Todos debemos remar en la misma dirección, hacia una economía neutra en carbono. En esta transición, la gestión de activos juega un papel crucial donde no solo es importante que los inversores reduzcan la exposición al carbono en sus carteras y estén alineadas con un futuro verde, sino que también comprueben que esas carteras están contribuyendo realmente a resolver el desafío climático. Sin embargo, en este camino habrá ganadores y perdedores, y los inversores deberán localizar las oportunidades para no perderse la ola de la revolución sostenible.
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