El mercado ha reaccionado con gran alarma y preocupación ante la crisis de liquidez de Evergrande, la segunda mayor promotora china. Según el análisis que hacen las gestoras, estamos ante una inminente reestructuración de su deuda. Evergrande, afectada por la reducción de los niveles de crédito que el gobierno ha venido forzando durante los últimos meses, tiene obligaciones por importe de 300.000 millones de dólares y podría no atender al pago de intereses de una emisión este mismo jueves.
Sus previsiones indican que, durante los próximos días, es lógico que el gobierno chino tome medidas para mitigar los efectos negativos que los problemas de la compañía puedan ejercer sobre la economía. En opinión de DWS, esta reestructuración de la deuda no es sorprendente y descartan que desata una crisis financiera sistémica. “Algunas de las reacciones del mercado son un poco alarmantes y podría haber algún efecto dominó en los próximos días y semanas. Aun así, no esperamos una crisis financiera sistémica, ya que esto sigue pareciendo un caso aislado. Sin embargo, sirve de recordatorio, por si hiciera falta, de que hay que estar atentos a los acontecimientos de riesgo que se originan en China”, apunta DWS en su último informe.
Según explica la gestora, la reciente crisis comenzó cuando el gobierno chino empezó a aplicar medidas restrictivas para limitar la carga de la deuda en el sector inmobiliario; algo que lleva ocurriendo bastante tiempo. El documento de DWS recuerda: “Desde el verano, la debilidad de los precios del sector inmobiliario y la moderación de las compras de inmuebles como consecuencia de las restricciones gubernamentales han agravado la situación, lo que ha llevado a Evergrande a cancelar el pago de sus intereses el 20 de septiembre. Tanto las acciones como los bonos de otros promotores inmobiliarios chinos altamente endeudados también se han visto perjudicados en los últimos meses, lo que vuelve a poner de manifiesto que la posibilidad de que se produzca un evento crediticio originado en el segmento difícilmente puede contar con la sorpresa de la mayoría de los participantes en el mercado.
En opinión de Norman Villamin, director de Inversiones de UBP, lo que ha comenzado como una preocupación local y regional se ha convertido en una preocupación global. “Un impacto de Evergrande supondría una amenaza sistémica nacional, es decir, para China, ya que de producirse de forma incontrolada podría afectar a 250 instituciones financieras bancarias y no bancarias que ahora están expuestas. Los impagos de los bonos corporativos privados nacionales podrían aumentar hasta el 11%, aproximadamente”, explica Villamil.
Pero cuando se le pregunta si también sería una amenaza a nivel global, el experto de UBP considera que no: “El principal riesgo de un impago incontrolado puede ser un choque de la demanda mundial a través del deterioro del crecimiento chino. Con las preocupaciones inflacionistas a nivel nacional, los responsables políticos de EE.UU. y Europa podrían dudar en desplegar una política proactiva”.
“Los riesgos de contagio financiero de un impago de Evergrande en los mercados mundiales son limitados. La exposición financiera a la deuda y las acciones de Evergrande se concentra principalmente en China. Incluso el mercado chino de bonos offshore es único, ya que los inversores nacionales representan el 80% o más de las tenencias de los bonos denominados en dólares emitidos por empresas chinas. Para que el contagio llegue a los mercados financieros mundiales sería necesario que los efectos de la situación de Evergrande de segundo y tercer orden desencadenasen una crisis interna mucho mayor en China, algo que consideramos improbable”, añade Paul Lukaszewski, Head of Corporate Debt – Asia Pacific de Aberdeen Standard Investments.
Desde Allianz GI recuerdan que “el sector inmobiliario es una parte pequeña del mercado de renta variable de China: alrededor de un 2% de peso en los índices de referencia MSCI China A y un 3% en MSCI All China”, y que el propio gobierno chino tendrá un papel fundamental en cómo acabe esta historia. Una visión que también comparte Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers: «Más allá del destino individual de Evergrande, el gobierno chino controla directamente más palancas que sus contrapartes occidentales, especialmente a través del sector bancario. En pocas palabras, la corrección de los excesos en el sector inmobiliario tendrá consecuencias sistémicas solo si el gobierno chino lo permite. Todo esto sería consistente con un cambio hacia una postura de política monetaria acomodaticia y algún aplazamiento en los próximos pasos del impulso regulatorio».
Reacción de los mercados
Pese a que el daño global parece ser limitado, lo que sí es cierto es que los mercados bursátiles chinos se han llevado la peor parte y se desplomaron. “El índice MSCI Emerging Market bajó un 1,83% al cierre del jueves. China lideró la caída, con un 4,70%, debido a los débiles datos macroeconómicos de agosto y a la preocupación por el contagio de Evergrande”, resumen el equipo de de inversión de Edmond de Rothschild AM.
