Antes del resultado de las PASO (elecciones primarias) y de la nueva crisis cambiaria que sacude Argentina, la consultora Ecolatina planteaba la necesidad de que el Fondo Monetario Internacional aplicara el Servicio Ampliado de Fondos (o Extended Fund Facility) como medida para obtener el repago de los préstamos concedidos al país rioplantense.
«Para reabrir el acceso al financiamiento privado no bastará solo con hacer las “cosas bien”: el errático contexto internacional nos podrá ayudar o dificultar. Ahora bien, suponiendo que esto no es un problema –lo que es probable- y nos permite cancelar los vencimientos extra FMI, todavía restaría ver cómo repagarle al organismo multilateral. Para ello, el propio Fondo posee una modalidad: el Servicio Ampliado de Fondos (o Extended Fund Facility, EFF por sus siglas en inglés). El mismo se arregla con países que poseen problemas de balanza de pagos, es decir, una insuficiencia de moneda extranjera, tal como le sucede a la Argentina, y se focaliza en resolver la incapacidad del país para generar divisas netas y del Sector Público para comprarlas», señalaba el informe.
El Servicio Ampliado de Fondos «si bien aporta fondos usualmente menores a los “stand by” lo hace por un tiempo más prolongado (cuatro años) y con mayor plazo de repago (hasta diez años después de concretado el desembolso). Por esta razón, los giros están supeditados al cumplimiento de criterios cuantitativos, como ser las metas fiscales, pero también a la aplicación ciertas políticas (benchmarks estructurales) que contribuyan a estabilizar la macroeconomía».
«Considerando la situación actual de Argentina, es probable que el próximo presidente electo tenga que avanzar en este esquema. Es tiempo entonces de ver cómo les fue a los países que requirieron un EFF, para adelantar qué podría pasarle a la Argentina en el corto plazo», señala Ecolatina.
El mundo y el FMI: crecimiento económico con desigualdad
Según la consultora, desde 2002 a la fecha, el FMI firmó 31 EFFs. El mayor de ellos fue con Grecia, en 2012 y por un monto de 33.000 millones de dólares (luego de un “stand by” de 37.000 millones de dólares), en un paquete conjunto con el Banco Central Europeo y la Comisión Económica Europea que superaba los 250.000 millones de dólares. Asimismo, los más recientes fueron con Ecuador y Pakistán (en marzo y julio de 2019, respectivamente) donde se establecieron reformas del sistema tributario, el régimen cambiario, la regulación del Banco Central, las legislaciones laborales y hasta programas de inclusión educativa y financiera para las mujeres. Como se observa, el plan promueve cambios a lo largo de casi todo el sistema económico y social y abarca más áreas que el “stand by”.
«Como primer punto, cabe destacar que el EFF no es tan exigente en el plano fiscal como lo es el “stand by”, o bien que, dado que los países que acceden a este préstamo ya estaban bajo un “stand by”, sus necesidades de equilibrar las cuentas públicas no son tan apremiantes. Por lo tanto, la performance de crecimiento del PBI bajo los EFF es positiva».
Ecolatina señala que «el ejemplo más exitoso fue Serbia, que entre el año del acuerdo y los tres posteriores creció a una tasa promedio de casi el 8% anual. Asimismo, en promedio, los países que firmaron un EFF avanzaron cerca de 3% anual en los años que siguieron al acuerdo. Sin embargo, no todos los casos fueron exitosos. Por ejemplo, en Grecia y Portugal –países con importantes historias de estados benefactores, algo similar a lo que sucede en nuestro país- la recesión se profundizó con el programa».
«Otro criterio de evaluación es la dinámica de la cuenta corriente del balance de pagos, es decir, si la economía logra superar su insuficiencia crónica de divisas por bienes, servicios y pagos de rentas que, justamente, la llevó al acuerdo. En este punto los resultados son menos alentadores. Si bien hay ejemplos exitosos como ser Irlanda, Jamaica y Ucrania, la mayoría de los déficits de cuenta corriente permanecieron constantes o incluso se profundizó, producto en parte del crecimiento de la economía que suele traccionar a las importaciones».
«Además, la apreciación cambiaria inmediata que resulta de que un país abierto al mercado de capitales haga reformas económicas pro mercado agravó los desbalances. Por esta escasez de oferta de moneda extranjera, al menos seis países (Albania, Armenia, Moldavia, Pakistán, Seychelles y Sri Lanka) debieron refinanciar su EFF mediante una extensión del acuerdo con resultados todavía abiertos. Una de las principales áreas a reformar por los EFF suele ser la laboral: eliminar sus fricciones para que, de esa forma, crezca el empleo. Dicho de otra forma, promover políticas de oferta para simplificar las contrataciones y, de esa manera, alentar la generación de puestos de trabajo. Sin embargo, en este punto, sus resultados son magros. Por caso, en el promedio de los países bajo EFF, el desempleo subió alrededor de 3 p.p. en los años que se firmó el acuerdo y tuvieron lugar las reformas mencionadas. En este sentido, al mercado laboral le tomó entre cuatro y cinco años recuperarse, pese al contexto de crecimiento económico».
Los expertos de Ecolatina señalan que «a modo de conclusión, podemos afirmar que el EFF es exitoso en estabilizar a la economía e incluso en recuperar la senda de crecimiento. Sin embargo, estas mejoras se atenúan al sumar indicadores sociales y de sostenibilidad del crecimiento, como ser la generación de dólares genuinos. Por lo tanto, a juzgar por la experiencia histórica, sería una salida “positiva” por el lado macroeconómico para el problema de la deuda y la imposibilidad de repagarla en tiempo y forma. No obstante, al tener en cuenta otros indicadores de desarrollo y las perspectivas de mediano plazo, aparecen algunas señales de alerta. Por lo tanto, gane quien gane, es muy probable que haya Fondo para rato. Esperemos que también haya crecimiento».
Análisis de la consultora Ecolatina