En los últimos meses, varios problemas han cuestionado la cohesión y durabilidad de Europa, pero los expertos de Invesco creen que la reacción del mercado a los eventos políticos en el Viejo Continente ha sido sustancialmente exagerada.
Hoy en día, argumentan, Europa está institucionalmente mucho mejor preparada para intervenir y gestionar con cualquier dificultad financiera en comparación con el pasado. Y añaden que las condiciones financieras en Europa son un gran apoyo tanto para los consumidores como para las empresas, y el sistema bancario está mucho mejor capitalizado y en una situación significativamente más saludable que hace unos años.
Además, los fundamentales continúan apoyando la economía europea: mientras que el desempleo cae la demanda doméstica repunta. Como tal, a pesar de los riesgos más elevados, la gestora mantiene su visión constructiva sobre Europa y no ve los acontecimientos recientes de ninguna manera equivalentes a la crisis de la deuda soberana observada en 2011-2012.
Sesgo hacia el value
Por lo tanto, dicen, “mantenemos nuestro enfoque probado de inversión a largo plazo basado en las valoraciones. En base a nuestro análisis, no creemos que exista un argumento convincente para modificar la postura actual de la cartera del Invesco Pan European Equity Fund, ya que apuesta por las valoraciones que son, en nuestra opinión, más atractivas”.
Para los gestores de esta estrategia, el sólido entorno económico de Europa y la notable dispersión de valoraciones entre sectores habla a favor de una significativa rotación sectorial que beneficie la parte más value del mercado, posicionando su gama de fondos en consecuencia.
“Después de un prometedor comienzo de año, nuestro posicionamiento sufrió en mayo. Nuestro análisis es que una evaluación más moderada de las realidades europeas volverá a poner en boga el value ahora muy infravalorado por el mercado”, recuerdan.
Invesco cree que no se debería olvidar que tras varios años a niveles deprimentes el crecimiento de los beneficios corporativos ha vuelto. La última temporada de resultados señaló la continuación de la sólida tendencia de crecimiento observada el año pasado. Las lecturas mostraron una mayor aceleración en los gastos del capital también en 2018, lo que implica efectos de arrastre positivos para el ecosistema corporativo.