Desde Diaphanum reconocen que 2019 no ha tenido absolutamente nada que ver con 2018. El año terminó con todos los activos en positivo y comenzó un 2020 donde los riesgo se moderaron, en particular las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Para este año, la gestora se presenta muy positiva en tesorería y positiva en alternativos, mientras que permanece neutral en renta fija y variable, y muy negativa en deuda de gobiernos.
“En 2019 decidimos subir nuestra exposición en renta variable y en este 2020 nos movemos hacia una posición más neutral. El año pasado, todos los activos tuvieron un retorno razonable, por encima de la inflación. Todo el riesgo tomado ha sido compensado”, ha señalado Miguel Ángel García, director de Inversiones de Diaphanum, durante la presentación de las perspectivas de la firma para 2020.
El comportamiento excepcional de las bolsas en 2019 ha llevado a los múltiplos a su media histórica, por lo que Diaphanum espera que el crecimiento de las bolsas venga de los beneficios y que éstos crezcan en torno al 10%, lo que supone una revisión a la baja. La entidad recomienda invertir en EE.UU. y emergentes, antes que en Europa y Japón, y sobrepondera compañías de consumo no cíclico, tecnología y especulativamente del sector financiero.
“Como en ejercicios anteriores es probable que se realicen revisiones a la baja a medida que avanza el año. La relación entre las cotizaciones y los resultados (PER) está en media histórica en la mayor parte de los mercados. Si vemos una subida en exceso, nos acabaríamos encontrando ante una disrupción entre la valoración y la acción, y un encarecimiento de los precios. Básicamente el potencial de revalorización dependerá del crecimiento de los beneficios”, añade García. Además, matiza que se encuentran cómodos con el nivel de riesgo que ya tienen, lo que explica su posición de neutral en renta variable.
Apuesta estratégica
En cambio, la apuesta más estratégica que Diaphanum mantiene en su cartera es la tesorería, posición sobre la que está muy positivo. “Mantenemos nuestra apuesta por la tesorería como el instrumento apropiado para reducir la volatilidad de las carteras y preservar capital, compensando el riesgo de perder en renta fija”, argumenta García.
Según ha explicado Javier Riaño, miembro del equipo de inversiones de Diaphanum, su determinación a favor de la tesorería se debe al nivel de los tipos interbancarios, al poco rendimiento que ofrece la renta fija y a la necesidad de buscar alternativas más atractivas a la renta fija. “No cabe esperar una subida de tipos hasta que repunte la inflación, con lo que probablemente va a permanecer al menos dos años en estos niveles. Así que, dado el riesgo de perder en renta fija, sobreponderamos la tesorería, para que no aumente sensiblemente la volatilidad de las carteras”, matiza Riaño.
A 31 de diciembre de 2019, su cartera modelo conservadora tenía un 68,75% en tesorería, la moderada un 43,85%, la equilibrada un 36,24% y la agresiva un 22,43%, lo que da buena cuenta de la apuesta por la liquidez que hacen en la entidad.
En este sentido, la firma se muestra muy negativa en renta fija y considera que los bonos gubernamentales europeos siguen con valoraciones artificiales, influenciadas por la política monetaria expansiva. Para Riaño, “se están adquiriendo bonos con tipos negativos con carácter especulativo, esperando una revalorización adicional por la intervención del BCE. Esperamos que la situación se vaya normalizando si el crecimiento y la inflación se reactivan”.
Diaphanum aclara que la mayor parte de los bonos gubernamentales europeos está dando rentabilidades negativas influenciadas por las compras del BCE que, aparte de reinvertir los vencimientos, inició un programa de compras por 20.000 millones de euros al mes. “Se trata de una situación artificial y esperamos que el BCE sea capaz de normalizarla, sin que se produzcan movimientos bruscos de las rentabilidades”, explica Riaño. En el caso del bono americano, Diaphanum considera que siguen siendo una opción atractiva, pero con el problema del tipo de cambio. Sobre los bonos corporativos, los diferenciales se han estrechado y las valoraciones están muy ajustadas principalmente en los de mayor calidad, donde la entidad no ve recorrido.
Por último, la compañía también recomienda inversiones alternativas, canalizadas a través de fondos de bajo riesgo, para suplir la baja rentabilidad que se puede obtener en activos caros o de bajo rendimiento. “En especial vemos interesante el retorno absoluto, los activos inmobiliarios y las materias primas”, apunta García. Para sus fondos, la entidad prefiere aquellos que tienen baja volatilidad y con expectativas de retornos reducido, “lo cual es lógico dado los activos a los que están sustituyendo”, añade. En este sentido uno de los activos que incluido en su cartera es el oro. Según explica García, es un activo cuya revalorización es segura, sobre todo ante eventos geopolíticos.
Perspectivas 2020
Esta distribución de los activos responde a la visión que tiene la gestora sobre este año. En principio sostiene que el crecimiento global continuará principalmente empujado por Estados Unidos y los países emergentes asiáticos. En cambio para los países avanzados, entre ellos los europeos, prevé un crecimiento similar al actual.
En cuanto a los riesgos, García explica que “un posible recrudecimiento de la guerra comercial, las tensiones asociadas a las elecciones en EE.UU. y el recalentamiento de su economía, el incremento de las tensiones en Oriente Medio y el exceso de deuda a nivel global, se sitúan como las principales trabajas para el crecimiento global”.
Por último, la gestora señala que el papel de los bancos centrales seguirá siendo determinante, así como su postura acomodaticia. Según sus previsiones, la política monetaria no ofrecerá grandes sobresaltos a lo largo de 2020, la Fed mantendrá los tipos estables y el BCE seguirá con tipos en el -0,5% y con la compra de activos, mientras que el BoE actuará más en función del resultado del Brexit.