El 23 de agosto, Thomson Reuters celebró su Primer Congreso en Prevención de Lavado de Dinero en México, con la presencia de más de 300 profesionales de los sectores impositivo, legal, financiero y de compliance. En el encuentro, representantes del sector público y privado analizaron las mejores estrategias para combatir el lavado de dinero y las causas transversales que propician dicha práctica. Los panelistas también emitieron una serie de recomendaciones para que empresas e instituciones gubernamentales cumplan con las obligaciones legales correspondientes en la materia, y en línea con las disposiciones internacionales aplicables emitidas por el Grupo de Acción Financiera (GAFI), de las que México ya cuenta con 40, lo que lo sitúa en el mismo nivel que Estados Unidos, Australia, Austria, y Bélgica en el combate a dicha problemática.
Según el magistrado de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, Manuel Hallivis Pelayo, se estima que el costo de lavado de dinero en México alcanza alrededor del 10% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, cifra similar a los activos admisnitrados por los fondos de inversión. Por su parte, 9 de cada 10 personas mayores de 15 años (92%) piensan que en México hay corrupción; y un 65% considera que en el futuro ésta y el lavado de dinero, será mayor.
Para cambiar esta realidad, los asistentes enfatizaron en la necesidad del análisis de riesgos de modo que, en cualquier entidad pública o privada, es necesario construir un modelo con un enfoque basado en análisis de riesgos, y que priorice el combate a la corrupción en todos los niveles organizacionales. Dicho modelo concluyeron debe estar respaldado por la alta gerencia a través de la implementación de una cultura de cumplimiento, esto con el objetivo de salvaguardar los valores de cada institución, empresa u organización. De la misma manera, se externó que la mejor herramienta para la prevención de lavado de dinero es realizar asesorías de riesgos exhaustivas de acuerdo a las necesidades de cada entidad, así como régimen sancionatorio efectivo.
En este contexto, se discutió la trascendencia de “conocer al cliente” (KYC) y la debida diligencia como el arma más potente para disminuir los riesgos y cuidar la reputación. «Es así que integrar sistemas dentro de la organización resulta indispensable para no invalidar la cultura y eficacia de los programas de cumplimiento. Los monitoreos deben ser objetivos, independientes y constantes para no desviarse de los propósitos, perfil de clientes y sus propios ciclos de negocios de acuerdo a la industria que representan», comentaron añadiendo que si bien se pueden aminorar los riesgos con estas prácticas, también se debe pensar en la implementación de medidas correctivas por falta de cumplimiento. «Desde un inicio se debe asegurar que el Programa de Cumplimiento sea claro en el contrato del empleado y en los contratos de compensación, si es necesario, se muestre cero tolerancia con relación a ciertas violaciones del Programa de Cumplimiento y de los Controles Internos Asociados de las organizaciones» comentan en Thomson Reuters.
Riesgos asociados a Fintech y criptomonedas
Por otro lado, al hablar sobre la relación del lavado de dinero y la industria tecnológica, especialistas afirmaron que el uso de las divisas electrónicas representa un reto importante para las autoridades competentes debido a que dichas criptomonedas están siendo utilizadas cada vez más por grupos criminales. Sobre esa línea, José Díaz Cuadra, presidente de la Comisión de Tecnologías Financieras y Emergentes del Colegio de Contadores Públicos de México, mencionó que, en los próximos cinco años, el mercado de las criptomonedas en México podría tener una participación cercana 30% en el sector financiero, impulsado principalmente por la generación de los llamados millennials.
La conclusión del evento fue que «los profesionales en México están navegando en un ambiente complejo, alineado con fuertes tendencias globales: las cargas regulatorias son cada vez más altas; las regulaciones globales y locales están transformando el marco impositivo; las empresas se están abriendo a nuevos mercados y socios continuamente; y, frente a eso, a transparencia pasó a ser un componente indispensable en la manera de hacer negocios. Para superar estos desafíos, se necesita una fuerte articulación entre la iniciativa privada, el sector público y las organizaciones de la sociedad civil, que deben emprender juntos y compartir acciones y estrategias para hacer frente a un problema tan importante como la prevención del lavado de dinero. México, al igual que otros países en América Latina, es especialmente vulnerable ante los delitos financieros, sin embargo, estas discusiones muestran un claro ejemplo de que se está trabajando y avanzando en la promoción de mercados transparentes, sostenibles y alineados con estándares globales de cultura y conducta».