China está mostrando una mayor tolerancia a los impagos de las empresas, incluidas las estatales. Este tipo de señales indican que el país sale con firmeza de la crisis. Según señalan los analistas, el objetivo actual del Gobierno chino se encamina a estabilizar el apalancamiento macroeconómico agregado una vez que la fase de recuperación se haya consolidado definitivamente.
Para reducir el apalancamiento se ha comprometido a evitar un cambio brusco de la política de estímulo a la de restricción y apuesta su política de apoyo “hacia las small y mid-caps, con la vista puesta en el aumento del empleo y el consumo, así como en el progreso de los objetivos de desarrollo económico a medio plazo”, indica Diogo Gomes, senior CRM de UBS AM Iberia.
Asimismo, Gomes afirma que “la actual desaceleración del crecimiento del crédito en China es parcialmente atribuible a una menor necesidad de liquidez a corto plazo a la luz de la mejora de las perspectivas, y también es una función del aumento del crecimiento nominal más que de la desaceleración del crecimiento del crédito. Como tal, es una evolución relativamente positiva para la actividad general, y anuncia un resurgimiento de los gastos de capital de las empresas”. No obstante, alerta que el sector inmobiliario podría tener que enfrentarse a un acceso más restringido de crédito.
Dennis Shen, analista de Scope Ratings, destaca como un factor positivo para el crédito el compromiso del Estado chino de frenar el crecimiento del crédito, desinflar las burbujas de activos y cortar el apoyo estatal a las empresas improductivas, al tiempo que se fomenta el desarrollo de los mercados financieros de China y la apertura de la cuenta de capital.
En lo referido al déficit fiscal estructural del sector público y al aumento de deuda a largo plazo, Scope Ratings concluye que a pesar de las medidas tomadas en la última década para suavizar su impacto, “siguen siendo los retos crediticios predominantes y se ven exacerbados por la relajación fiscal y monetaria adoptada para amortiguar la economía china contra las repetidas perturbaciones macroeconómicas”.
Neutralidad de emisiones para 2050
Las recientes inundaciones en Henan, según Moody’s, han hecho resurgir la preocupación del Gobierno chino por las consecuencias del cambio climático a largo plazo y sus adversos fenómenos meteorológicos.
De acuerdo con el banco de gestión patrimonial, Julius Baer, China sigue dando prioridad a sus objetivos de neutralidad del carbono introduciendo en el futuro un plan de acción nacional, después de que el Presidente Xi Jinping se comprometiera el año pasado a alcanzar el pico de emisiones de carbono para 2030 y la neutralidad de carbono para 2060.
Asimismo, Esther Yong, CFA Fixed Income Research Asia de Julius Baer explica que el plan “clarificaría las normas de la industria y fomentaría al mismo tiempo el desarrollo de industrias con bajas emisiones de carbono, como las nuevas energías, al tiempo que frenaría la expansión de las industrias de alto consumo energético y de altas emisiones”.
Desde el banco esperan que las empresas de los sectores de las finanzas verdes, como los vehículos de nueva energía, “se beneficien del apoyo político y del desarrollo acelerado de la industria”. Por el contrario, “los vientos en contra de la reglamentación persistirán para las industrias con alto contenido de carbono, como el acero y el carbón, aunque probablemente de forma más ordenada”.