2015 está siendo un año muy positivo para los mercados de renta variable europeos. La política monetaria expansiva del BCE, el bajo precio del petróleo y la debilidad del euro, están teniendo un impacto muy positivo en los negocios de las empresas del Viejo Continente. Pero estas rentabilidades ya forman parte del pasado y llegados a este punto la pregunta que se hará cualquier inversor es: ¿sigue siendo una oportunidad la renta variable europea? En EDM creen que sí.
La rentabilidad de las acciones se explica por tres factores, comentan desde la gestora: la rentabilidad por dividendo, el crecimiento de beneficios y la expansión/contracción del PER.
«Un inversor de nuestro fondo europeo EDM Strategy debería esperar una rentabilidad cercana al crecimiento anualizado de beneficios. Según nuestras estimaciones, éste será del 11% para los próximos 5 años. Éstas son rentabilidades nada despreciables en un entorno de tipos cercanos a cero e incluso negativos en el 40% de la renta fija europea con grado de inversión», añaden.
El crecimiento de beneficios siempre ha estado en el ADN de su firma y siempre han defendido que éste es el principal motor de la rentabilidad a largo plazo. «En este entorno de elevada volatilidad y baja visibilidad, la clave es no equivocarse al realizar previsiones. En EDM tratamos de evitar errores significativos, centrándonos en empresas de calidad, cuyos negocios tienen una baja dependencia a los posibles vaivenes macroeconómicos, dotados de una mayor visibilidad y que, además, son de elevado crecimiento, ya sea por la fortaleza de sus marcas o por operar en nichos de mercado con fuertes barreras de entrada».
Respecto al impacto del PER, si bien puede condicionar la evolución de las acciones en el corto plazo, a largo plazo su importancia se diluye. «Los movimientos del PER no son más que el reflejo del estado de ánimo de los inversores. Por ello, en EDM no intentamos anticipar su evolución, ya que trataríamos de predecir lo impredecible», dicen.
Por último, y a pesar de su convencimiento de la solidez de los fundamentales de sus compañías, siguen pensando que la volatilidad seguirá estando presente en los mercados durante los próximos meses. Ello no es necesariamente negativo si los inversores tienen un horizonte de inversión de largo plazo.
Un ejemplo de este tipo de episodios es el acontecido en agosto de este año, en el que la devaluación del renminbi por parte del Gobierno chino fue el detonante para las fuertes correcciones de agosto y septiembre, dos meses en los que se perdieron las importantes rentabilidades acumuladas durante la primera mitad de año. «En ese momento comentábamos que en el caso de las compañías de EDM Strategy las caídas en las cotizaciones no vinieron acompañadas por revisiones a la baja en las estimaciones de beneficios. Era posible comprar los mismos negocios con más de un 10% de descuento respecto a los niveles de julio y pensamos que era la oportunidad para reforzar las compañías de mayor calidad y visibilidad de la cartera», explican.
Eso sí, un requisito indispensable para capear con éxito un entorno marcado por la elevada volatilidad es tener fuertes convicciones. «Para tener dichas convicciones es necesario conocer en profundidad los negocios de las empresas en las que se invierte», añaden.