En muchos aspectos, los bien conocidos factores de miedo de 2015 volvieron a situarse en primer plano en la primera quincena de 2016. La volatilidad de los mercados repuntó en plena acentuación de temores sobre la debilidad del crecimiento en China, las tensiones geopolíticas y las caídas de los precios del petróleo. Para NN Investment Partners, este panorama justifica cierta cautela en la postura equilibrada adoptada en la asignación de activos.
La melodía con que comenzó 2016 resulta familiar: la depreciación del yuan y la caída de los precios del crudo desataron un nuevo episodio de aversión al riesgo en los mercados financieros. De hecho, China sigue siendo un factor crucial para el comercio mundial y los mercados de materias primas, al tiempo que la falta de limitación por el lado de la oferta en el mercado del petróleo continúa lastrando los segmentos del mercado sensibles a la evolución del crudo, explica la firma en uno de sus últimos informes de mercado.
“¿Significa esto que estemos en la misma situación que en agosto de 2015, cuando la intensificación de la aversión al riesgo indujo graves correcciones en el mercado? ¿Deberían abalanzarse los inversores sobre activos defensivos como el oro, efectivo o los valores de deuda pública más seguros?”, se pregunta NN IP.
La respuesta es clara: No necesariamente. Aunque los analistas de la firma coinciden en que la actual volatilidad justifica cierta cautela, al mismo tiempo, también estiman que el abaratamiento del petróleo debería ser a medio o largo plazo inequívocamente positivo para el crecimiento global y que la coyuntura macroeconómica china justifica una depreciación del yuan.
En este contexto, NN IP considera que en la turbulenta situación actual de los mercados todavía hay alternativas antes que lanzarse a por activos puramente defensivos. “Esta clase de estrategia sólo tendría sentido si a la fragilidad de los mercados se uniese un desplome del panorama macroeconómico”, dicen.
Dado que ese no es el escenario base, la gestora holandesa ha optado por mantener una asignación equilibrada entre todas las clases de activos y asumir un riesgo moderado. “Llevándolo a lo extremo, incluso parece más atractivo buscar las alternativas de inversión creadas por el temor de otros”, reza el informe.
“Por consiguiente, hemos iniciado 2016 con un posicionamiento neutral, aunque presidido por la prudencia, en la asignación de activos. Hemos devuelto nuestra posición en renta variable de leve sobreponderación a un nivel neutral. Hemos mantenido la ligera posición sobreponderada en el sector inmobiliario. Y seguimos teniendo pequeñas infraponderaciones en otras clases de activos, como productos de renta fija privada, materias primas y valores de deuda pública”, explica.