Tras las fuertes subidas vistas en los últimos meses en bolsa, la pregunta que se hace la gestora de GVC Gaesco es qué postura ha de adoptar tanto el que está fuera como dentro del mercado en estos momentos. La persona que está ya dentro, ¿ha de desinvertir y tomar beneficios o aún es pronto?; y la que aún no ha tomado posiciones, ¿puede entrar o ya es tarde? Jaume Puig, el director general GVC Gaesco Gestión, lo tiene claro: aunque el descuento actual se ha reducido, aún no lo ha hecho del todo y, aun cuando se termine, seguirán existiendo catalizadores para la continuidad de las subidas, como el aumento de los beneficios o el bajo euro. El QE, la baja volatilidad o la falta de alternativas también apoyarán a los mercados. Por eso, es momento de seguir invertido y también de entrar, de estar en bolsa en definitiva, porque actualmente se dan unas condiciones favorables que nadie sabe si persistirán a medio plazo.
En una reciente conferencia en Madrid, ofreció sus argumentos, con la base de una máxima de Antonio Machado que no le ha abandonado: “Solo un necio confunde valor y precio” y con la advertencia de que, al tomar decisiones cuando hay riesgo, o manejas la tensión emocional o puedes cometer muchos errores. “El inversor que no es capaz de pensar por sí mismo y diferenciarse de la masa, no tiene ninguna posibilidad en los mercados; es mejor que compre depósitos bancarios, porque va invertir a destiempo y la ola le arrastrará; hay que ser contrario y saber decir no. Es fácil ir con la ola pero hay que ser capaz de ir a contracorriente”, defiende.
Con estas convicciones, Puig reconoce que en el último año los desequilibrios en divisas, materias primas y renta variable se han reducido, al contrario que la renta fija. En el caso de las bolsas, ese camino hacia el equilibrio ha implicado subidas. Y, por eso, muchos ahora no se atreven a entrar, al temer que ya no quede más recorrido. Puig recuerda que las bolas han subido en los últimos seis años (un 162% total y 17% TAE en el caso del S&P 500; un 135% y 15% TAE en Japón, un 90% y 11% anual en Europa, un 10% al año en emergentes…) y que podrían seguir haciéndolo. “Hayan subido o bajado, lo que hay que preguntarse es si los mercados están caros o baratos”, asegura. Y su respuesta, a pesar de reconocer que la diferencia entre precio y valor fundamental se ha ido reduciendo, es que, aunque menos que en el pasado, aún queda descuento en Europa, España, Japón o los emergentes, y no en EE.UU.
“Gestionar estos años ha sido relativamente fácil porque el descuento era mayor, y la consigna era comprar, pero no es normal que haya descuentos de valoración tan fuertes. Han sido años muy buenos del value investing”, dice. Ahora todo ha cambiado: “Tres cuartas partes del descuento que había hace dos años ya no están, solo queda una cuarta parte”. Pero añade que aún el mercado está barato (tanto mirándolo desde una perspectiva fundamental como top down, pues los índices bursátiles han subido menos que el PIB en emergentes, Japón y Europa) y que, cuando el descuento desaparezca, todavía puede haber oportunidades porque éste no es la única fuente de retornos: también están los beneficios y el apoyo del efecto divisa.
“Dentro de un tiempo, ganar dinero dependerá más de la capacidad de anticipación del crecimiento de los beneficios, lo que requiere visión de futuro”, explica. Por ejemplo, de tendencias que tengan éxito como la de los coches automáticos, que juega en sus carteras con empresas de distinto tipo.
Aunque no niega la importancia del timing, y reconoce que normalmente en el periodo de noviembre a abril se obtienen más beneficios que de mayo a octubre, cree que, para quien no esté en bolsa, tiene seis meses para invertir. “Van a pasar cosas y habrá volatilidad, que puede aprovecharse favorablemente. No busquen excusas para no invertir, háganlo con paciencia y sin prisa porque tienen unos meses para actuar”.
No ceder a la tentación de vender
Puig defendió también la no desinversión tras las subidas de los últimos años. “Hay que recordar que aún estamos en años de volatilidad muy baja y en esos periodos las bolsas normalmente suben con fuerza, a pesar de que haya habido alzas en el pasado. Si alguien tiene tentación de vender, que se lo piense”, indicó. Otro argumento es la falta de alternativas: “De toda la renta fija emitida hoy en Europa, más del 80% paga menos del 1% y gran parte está en negativo”, recordó, y con rentabilidades muy bajas tanto en periodos de dos años como de cinco a siete años. Como la inflación en la zona euro está en el entorno del 0,6% y todo lo que dé retornos por debajo implicará perder dinero, se mostró convencido en que la renta variable seguirá recibiendo flujos, “no solo del depositante a quien le vence el producto sino también de inversores internacionales, de Asia o Australia, entre los que la bolsa europea está de moda”, ante sus competitivos precios y también porque la recuperación económica de la eurozona está apoyada por un euro y un petróleo bajo, por unas empresas que crecen más que el resto y por el QE.
Puig también recordó que, aunque se acabe el descuento en los índices, eso no querrá decir que todos los valores estén justamente valorados: “Aunque lleguemos a un mercado totalmente valorado coexistirán empresas caras y baratas y selección de valores seguirá siendo clave”. Y tampoco hay que olvidar la teoría del péndulo: cuando las empresas empiezan a subir, no se paran en su valor justo, sino que lo normal es que se vayan al otro extremo: “Tras una época cara viene otra barata y viceversa”.
Por eso, concluye que “es muy cómodo vender y quedarse detrás de la muralla, pero no siempre los mercados van a estar como están ahora, baratos, ofreciendo buenos resultados y con las empresas favoreciéndose de unos costes laborales y financieros bajos, ventajas tecnológicas, y bajos precios de las materias primas, además de un euro bajo. Ahora es el momento y quizá en unos años no lo sea, así que para el inversor ya invertido recomiendo que aproveche el éxito, no venda en la comodidad, porque ahora las circunstancias son favorables y en un tiempo pueden cambiar”.
Los catalizadores de la bolsa europea
Entre los catalizadores de la bolsa europa están el bajo euro, el bajo petróleo y el QE del BCE. “El euro puede estar bajo varios años, y el QE no es causa de que suban las bolsas pero ayuda”, dice, aunque cree que los tipos pueden subir en la zona euro antes de lo esperado. Y también el petróleo será un factor muy favorable porque con cada caída del 10%, el PIB mundial sube un 0,2% y aún se nota más en Europa, Japón o el sudeste asiático, que gastan más crudo del que producen. “Y si es bueno para eurozona para España mejor, pues la importación del crudo supone el 4% del PIB”, dice.
Eso sí, advierte que los que crean que el crudo subirá a niveles de 100-120 dólares el barril igual no deberían comprar bolsa, pero aquellos que creen que se mantendrá bajo deben hacerlo. “Nuestra razón para pensar que estará bajo muchos años es que la producción de petróleo en el mundo es muy estable pero EE.UU. produce mucho más que hace años y, a parte de productores tradicionales, hay otros nuevos, los que usan la técnica del fracking. Antes se paraba la producción de crudo para que precios subieran pero la OPEP no ha hecho nada porque el nuevo competidor los ha asustado y la consigna es clara: bombear tanto petróleo como sea necesario para que baje el precio por debajo del coste de extracción del shale gas, para expulsar a esos competidores del mercado”, afirma. A 80 dólares, el 95% de las empresas son rentables, y a 60 dólares, todavía el 83%; por eso, para que no se desarrolle la competencia los precios han de estar muy bajos, argumenta Puig.