiente por parte del regulador”. Un evento de riesgo potencial en un banco de tamaño mediano o grande probablemente tendría mayores implicaciones sistémicas, aunque Fitch cree que esto es menos probable ya que los bancos más grandes tienden a tener controles de gobierno corporativo más fuertes, además de que “los reguladores de Panamá -incluyendo la Superintendencia de Bancos- han actuado rápidamente para mejorar la regulación y supervisión desde el escándalo de Panama Papers. En enero, el regulador comenzó a publicar una lista de bancos que recibieron multas relacionadas con el cumplimiento, de acuerdo con las mejores prácticas internacionales”. Fitch cree que esto aumentará gradualmente la transparencia y las mejores prácticas corporativas.