El grupo de los treinta (G30) ha publicado el informe Reviving and Restructuring the Corporate Sector Post-Covid: Designing Public Policy Interventions. En él, se elogia las medidas adoptadas por los gobiernos para apoyar la economía, a los ciudadanos y al tejido empresarial durante la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, los cambios estructurales producidos por la pandemia que han afectado a todas las economías y los crecientes desafíos derivados de la crisis de solvencia corporativa requieren una nueva combinación de respuestas y herramientas políticas. El informe avala la importancia del apoyo del sector público para sentar las bases del crecimiento económico a largo plazo y para ello, se insta a los gobiernos a que adopten medidas más específicas que permitan la reasignación de los recursos necesarios para que las economías salgan fortalecidas de esta crisis.
La clave de este proceso será identificar y apoyar a empresas y negocios que puedan ser viables en un mundo en cambio, como el que se espera que surja tras la pandemia, al tiempo que se reasignan los recursos de las empresas y negocios difícilmente viables sin el auxilio público. El informe ofrece un marco para orientar a los responsables políticos en la tarea de distribución eficiente de los recursos y acelerar las transformaciones necesarias para la readaptación del sistema financiero. Si se adoptan medidas integrales con prontitud, las dificultades de las empresas no frenarán el regreso al crecimiento sostenido.
En palabras de Mario Draghi, «los encargados de formular políticas deben actuar con urgencia, ya que la actual crisis de solvencia está erosionando la fuerza subyacente del sector corporativo en muchos países. El problema es peor de lo que parece a primera vista, ya que el apoyo masivo a la liquidez y la mera confusión, causada por la naturaleza sin precedentes de esta crisis, están ocultando toda la magnitud del problema. Estamos al borde del precipicio con las insolvencias, especialmente de las pequeñas y medianas empresas, extensibles a muchos sectores y jurisdicciones, a medida que los programas de apoyo se agotan y el patrimonio neto existente es consumido por las pérdidas».
Las recomendaciones del informe abarcan un conjunto de principios básicos fundamentales para garantizar el éxito, un conjunto de instrumentos políticos y un marco de decisión para orientar la respuesta política adaptada a las condiciones locales. Los principios básicos ponen el foco en restablecer la salud del sector empresarial a largo plazo, el uso eficiente de los recursos y la prevención de daños colaterales.
Es necesario lograr un equilibrio entre apoyar a las empresas que sean viables, al mismo tiempo que se asegura que el sistema bancario siga siendo capaz de ofrecer crédito a los hogares y empresas y apoyar la recuperación económica. En este sentido, Mario Draghi añade que ‘debemos centrarnos en preservar la capacidad del sistema financiero para sostener los préstamos y compensar las consecuencias imprevistas para el sistema financiero y la estabilidad de los bancos’.
En palabras del economista Raghuram G. Rajan, profesor de finanzas de la Escuela de negocios Booth de la Universidad de Chicago y ex gobernador del Banco de la Reserva de India (RBI), «los responsables políticos deben actuar con urgencia mediante instrumentos de apoyo cuidadosamente seleccionados que se adapten a las nuevas realidades de las empresas, en lugar de depender del statu quo. La duración de la pandemia nos obliga a centrarnos en cuestiones estructurales y de solvencia, en lugar de ganar tiempo centrándonos en la liquidez. La intervención del gobierno se debe centrar en abordar los fallos del mercado y en gestionar el ritmo de la necesaria destrucción creativa«.
Dada la preocupación por las limitaciones fiscales, el informe recomienda permitir que las fuerzas del mercado desempeñen un papel destacable al mismo tiempo que se previenen sustanciales costes sociales mediante la intervención pública. Otro punto clave es el aprovechamiento de las capacidades del sector privado, cuando existan, con el objetivo de aprovechar los escasos recursos públicos, así como la utilización de los conocimientos especializados del sector privado para evaluar la viabilidad de las empresas.
En este sentido, Rajan añade: «Si se ayuda a las empresas, los gobiernos se verán tentados a imponer condiciones que promuevan objetivos sociales como la ecologización de la economía. Es importante que tales condiciones sean sinérgicas con la recuperación de las empresas».
En palabras de Tharman Shanmugaratnam, presidente del grupo de los treinta, «ya hemos pasado la fase de emergencia de la respuesta política y económica a la Covid-19, y los responsables políticos tendrán que tomar cada vez más decisiones difíciles para no obstaculizar la reestructuración de la industria y sentar las bases que fomenten las transformaciones y ajustes empresariales necesarios o deseables para la creación de empleos adecuados a las nuevas realidades. El informe tiene como objetivo informar de tales elecciones, de modo que salgamos reforzados de esta crisis2.
Por su parte, Douglas Elliott, partner de Oliver Wyman en Nueva York, ha comentado que «el informe establece diez principios básicos que los responsables políticos deben tener en cuenta al juzgar la idoneidad de los mecanismos y herramientas políticas, esperamos que sean útiles a medida que los gobiernos entren en esta próxima fase de solvencia, particularmente tensa, derivada de la crisis económica provocada por la pandemia»
A su vez, Victoria Ivashina señala: «Presentamos numerosas formas de abordar esta crisis, desde inyecciones de capital, hasta cuasi-capital, ajustes por bancarrota y seguros contra pandemias. La composición precisa de los instrumentos utilizados en cada país variará, pero el objetivo es el mismo: capear la próxima crisis de solvencia corporativa y, al mismo tiempo, asegurar el uso prudente de unos recursos públicos limitados«.
El momento actual ofrece la ocasión ideal para acelerar los procesos que se venían desarrollando antes de la pandemia (digitalización, innovación, lucha contra el cambio climático, etc.) bajo el patrocinio de los gobiernos, para convertirse en las fuerzas tractoras del crecimiento global. Como así lo dictamina, por ejemplo, el Plan de recuperación para Europa.