Todo apuntaba a que 2016 no iba a ser el año de los mercados emergentes, pero encarando ya el primer semestre del año se puede decir que los mercados han sido testigos de una mejora en los flujos de capital acompañada de la recuperación de algunas de las divisas. El MSCI Emerging Markets sube un 1,9% en lo que va de año y los ETPs relacionados con los mercados emergentes han atraído cerca de 16.000 millones este año, según un estudio de BlackRock.
Estos instrumentos han recuperado el 75% de las salidas de capital vistas en 2015, las posiciones cortas sobre los emergentes ya no están tan concurridas como a principios de año, y las valoraciones ya no son inequívocamente baratas.
Las razones están a la vista: a finales del mes pasado el precio del petróleo alcanzó su máximo de 2016 gracias a las perspectivas de recortes en la producción. Este es el primer factor importante ya que numerosos países emergentes consiguen una gran parte de sus ingresos exportando crudo u otras materias primas. El segundo catalizador fue el discurso de la presidenta de la Reserva Federal, que el mercado consideró muy expansivo. Como consecuencia de esto las bolsas de mercados emergentes superaron ampliamente al resto de mercados. De hecho, el mejor índice del primer trimestre fue el MSCI Emerging Markets, que se anotó unas ganancias del 5,7%.
Pero la cuestión que se plantea ahora es si este momento dulce que viven los mercados emergentes puede durar.
En este sentido el equipo de gestión de Mirabaud Asset Management es contundente: “A pesar del buen tono reciente de los mercados emergentes, creemos que la situación no durará mucho tiempo ya que la subida de los precios del petróleo y las materias primas debería detenerse y la tendencia de revalorización del dólar debería perder fuerza”.
Es por eso que la firma apuesta por la cautela. “Aunque existen buenas oportunidades en estos mercados, debemos seleccionar en qué compañías, regiones o países posicionarnos”.
En esta misma línea se expresa Richard Turnill, responsable global de las estrategias de inversión de BlackRock, al decir que desde la firma “necesitaríamos ver pruebas de que las reformas estructurales abordan el exceso de deuda, de capacidad industrial y la baja rentabilidad de las empresas, sobre todo en China” para poder decir que el buen momento de los emergentes puede tener continuidad en el tiempo.
Hacia China apunta también Xavier Hovasse, gestor de renta variable emergente de Carmignac. «Creemos que todo el universo de los mercados emergentes como una clase de activos dependerá del gigante asiático este año», afirma.
“Los temores sobre la economía china han disminuido. Por un lado, el gobierno de Pekín ha introducido una serie de medidas – algunos de ellas draconianas – para contrarrestar o al menos evitar la fuga de capitales al extranjero. Por otra parte, el banco central dio inicio a un amplio programa de estímulos que provocó un aumento vertiginoso de crédito. La recompensa es ya palpable. Los indicadores económicos de China debe continuar en su trayectoria ascendente durante la mayor parte de 2016, mientras que es probable que disminuya la presión sobre la balanza de pagos”, explica el gestor.
¿Respaldan los fundamentales?
Sin embargo, advierte, a largo plazo, la combinación de estímulos fiscales y monetarios no es sostenible y aumentará el porcentaje total de la deuda de China, que el país tendrá que afrontar en una etapa posterior. “Esto, en un entorno caracterizado por la volatilidad de los precios de las materias primas y el aumento de la incertidumbre alrededor de China harán que la situación de los mercados emergentes siga siendo compleja”, dice.
La pregunta que surge entonces es si los fundamentales respaldan este repunte, o es algo pasajero. Los expertos de Amundi estiman que aunque la resistencia de las principales economías como la europea o estadounidense van a dar apoyo a corto plazo a los emergentes, sin embargo, “los fundamentos económicos siguen siendo muy inestables y todavía hay que mantener la precaución”, dice la gestora.