El mercado de renta fija también se vió salpicado y, según destacan Paul Gurzal, responsable de crédito, y Akram GHARBI, responsable de crédito high yield de La Française AM, la prima de riesgo entre el mercado de high yield chino y el mercado de deuda high yield mundial se encuentra en su punto más alto desde 2011, con 720 puntos básicos, es decir, 3 desviaciones estándar de la media histórica (250 puntos básicos). “En los niveles actuales, 1080 puntos básicos de diferenciales para el índice HY chino y 812 puntos básicos para el HY asiático (índice ICE BOA ML), los mercados están pronosticando una tasa de impago del 15,5% y del 12% respectivamente en los próximos 12 meses para estas dos zonas (suponiendo una tasa de recobro del 30%). Este nivel incorpora ahora en gran medida los casos específicos de empresas actualmente en dificultades, como Evergrande, y que, en nuestra opinión, es incompatible con la situación de las economías de esta región”, matizan.
Según explica Sophie Altermatt, economista de Julius Baer, los inversores institucionales extranjeros tienen una visión mucho más negativa del impacto en la economía china que los propios inversores chinos. “A los primeros les preocupa que esto pueda dar lugar a otra crisis de Lehman, algo con lo que no estamos de acuerdo. Los segundos confían en que los responsables políticos chinos probablemente intervendrán a tiempo para evitar cualquier daño sustancial. En nuestra opinión, el resultado final será probablemente un punto intermedio. No obstante, el mercado de China continental se adentra en las semanas de vacaciones y el canal de inversión Stock Connect estará cerrado. En otras palabras, el mercado podría estar ligeramente más impulsado por los inversores extranjeros pesimistas a corto plazo”, afirma.
Con esta valoración sobre la mesa, Altermatt espera que el mercado chino offshore siga bajando, a pesar del importante descenso que vimos en la jornada del lunes. “Es probable que los promotores inmobiliarios y las empresas de gestión inmobiliaria sigan sufriendo el escaso sentimiento inversor. En términos de efectos de contagio fundamentales, esperaríamos que los bancos y las aseguradoras se vieran afectados a través de los canales financieros, teniendo en cuenta su exposición a préstamos e inversiones en promotores inmobiliarios chinos. Los efectos de una posible ralentización del mercado inmobiliario debido a la caída de las ventas de viviendas y a la disminución de las actividades de construcción afectarán a los proveedores, incluidos los de la construcción y las materias primas (cemento, acero, etc.)”, concluye la economista de Julius Baer.
¿Un sector agotado?
Los analistas coinciden en destacar que no estamos ante un evento sistémico. Según explica Diego Fernández Elices, Director General de Inversiones de A&G Banca Privada, el sector inmobiliario es diferente a la banca, China es diferente a Estados Unidos y Evergrande no es representativa en un sector, que además está muy fragmentado.
“Es importante comprender que a diferencia de Lehman y otras crisis, esta crisis ha sido inducida principalmente por las medidas reguladoras del gobierno introducidas en agosto de 2020. La emergencia ha sido en parte intencionada por parte de Pekín para evitar la burbuja en el sector inmobiliario, que es una de sus principales preocupaciones. Pekín podría haber exagerado, pero los inversores deben entender que la mayor parte de lo que está ocurriendo en China es el resultado previsto por Pekín”, apunta Fernández.
En este sentido, aclara que el ciclo inmobiliario chino ya venía desacelerando y reduciendo su apalancamiento desde hace dos años y apunta que la posible burbuja del mercado inmobiliario era ya una de las preocupaciones principales del gobierno chino. “ El mercado inmobiliario de China es demasiado grande para dejarlo caer, con un sector promotor muy fragmentado -Evergrande es supone entre el 3%-4% del mercado- y Evergrande en concreto, no es representativa del sector. Además, el sistema financiero tiene capacidad para digerir el evento, con la tasa de impago de bonos corporativos en mínimos de multi anuales, al igual que los NPLs y la banca fuera del sistema ya bajo control”, añade Fernández.
En opinión de Allianz Global Investors, el sector inmobiliario chino ha sido considerado durante mucho tiempo como una fuente de riesgo financiero. En su informe sobre este evento de mercado destaca que, aunque estos acontecimientos reafirman nuestra opinión negativa sobre el sector inmobiliario en su conjunto, no esperan un impacto más amplio. “De hecho, en todo caso, esto adelantará la necesidad de alguna de una cierta flexibilización monetaria y fiscal, lo que debería favorecer a los mercados de renta variable de cara a los últimos meses del año. meses del año”, señalan.