El nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, compareció ayer en el Comité de Servicios Financieros del Congreso de Estados Unidos, y los mercados de renta variable y renta fija recibieron una sacudida que dura hasta hoy. Los nervios están a flor de piel, creen muchos en Wall Street, y el tono más duro de Powell no sentó bien.
El mercado de bonos recibió ración doble de sorpresa negativa y tanto la curva a largo como corta reaccionaron mal al tono calmado, pero inflexible del sucesor de Yellen.
El extremo corto se debilitó después de sus comentarios sobre la fortaleza actual de la economía estadounidense y el posible impulso del estímulo fiscal, argumentando que «los vientos en contra pasados se han transformado en vientos de cola». El extremo largo sufrió por las indicaciones de una mejora en las perspectivas de crecimiento a más largo plazo.
En consecuencia, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años y 30 años aumentó ligeramente y Markus Allenspach, Head of Fixed Income Research Julius Baer, sigue recomendando cautela en los segmentos de más riesgo del mercado de bonos ya que la firma suiza aún espera un gran cambio en los instrumentos del mercado monetario conferme la Fed continúe subiendo los tipos.
Es justo el mismo consejo que dan los expertos de Bank of America Merrill Lynch: cautela en la parte más arriesgada porque se avecina una rotación de envergadura en la renta fija. “A medida que la Fed acelere y lidere el final de la era de la expansión cuantitativa global, es probable que el consenso alcista capitule a una postura más defensiva durante todo el 2018”, explican.
Renta variable
Y es que a estas alturas, el mercado ya tienen claro que si la inflación comienza a reputar, esto tendrá su reflejo en los tipos de interés. De hecho, los valores del Tesoro a 10 años rozan el entorno de 2,90%, es decir, cincuenta puntos básicos más que hace unos pocos meses.
“En un mercado en el que las acciones compiten con los bonos como alternativa de inversión, es normal que se produzcan caídas. Durante varios años en el pasado reciente (2013 y 2016-17), el rendimiento de S&P 500 fue más alto que el Treasury a 10 años, una condición inusual que hizo que las acciones fueran especialmente atractivas. Ahora que el rendimiento de los valores está aumentando, los bonos se están volviendo más competitivos con las acciones”, recuerda ByronR. Wien, vicepresidente del grupo Private Wealth Solutions de Blackstone.
También en el dólar
El optimismo sobre la evolución de la economía de Estados Unidos también se dejó sentir en el dólar. “Pese a que no dio ninguna pista que sugieriera que se fueran a producir cambios radicales en las ideas de la Fed con respecto a la política monetaria, en su respuesta a las preguntas, Powell reconoció que los últimos datos confirman la necesidad de nuevas subidas de tipos a corto plazo, y al hacerlo, dio al dólar ventaja en la salida del inicio de semana”, afirma el equipo de Monex Europe.
“Powell enfrenta cinco retos que van a poner a prueba su capacidad de mantener la economía en un curso sostenible. Los primeros dos desafíos se relacionan con la normalización de la política monetaria. El tercero será la comunicación, y el cuarto reto será amortiguar el impacto de la política fiscal de la presidencia y el Congreso. El quinto y último reto es que los mercados bursátiles aún están muy elevados”, dice Philippe Waechter, economista jefe de Natixis Asset Management, filial de Natixis IM.