A medida que se intensifica el movimiento de asesores y la competencia en la gestión patrimonial y la banca, los ejecutivos bancarios recurren cada vez más a la tecnología para evitar amenazas y aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento, dice el último informe U.S. Private Banks & Trust Companies 2021: Competing with Technology de Cerulli.
De cara al futuro, el 65% de los ejecutivos bancarios espera que su empresa aumente su presupuesto de tecnología durante los próximos tres años, mientras que solo el 6% espera una disminución.
Tanto a través de desarrollos patentados como de la adopción de software de terceros, los ejecutivos están dedicando recursos sustanciales a iniciativas tecnológicas.
Apoyar a los asesores y aumentar la productividad a través de la tecnología ha sido un tema constante para los bancos privados durante los últimos años.
Sin embargo, en 2021, la iniciativa ha cobrado mayor impulso, con un 61% de los ejecutivos de bancos privados y fideicomisos que afirman que un mejor apoyo a los asesores con tecnología es una prioridad estratégica muy importante.
“Los bancos están tratando de defenderse del movimiento de asesores. Dado que el desgaste de los asesores se está convirtiendo en una amenaza considerable en los bancos privados y el espacio fiduciario bancario, las empresas están invirtiendo miles de millones de dólares al año para agregar tecnologías que pueden aliviar significativamente las cargas innecesarias para los asesores”, según Chayce Horton, analista senior de la gestora.
Además, invertir en capacidades digitales para mejorar la experiencia del cliente es una de las principales prioridades para el 90% de los ejecutivos bancarios.
La implementación de tecnología orientada al cliente superó las preocupaciones de gestión de cumplimiento y regulatorias en 2021 para convertirse en la segunda iniciativa estratégica más importante entre los ejecutivos de bancos privados y firmas fiduciarias.
Más allá de mejorar la experiencia del asesor y del cliente, un 48% de los ejecutivos bancarios están evaluando formas de gestionar la reputación y el riesgo cultural. Con numerosos escándalos en la industria y el escrutinio resultante tanto de los reguladores como de los clientes, la gestión de la reputación es fundamental.
Al mismo tiempo, las empresas también están cada vez más preocupadas por la cultura interna, las prácticas comerciales y los requisitos reglamentarios.
“El cambio a las tarifas basadas en AUM, la reducción del reparto de ingresos y las funciones de diligencia debida más centralizadas, en gran parte influenciadas por Reg BI, ha tenido un impacto en todos los administradores de patrimonio. Esto ha provocado que muchas empresas busquen la diferenciación a través de servicios de valor agregado mejor servidos por la tecnología, como la gestión fiscal o la inversión personalizada, que a menudo se ofrecen a través de soluciones de indexación directa”, relfexionó Horton.
La implementación de estos objetivos estratégicos requerirá que los bancos prioricen la inversión en tecnología, y la mayoría de los líderes comprenden la importancia de asignar recursos hacia estos objetivos.
“El negocio debe estar alineado en torno a una estrategia sólida y objetivos formulados para garantizar que las grandes inversiones tengan el mayor impacto”, concluyó Horton.