A medida que los síntomas de la desaceleración económica aparecen, la sabiduría popular dicta que una estrategia de inversión en valor, una que se centre en seleccionar valores que estén por debajo de su precio en relación a los activos de la compaña, estará sometida a una mayor presión.
Desde este punto de vista, la inversión en valor se piensa que funciona mejor durante fases expansivas, alentada por fuertes resultados corporativos y en los cuales los inversores recurren a las acciones de crecimiento para proporcionar retornos en momentos posteriores del ciclo. Sin embargo, este no es necesariamente el caso, según NN Investment Partner, cuyas estrategias de valor continúan comportandonse bien en contra del mercado.
Nicolas Simar, Lead Portfolio Manager, de European Equity Dividend Strategies de NN Investment Partners, comenta como estrategias de valor centradas en dividendos sostenibles pueden superar al mercado en momentos finales de ciclo.
Contexto económico
El final del ciclo monetario se está acercando, con bancos centrales relajando sus políticas de apoyo y empezando a deshacer programas de flexibilización cuantitativa (QE). Debido a este endurecimiento, el ciclo comenzará a darse la vuelta una vez la economía entre en una fase de desaceleración. Esto plantea muchos riesgos potenciales a los inversores, que pueden estar expuestos a burbujas de activos que se han formado a lo largo de años de inyecciones de liquidez, poniendo particularmente presión en el estilo de inversión en valor que tradicionalmente obtiene un mejor comportamiento relativo durante fases expansivas del ciclo.
Inversión en Valor
La inversión en valor también puede comportarse bien en este entorno de mercado, si es ajustada al punto apropiado del ciclo. Se debe prestar especial atención a la selección de acciones para permitir a los inversores superar al mercado a pesar de los vientos en contra de la generación de valor. Mediante el ajuste del criterio de selección de acciones, un enfoque de inversión en valor puede ser adaptado para que se ajuste a cualquier entorno de mercado.
En una fase desacelaración, los inversores deben centrarse en acciones de alta calidad y bajo riesgo. Eso implica, invertir en compañías que tengan buenos balances y dividendos sostenibles. El ángulo de sostenibilidad del dividendo añadirá un punto de calidad al proceso de selección de valores.
Dividendos sostenibles
Un dividendo sostenible puede ser visto tanto desde una perspectiva financiera como de ASG. En primer lugar y desde la perspectiva financiera, la compaña desde ser lo suficientemente sólida para soportar esos dividendos. Un inversor debe preguntar: ¿genera la compañía suficiente beneficio y flujo de caja para mantener y hacer crecer este dividendo?
No obstante, este dividendo también debe ser analizado desde una perspectiva ASG para evaluar su sostenibilidad. Al centrarse en riesgo ASG (ej: la posibilidad de la existencia de un impuesto sobre el carbón en el futuro), los inversores pueden reducir el riesgo de caída de los dividendos en el futuro. Ha sido demostrado que centrarse en ASG de esta forma implica un menor perfil de riesgo, maximizando el retorno ajustado al riesgo.
Equilibrio por sectores
Una importante advertencia a este enfoque es que mientras algunos sectores están naturalmente sesgados, tanto positiva como negativamente, por un enfoque de ASG, es importante no penalizar sistemáticamente a ciertos sectores en términos de asignación.
Para permitir este diferencial de ASG, las puntuaciones de ASG deben ser normalizados por sector y tamaño, seleccionando los mejores jugadores de ASG de cada uno.
Activas convicciones
Una vez las acciones adecuadas han sido seleccionadas, un inversor de valor no debe temer tomar decisiones importantes de forma activa para superar al mercado. Esto puede llevar a carteras con una participación activa muy alta que un fondo pasivo no puede ofrecer.
.