Sírvase un buen café porque el día va a ser largo. Los mercados tienen toda la atención puesta en la jornada electoral de Estados Unidos y sus resultados, sin olvidar el impacto que sigue teniendo la pandemia del COVID-19. Hoy será un día donde la incertidumbre es la principal dinámica, pero vayamos por partes.
Durante esta jornada, y pese a las encuestas, ningún analista descarta cualquiera de los cuatro posibles escenarios de estas elecciones: una victoria contundente del Partido Demócrata (ola azul); Biden llegando a la Presidencia pero sin mayorías; una reelección de Trump con un escenario parecido al actual, y por último un resultado impugnado que llevaría a una decisión de la Corte Suprema de Justicia.
Según recuerdan los analistas de BancaMarch, hasta la fecha más de 95 millones de electores han ejercido ya su derecho a voto por correo, y los sondeos han otorgado una ventaja más o menos constante a Biden frente a Trump, aunque en las últimas 24 horas esta ventaja se ha reducido. Así, según el portal RealClearPolitics, la brecha favorece a Biden en 6,5 puntos, pero en algunos de los estados clave como Florida, Carolina del Norte o Pensilvania su liderazgo se reduce a menos de la mitad. Hay otras plataformas como FiveThirtyEight que estiman que el candidato demócrata cuenta con un 90% de probabilidades de hacerse con el triunfo.
“El elevado voto por correo no hace descartar una situación de incertidumbre derivada del recuento en las próximas semanas, si bien similares episodios en el pasado no han provocado grandes movimientos en las bolsas. Seguimos pensando que, sea cual sea el candidato ganador, llegarán nuevos estímulos a la primera economía mundial aunque su cuantía y destino dependerán del candidato ganador y el color político de ambas cámaras, ahora divididas, el Senado en manos republicanas y la Cámara de Representantes demócrata”, sostiene BancaMarch en su análisis diario del mercado.
Según recalcan los expertos del banco privado suizo Julius Baer, el escenario de barrido demócrata sigue siendo el más probable. “Este escenario conlleva el mayor impacto político, trayendo consigo aumentos en los impuestos de las empresas y una nueva regulación. Sin embargo, el aumento del gasto público lo hace tan favorable al crecimiento como el status quo. Es probable que se produzcan serias turbulencias después de las elecciones, sobre todo si la votación es estrecha y no favorece al Presidente Trump”, apunta David A. Meier, economista de Julius Baer.
En este sentido, Mier explica que la incertidumbre podría alargarse hasta bien entrado diciembre e incluso hasta 2021: “Si los recuentos son necesarios, podría ser que hasta el 14 de diciembre ningún candidato consiga 270 votos. Si es así, la 12ª Enmienda incitaría a las delegaciones estatales de la Cámara a elegir un presidente con mayoría absoluta y al Senado a elegir un vicepresidente. Como las delegaciones estatales podrían no entregar una mayoría hasta el 6 de enero de 2021, cuando el Congreso cuente los votos electorales, la 20ª Enmienda instalaría al vicepresidente como presidente temporal. Como un Senado dividido podría no elegir un vicepresidente, la Ley de sucesión presidencial convertiría al presidente de la Cámara en el presidente provisional. No obstante, abróchense los cinturones de seguridad en caso de turbulencias graves, sobre todo si la votación es estrecha y no favorece al Presidente Trump”.
Mismo análisis comparte Paresh Upadhyaya, director de estrategia de divisas y gestor de carteras estadounidenses de Amundi: “Los riesgos del mercado podrían continuar en los días y semanas posteriores a las elecciones debido a la posibilidad de un resultado retrasado. Debido al COVID-19, se han hecho ajustes en el proceso de votación en muchos estados para dar cabida a la votación por correo, la votación anticipada en persona y el recuento de los votos por correo después del 3 de noviembre. Muchos de estos cambios están siendo disputados acaloradamente por ambas partes en los tribunales estatales. Si los resultados se cierran el 3 de noviembre y los resultados estatales terminan en los tribunales, existe un riesgo significativo de que una elección impugnada pueda retrasar el resultado final durante días o semanas”.
El mercado y los inversores piensan en Biden
En opinión de Jack Janasiewicz, estratega jefe y gestor de carteras de Natixis IM, y Garrett Melson, estratega de carteras de Natixis Advisors, lo estamos viendo en el mercado durante estos últimos días es un giro en el sentimiento. “A principios de septiembre, los mercados estaban preocupados por una elección reñida, la falta de avance en el Congreso con respecto al apoyo fiscal para el COVID-19 y la volatilidad general de los mercados hacia finales de año. Los indicadores del sentimiento se estaban debilitando y la narrativa del consenso se inclinaba a la baja y, sin embargo, el mercado recuperó su avance. Dicha narrativa giró cuando la perspectiva de una Oleada azul se convirtió en el escenario más ampliamente aceptado. Los activos de riesgo se recuperaron gracias a este giro en el sentimiento, liderado por una curva de rendimiento más pronunciada y el segmento cíclico. Ahora, los mercados parecen estar reevaluando esta perspectiva y acomodándose en algún punto intermedio”, señalan.
Para Sean Markowicz, CFA, responsable de estrategia, estudios y análisis de Schroders, parte del mercado está descontando una victoria de Biden. “Aunque el mercado de valores puede estar indicando una victoria de Trump, bajo la superficie, está enviando señales mixtas. De hecho, las acciones que se espera que se beneficien con Biden en el poder han subido a medida que su ventaja en las encuestas se ha ampliado. No hay una bala de plata y con los mercados enviando señales diferentes, parece que el resultado puede estar reñido. Pero independientemente de quién gane, los inversores deben ser cautos y no tomar decisiones de inversión basadas únicamente en el resultado de las elecciones presidenciales. En promedio, hay muy poca diferencia en la rentabilidad de las acciones a largo plazo, ya sea con los republicanos o los demócratas en el poder. Los presidentes no operan dentro de un vacío y hay muchos otros factores que pueden influir en los mercados como las valoraciones, los tipos de interés y la inflación, entre otras cosas”, argumenta Markowicz.
Por su parte Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM, señala que «los inversores parecen estar cómodos con la gran ventaja que Joe Biden tiene en las encuestas», y es que una victoria para Biden «allanaría el camino para un estímulo fiscal significativo a principios de 2021», señala el experto. Ademçás apunta sobre el impacto en los mercados bursátiles que, tras sufrir rendimientos negativos en septiembre, la bolsa estadounidenses «se ha recuperado este mes, superando la rentabilidad de las acciones europeas» , un fuerte desempeño que «ha sido impulsado por el consenso de un barrido demócrata», además de por «la llegada del estímulo fiscal en 2021, el despliegue de una vacuna a principios del próximo año y la creencia de que la Reserva Federal mantendrá los tipos sin cambios», incluso si hay una inflación más alta.
Con todo este escenario por delante, Olivier de Berranger, director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier, advierte de que el mercado puede patinar. “Es el precio a pagar por unos giros inesperados que dejan sin aliento. Sin embargo, todas las noticias no son en absoluto negativas, especialmente en Estados Unidos. La temporada de publicación de resultados correspondientes al tercer trimestre ha comenzado bien. La mayoría de las empresas ha superado el consenso, que también se ha vuelto más optimista en las últimas semanas en un horizonte de un año”, sostiene.