El relativo ímpetu del dólar proviene de la floreciente recuperación en Estados Unidos y podría significar un elemento decisivo de ajuste en la economía mundial para el próximo año. Será determinante para las perspectivas de la zona del euro, pero también para numerosas economías emergentes que se esfuerzan por conseguir un crecimiento más sostenible. Con estas palabras concluían los economistas de Candriam Investors Group su informe de perspectivas económicas y financieras para 2015.
Anton Brender, economista jefe de Candriam, afirma: “Últimamente han surgido dos nuevos factores que repercuten en nuestras perspectivas económicas para 2015: la absoluta flexibilización cuantitativa de Japón y la caída de los precios del petróleo. Ambos elementos podrían incidir en una mayor presión alcista sobre el dólar como reflejo del desplazamiento de fuerzas que operan en la economía mundial. Sin embargo, creemos que no se debería subestimar la amenaza que puede suponer para el crecimiento económico estadounidense una apreciación demasiado rápida de la divisa, junto con las eventuales medidas preventivas que a este respecto pudiera adoptar la Reserva Federal.”
Brender señala que aunque la magnitud y la resonancia del comercio exterior puedan parecer marginales en Estados Unidos, una subida del dólar del 10% en términos reales (es decir, con respecto a sus socios comerciales) provocaría una disminución del crecimiento económico del orden de un 1% en el transcurso de dos años. Por lo tanto, si el dólar subiera demasiado, cabría esperar un replanteamiento por parte de la FED sobre cuándo aplicar la primera subida de tipos, así como el ritmo adecuado de las mismas, para no alimentar todavía más la apreciación de su moneda. Por otra parte, el impacto positivo que ha tenido en la economía estadounidense la caída de los precios del petróleo en un 30% en las últimas semanas está redundando en los bolsillos de los consumidores, especialmente en los grupos con ingresos inferiores. No obstante, a largo plazo esto podría afectar la inversión y repercutir en mayores costes de producción del petróleo de esquisto estadounidense, que tanto ha transformado el mercado energético nacional y estimulado la competencia internacional.
La última jugada del Banco de Japón ha doblegado de manera significativa el yen y podría suponer el final de la “calma” en los mercados de divisas, en tanto que los vecinos del este asiático hacen malabares por mantener su competitividad. Está el caso de China, por ejemplo, que no puede permitirse que siga menguando el superávit de su cuenta corriente sin poner en riesgo la cifra de crecimiento objetivo. Por otra parte, las economías emergentes de los denominados “cinco frágiles” (Brasil, Sudáfrica, India, Turquía e Indonesia), que dependen de la inversión extranjera para financiar los déficits de sus cuentas corrientes, necesitan mejorar su competitividad para poder asegurarse un crecimiento más dinámico.
Para la zona del euro Candriam prevé un crecimiento económico de un 1,3% en 2015, ligeramente por encima del consenso de los analistas y consecuencia casi exclusiva del estímulo que supone una mayor debilidad del euro. Este escaso crecimiento podría bastar para evitar que el Banco Central Europeo recurra al plan de flexibilización a gran escala e incorpore deuda soberana a su adquisición de títulos, ya que no existe consenso en la junta del BCE que permita al banco expandir su balance mediante la adquisición de bonos del estado. Candriam opina que un programa de flexibilización que incluya deuda soberana sería un indicio de que el bloque monetario corre el riesgo de entrar de nuevo en recesión o de caer de lleno en deflación. Si se diera esta situación, como resultado de un impacto geopolítico inesperado, es posible que Alemania retirara su oposición a la política.
Florence Pisani, economista de Candriam, sostiene: “No confiamos demasiado en que el programa de flexibilización cuantitativa redunde directamente en un impulso del crecimiento en la eurozona. Sin embargo, sí tiene lógica que el BCE haga cuanto sea posible, ya que los riesgos pesan mucho en la balanza. Creemos que la repercusión del programa de flexibilización en la economía real vendrá principalmente de la mano de una mayor debilidad del euro, ya que bajar aún más los tipos de interés a largo plazo no va a significar mucha más inversión empresarial. Los efectos son más palpables en el mercado de divisas, como si el BCE, mediante sus discursos y medidas relativas al programa de flexibilización, estuviera diciendo que los tipos de interés europeos van a mantenerse más bajos y por más tiempo que en Estados Unidos. El euro se verá más o menos debilitado en función del número de divisas que sufran igualmente una depreciación frente al dólar estadounidense.”
Candriam Investors Group es una sociedad de gestión europea multiespecialista con un histórico de 20 años y un equipo de 500 profesionales con amplia experiencia. Con 78.000 millones de euros en activos bajo gestión a finales de septiembre de 2014, la compañía tiene establecidos sus centros de gestión en Bruselas, París y Luxemburgo y cuenta con un equipo experto de ventas que cubre Europa continental, Reino Unido, Oriente Medio y Australia. Sus soluciones de inversión abarcan cinco áreas fundamentales: renta fija, renta variable, fondos de gestión alternativa, inversiones sostenibles y fondos mixtos. A través de unas soluciones de inversión guiadas por la convicción, Candriam se ha ganado una buena reputación en innovación y en resultados, ofrecidos a una cartera diversificada de clientes, situados en más de 20 países.