“En el primer trimestre del año no se ha roto nada, todo lo contrario”. Así comienza José Ramón Iturriaga, gestor de renta variable ibérica en la gestora de Abante Asesores, su nueva carta mensual, en la que incide en que, a pesar de los rallies, aún hay margen de subidas en bolsa española pero todo con un receta unívoca: la selección de valores.
“Apesar de la sensación generalizada de que el arranque del año ha sido volátil y de que las rentabilidades obtenidas no son como para escribir a casa, de enero a marzo ha funcionado lo que lleva ya funcionando una temporada larga: el stock picking”. Una estrategia que ha permitido una rentabilidad casi de doble dígito en su fondo y que ha doblado sus activos en doce meses.
En este sentido, Iturriaga sigue viendo más valor en las compañías medianas tanto por una valoración más atractiva como por un mayor apalancamiento a la recuperación del ciclo español. “Los flujos de capital avanzan como una mancha de aceite. Primero han empezado por los activos más distressed –bonos e inmobiliario- y ya están empezando a entrar en la renta variable, donde el interés es más de boquilla que de taquilla”. La paulatina recuperación del crédito –donde lo importante en términos de actividad es el flujo y no el stock- y la salida del letargo de los mercados de capitales está provocando que se reactive la actividad corporativa, lo que beneficiará al mercado. A esto hay que sumar que la venta forzada de las cajas de sus carteras industriales abre posibilidades que hasta ahora no se podían plantear, explica. “Las mayores entradas de capital en el inmobiliario aceleran el proceso de limpieza del balance de la banca española y van a permitir aflorar antes de lo esperado la rentabilidad que subyace en, por así llamarlo, la parte sana del balance”.
“El mayor riesgo en mi opinión, es que a la velocidad que van las cosas, el entorno de tipos de interés actual, y como los propios movimientos se retroalimentan, las bolsas suban demasiado rápido y la valoración pierda atractivo. En cualquier caso este riesgo tiene fácil cobertura, estar dentro”.
Apetito a más
Y es que el apetito por el riesgo España ha ido a más. “La última muestra de cómo ha cambiado la percepción sobre el atractivo de los activos españoles es el éxito que están teniendo las colocaciones de los vehículos cotizados que tienen como objeto invertir exclusivamente en el sector inmobiliario. Detrás de este movimiento pendular acelerado de los flujos de capitales al que estamos asistiendo está, por un lado, que los mercados siguen desandando el demencial camino que se recorrió cuando se puso en precio la ruptura del euro y, por otro, el entorno de tipos de interés extraordinariamente bajos en el que estamos y vamos a seguir estando mucho tiempo”.
Además de esta normalización de los mercados en un entorno de política monetaria acomodaticia, Iturriaga destaca que la recuperación de la economía española está llegando antes y está siendo más fuerte de lo que cabía esperar. “Cada dato que conocemos es mejor que el anterior y con excepción de algún dato aislado, todo apunta a un muy buen arranque de año. Las cifras de empleo, afiliación a la Seguridad Social, turismo, flujo de crédito, inversión, ingresos fiscales, incluso de déficit público que hemos conocido últimamente han hecho que se empiecen a revisar al alza las estimaciones de crecimiento para el conjunto del año”.
Aunque reconoce que es muy difícil hacer predicciones en los cambios de ciclo, cree que hoy por hoy, “no resulta descabellado pensar en crecimientos del 1,5% de la economía española este año y del 2% para el año que viene”. Y es que el gestor matiza problemas como la desaceleración en China con el mejor comportamiento de EE.UU. y Alemania.
Gracias a estos factores positivos, confía en que “lo ha hecho bien debería seguir haciéndolo bien a medida que se avanza – ¡y hay que ver cómo!- en el proceso de normalización de la percepción del riesgo; y la recuperación de la economía española coge tracción. La sensibilidad de las cuentas de resultados a una recuperación de la economía más fuerte de lo esperado –escenario que cada día cobra más fuerza- es enorme porque el ajuste realizado los últimos años por el lado de costes se traduce en un enorme apalancamiento operativo”.