El rápido crecimiento de la minería no regulada de criptomonedas podría contribuir a las disrupciones de los mercados energéticos y redirigir recursos de la electrificación de otros sectores, según señala Fitch Ratings, especialmente en los mercados emergentes.
Según señaló la clasificadora de riesgos a través de un comunicado, el aumento en la demanda global por criptodivisas en 2021 y la alta rentabilidad de la minería cripto han creado ecosistemas que ya consumen entre 0,4% y 1% de la electricidad global.
Sin embargo, un nivel más alto de supervisión regulatoria en el mercado cripto, incluyendo los métodos de minería y su consumo energético asociado, es probable en muchas jurisdicciones en el largo plazo, lo que limitaría los riesgos para los servicios básicos de energía.
La minería de criptomonedas como el bitcoin usualmente se apota en datacenters improvisados o “granjas de minería” que no están reguladas, al igual que la mayoría de los mercados descentralizados a los que sirven. La electricidad representa hasta un 90% de los costos de minería cripto, por lo que el sector es sensible a los precios de la electricidad, y sus granjas usualmente están ubicadas cerca de la energía de bajo costos, especialmente en lugares donde los precios de la electricidad están subsidiados por el Estado.
Aunque la minería de muchas criptodivisas ha avanzado desde su configuración inicial en computadores de escritorio y ahora necesita equipos especializados que valen miles de dólares por granja, estas operaciones todavía son relativamente fáciles de establecer o reubicar.
Esto, destaca Fitch, fue demostrado en el éxodo de minetos desde China después de que el país prohibiera las criptomonedas en 2021 –cuando antes representaba dos tercios de la minería global, en 2020–, a países como Rusia, Kazajistán, Canadá y Estados Unidos. En algunos casos, se reporta que algunas granjas causaron sobrecargas en las redes energéticos y apagones de suministro.
Según la agencia calificadora, un crecimiento desbocado de la demanda de mineros de criptomonedas sin regulación podría afectar al sector energético, ya que la falta de transparencia pone en jaque la planificación de inversión en la generación de energía y las redes.
Sin embargo, agregan, este escenario de una expansión prolongada sin restricción es poco probable, ya que los reguladores están aumentando su foco en las criptomonedas. Esto se debe principalmente a su potencial impacto en la estabilidad de los mercados financieros y su uso en actividades ilegales, pero también dado su impacto en los mercados energéticos y sus implicaciones en el medio ambiente y la sociedad.