Hasta este mes, el caso base para Grecia de muchos analistas y estrategas era que el país acabaría alcanzando algún tipo de acuerdo, a pesar de que nadie ha ofrecido una hoja de ruta clara sobre cómo alcanzarlo. El equipo de renta fija de MFS estima que tal optimismo no ha tenido en cuanta algunos hechos.
Desde que Syriza asumió el cargo en enero, recuerdan Pilar Gomez-Bravo, portfolio manager de renta fija, Lior Jassur, analista de renta fija, y Erik Weisman, Economista jefe y portfolio manager de renta fija de MFS, prácticamente no ha habido progresos para alcanzar un acuerdo.
“Podríamos argumentar que al rechazar los acuerdos existentes, enviar mensajes contradictorios y no proporcionar propuestas alternativas detalladas, Syriza ha dañado la relación de Grecia con sus acreedores. Al país le queda ahora muy poco dinero y no ha realizado más reformas ni compromisos de reformas por lo que la buena disposición de la eurozona y su solidaridad se han ido desvaneciendo a lo largo de todo el proceso”, explican.
La situación de Grecia es ahora de gran riesgo y podría producirse un ‘default’.
Junio prometía ser un hito en la saga de la deuda griega, ya que el 5 de junio el país debía realizar un pago de intereses al FMI y el segundo programa de rescate que expira a finales de mes. Sin embargo el 4 de junio, Grecia aprovechó un procedimiento que el FMI rara vez utiliza para agrupar juntos todos los vencimientos del 5, el 12, el 16 y el 19 de junio y retrasar el pago de 1.500 millones de euros hasta el 30 de junio.
Pero la fecha se aproxima y Grecia se está quedando sin efectivo y sin crédito, y lo que es más, resaltan los expertos de MFS, podría estar enfrentándose a una crisis política, debido a que la adhesión del gobierno de Syriza a los principios anti austeridad de su base electoral podría estar poniendo el futuro económico del país en riesgo. “Tenemos la sospecha de que es poco probable que la celebración de un referéndum sobre la ampliación de las medidas de austeridad o de elecciones anticipadas resuelvan nada en esta etapa. Incluso si otro partido ganara una mayoría absoluta, se necesitarían semanas para poner en marcha un presupuesto y un plan nuevas reformas aceptables para los países acreedores. Es probable que Grecia tarde años en recuperar su confianza y su buena voluntad”, explican desde MFS.
Hasta hace poco la firma creía que Grecia podría incumplir alguno de sus vencimientos, sin que eso condujera inmediatamente a la declaración de ‘default’ por parte del FMI. Después de los últimos acontecimientos, el equipo de renta fija de MFS estima que la probabilidad de un ‘default’ está aumentando. Los grandes vencimientos que el país tiene con el BCE el 20 de julio y la incertidumbre política incrementan aún más las posibilidades de que este proceso sea desordenado.
Desde la perspectiva delos acreedores como Alemania, lo importantees que el contexto del segundo paquete de rescate había sido acordado con el gobierno de un país soberano. Según los términos de este rescate, se suponía que debían implementarse reformas tangibles a cambio de financiación. Entonces llegó al poder el gobierno de Tsipras con la promesa de renegociar los términos de este acuerdo.
Ahora los acreedores se preguntan si este gobierno o su sucesor cumplirá con lo acordado. Esa es la razón de que sean ahora tan inflexibles. Los políticos de los países acreedores necesitan ver muchos más compromisos sobre las reformas estructurales antes de ampliar la financiación a Grecia.
“Hemos observado una creciente aceptación de que Grecia podría dejar de pagar su deuda soberana u otras obligaciones del estado y aún así permanecer dentro de la zona euro. Después de todo, un país no puede ser expulsado, tiene que decidir abandonarlo. Si Grecia decide abandonar la eurozona, también tendría que abandonar los tratados actuales firmados con la Unión Europea, y claramente los griegos no quieren que eso suceda», afirman desde MFS.
Sin embargo, el mercado se enfrenta a una cantidad significativa de incertidumbre y se adentra en territorio desconocido cuando se habla de que un país abandone la zona euro. En base a la relativa estabilidad de los diferenciales de los bonos de la periferia y de los mercados de valores, parece que los inversores podrían estar subestimando los riesgos.
«Es cierto que la probable intervención BCE contribuirían a garantizar la estabilidad financiera y respaldar el precio de los activos a corto plazo. Pero lo que parece seguro es que veremos una mayor volatilidad -sobre todo en las divisas- y una migración hacia activos «refugio seguro». Dada la incertidumbre que rodea a dicho ‘default’ , nos gustaría advertir contra la asignación una probabilidad muy baja a un evento que podría ser muy negativo para el mercado”, concluye el análisis de los tres expertos de MFS.