La pandemia del COVID-19 está teniendo un gran impacto en los mercados y la industria de gestión de activos se adapta a la situación. En lo que a inversión temática se refiere, está reenfocando las miradas hacia nuevas ideas, entre las que destacan la búsqueda de rentas, el sector de salud, el consumo online o la tecnología, pero también otras como las infraestructuras cotizadas, la ESG o la aceleración de las monedas digitales.
Como nuevas tendencias, Alicia García Santos, responsable de M&G Investments para España, Portugal y Andorra, destaca todas aquellas temáticas que permitan descorrelacionar la cartera y explica que es más que posible que se ponga el foco en aquellas megatendencias con capacidad para recuperarse de potenciales crisis de forma más rápida, como es el caso de las infraestructuras cotizadas, cuya recuperación tras la crisis financiera global de 2008 fue superior a la media del mercado.
“Contemplamos la inversión temática como aquella centrada en modelos de negocio que aumentan su relevancia debido a cambios y tendencias sociales estructurales e irreversibles. Esta crisis nos permite centrarnos en compañías que además de estar sujetas a dicho cambio estructural tienen balances sólidos que les permitirán capear la recesión que va a impactar a todos los sectores económicos, beneficiándose de las dinámicas estructurales que se están viendo fortalecidas durante este tiempo”, explica Marisa Aguilar, directora general para España de Allianz Global Investors.
La experta menciona temas como el trabajo a distancia (empresas que proporcionan servicios o aplicaciones que apoyan la comunicación y la colaboración eficientes entre los equipos y con los clientes, con un acceso estable, seguro y rápido a los datos y aplicaciones de una empresa, en un momento el que el teletrabajo podría implantarse en todo el mundo, incluso tras esta crisis), las actividades “en casa” (con temas como la educación, la economía de las mascotas, el uso de la inteligencia artificial y la vida digital, la ciberseguridad, los pagos digitales y los videojuegos), el sector salud, deporte y comida sana y finalmente, cuestiones relacionadas con el medioambiente (gestión de agua y residuos, energías limpias, etc) si los estímulos fiscales se canalizan a través de soluciones ambientales.
Desde Janus Henderson apuntan a un mayor interés por los sectores vinculados a la asistencia sanitaria y las ciencias de la vida, así como por la tecnología, ya que se ha puesto de manifiesto el papel fundamental que ha desempeñado al permitir el funcionamiento de muchas empresas y hogares. “Las tendencias disruptivas que estaban en curso, como la digitalización, se acelerarán, y es probable que aumente el interés de los inversores por las cuestiones ESG”, afirma Ignacio de la Maza, responsable de ventas de Europa Continental y América Latina en Janus Henderson Investors.
Búsqueda de rentas
La búsqueda de rentas será otra de las temáticas clave: “La rebaja de los tipos de interés en todo el mundo exacerbará aún más la búsqueda de rentas. Es probable que asistamos a un mayor interés en soluciones multisectoriales de generación de rentas, ya que los inversores buscan combinar la reducción de riesgos a través de la diversificación con la generación de rentas. Es posible que los inversores también tengan que replantear sus puntos de vista tradicionales sobre los sectores que aportan rentas a medida que los dividendos de sectores como la banca, el comercio minorista y el petróleo se vean presionados”, añade De la Maza.
Sobre nuevas temáticas, en Ninety One hablan de “diversificación de las cadenas de suministro mundiales, mayor regionalización resultante de la aceleración de la ruptura del anterior orden «quimérico», o la aceleración del uso de las monedas digitales oficiales por parte de los bancos centrales”, destaca Philip Saunders, co responsable de Multi-Asset en Ninety One.
Temáticas ya existentes
“Más que nuevas tendencias, pensamos que se reforzarán fuertemente las mayores inversiones temáticas a largo plazo en las que ya llevamos algunos años invertidos, como son la sanidad, la demografía, energías limpias, gestión de agua o residuos y tecnología”, añade Andrew McCaffery, CIO Global de Gestión de Activos de Fidelity.
También para Kevin Thozet, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, en realidad la pandemia y, más aún, la respuesta de las autoridades a la pandemia, han conducido más bien a la aceleración de las tendencias de largo plazo imperantes, a saber: la de los bajos tipos de interés durante un período de tiempo aún más largo, o la de los consumidores conectados, que ha estado en auge con la crisis -como ilustra el auge del comercio electrónico en Estados Unidos, pero también en América Latina, o los videojuegos, que han reforzado su papel de líderes en el entretenimiento-. “A este respecto, la digitalización de nuestras economías y el creciente papel de los datos también debería reforzarse”, explica. Y también lo harían los temas relacionados con la salud junto con la necesidad de reforzar la atención sanitaria en todo el mundo.
Sin embargo, añade, podrían surgir o ganar más impulso otras posibles inversiones denominadas «temáticas»: “China ha sabido afrontar notablemente bien la crisis y ha demostrado que se encuentra entre las principales áreas de crecimiento, innovación y desarrollo. Otro tema que podría cobrar impulso en el futuro es el creciente escepticismo con respecto a las monedas fiduciarias y la preocupación por la degradación del dinero. De hecho, las respuestas monetarias y fiscales para reducir el impacto del virus han sido enormes, en lo que puede interpretarse como una forma de financiación directa del gasto público por parte de los bancos centrales, lo que a la postre ha dado lugar a una devaluación de las principales divisas. En ese entorno, el oro y los activos relacionados con el oro deberían ganar terreno”, añaden desde Carmignac.
Chris Iggo, CIO de Core Investments, en AXA IM, habla de las siguientes tendencias al pensar en inversión temática: reducción de la demanda de espacio de oficinas; capacidad de transporte en las grandes ciudades, ya que más personas trabajan desde casa; capacidad de difundir la fuerza de trabajo para un mayor porcentaje del tiempo de trabajo; cambios en las cadenas de suministro; el papel de China en la red mundial de cadenas de suministro se verá cuestionado; mayor inflación a medida que se restablezcan las cadenas de suministro y por el efecto de los grandes déficits y los balances de los bancos centrales (aunque es probable que sea un efecto a más largo plazo).