En opinión de Aditya Khowala, gestor del FF American Growth Fund, frente a la subida del 30% de las acciones estadounidenses, el mercado se moverá en 2014 al ritmo de los beneficios empresariales, que no superarán el 4%-5%. “No creo que los valores del sector financiero y energético vayan a conseguir en su conjunto los crecimientos de los beneficios que el mercado espera”, afirma el gestor del fondo de Fidelity Worldwide Investments.
En este sentido, reivindica la importancia de encontrar empresas con valoraciones atractivas y buenas perspectivas de beneficios, frente al modesto avance del PIB previsto. Así, su cartera se centra en empresas que pueden incrementar sus beneficios, por lo que se adapta especialmente bien a un entorno de mercado en el que los valores ya han experimentado una considerable revisión al alza de sus valoraciones. Las empresas capaces de incrementar sus beneficios deberían ser capaces de diferenciarse en lo que a rentabilidad bursátil se refiere en 2014, en su opinión.
Una forma de aumentar el éxito en esta búsqueda de empresas con altos beneficios es apostar por las tendencias estructurales, como la demográfica, y por eso adopta un enfoque temático a la hora de invertir. “Invierto aplicando un enfoque sin restricciones con un componente temático, ya que creo que las grandes tendencias tienen potencial para ejercer una gran influencia en la evolución de las bolsas a lo largo del tiempo”, explica. Su enfoque ascendente a la hora de seleccionar valores se “afina”, pues, con un marco temático que intenta identificar las tendencias a largo plazo más importantes y sus beneficiarios. El elemento clave del proceso es identificar a los ganadores a largo plazo de estas tendencias de crecimiento.
Actualmente, centra la inversión del fondo en empresas que se benefician de cuatro tendencias amplias, duraderas y descorrelacionadas entre sí: el renacimiento de las manufacturas estadounidenses; las comunicaciones en la era móvil; el envejecimiento de la población de los mercados desarrollados; y el auge de la clase media en los mercados emergentes.
1. El renacimiento de las manufacturas estadounidenses
El abaratamiento de la energía en EE.UU. está dando lugar a un renacimiento industrial que tendrá implicaciones en toda la economía. El petróleo y el gas de esquisto han reducido considerablemente los costes de explotación de las empresas que utilizan estas materias primas y están animando a las empresas estadounidenses a repatriar operaciones de producción. El hecho de que la economía mexicana pueda suministrar mano de obra abundante y que EE.UU. tenga una ventaja demográfica frente a sus homólogos desarrollados también está propiciando una ventaja en el plano laboral. De hecho, se prevé que los costes laborales y energéticos hagan de los EE.UU. uno de los países del mundo desarrollado con los costes más bajos.
Para el gestor, las ventajas de la reindustrialización estadounidense probablemente tengan repercusiones en una amplia gama de sectores, como los equipos de transporte, los productos químicos, los productos del petróleo y el carbón, la maquinaria, los equipos eléctricos y los metales primarios.
2. Las comunicaciones en la era móvil
La proliferación de los teléfonos inteligentes y las tabletas han cambiado de forma permanente la forma en que comunicamos y consumimos datos. Esto se refleja en el hecho de que la tasa de crecimiento de los dispositivos móviles ha eclipsado el boom de las ventas de ordenadores personales en las décadas de 1980 y 1990. De cara al futuro, el tráfico de datos en las redes móviles proseguirá con su crecimiento exponencial, sobre todo a medida que acelere la convergencia de las diferentes modalidades.
Con el fin de asumir este gran incremento de los datos, las infraestructuras de red actuales tendrán que ampliarse y aumentará la demanda de productos de almacenamiento, seguridad y afines. Al mismo tiempo, estas nuevas redes harán posible todo un abanico de nuevos servicios y, en este sentido, ya estamos viendo una explosión de nuevas aplicaciones.
3. El envejecimiento de la población en los mercados desarrollados
Ésta es una tendencia con un desarrollo de varias décadas e implicaciones visibles. Por ejemplo, los consumidores que envejecen muestran una serie de conductas: valoran su nivel de vida, valoran su salud y su tiempo de descanso y gastan una parte importante de su renta en servicios sanitarios y viajes/ocio.
4. El auge de la clase media en los mercados emergentes
El crecimiento de la clase media emergente es una tendencia estructural a largo plazo que tiene importantes repercusiones para los patrones de consumo. Se prevé que alrededor de 3.000 millones de personas se incorporen a la clase media durante las dos próximas décadas, por lo que es probable una gran demanda de productos, infraestructuras y servicios relacionados. Esta tendencia puede aprovecharse de diferentes formas, por ejemplo invirtiendo en empresas de productos para la infancia, cosméticos o viajes. El gestor se centra en empresas con marcas fuertes y poder de fijación de precios, abundantes en el sector de consumo de EE.UU. o en firmas como MasterCard.
“Me llena de optimismo el hecho de que sigo encontrando empresas con valoraciones atractivas y con buenas perspectivas de beneficios frente al modesto crecimiento del PIB que preveo para el próximo año. En este entorno más selectivo, un enfoque de gestión activa basado en el análisis debería ser un elemento diferenciador clave para generar rentabilidades constantes”, apostilla el experto.