La Comisión Europea (CE) ha desvelado la hoja de ruta del “Objetivo 55” (1), que establece la transformación para que la Unión Europea logre la meta de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% antes de 2030. Este movimiento, en la opinión de Andrea Carzana, gestor de carteras, y Natalia Luna, analista temática de inversiones sénior en inversión responsable en Columbia Threadneedle Investments, se trata de un paso crucial para garantizar que la UE se sitúe en la senda de la neutralidad climática de aquí a 2050.
El paquete aporta atomización y exhaustividad en cuanto a cómo se pueden lograr estas reducciones. Se debatirá y votará en el Parlamento Europeo y los estados miembros antes de implementarse, por lo que puede que no todas las propuestas acaben materializándose en ley. No obstante, a juicio de la gestora, es un magnífico punto de partida.
Reviste también cierto interés el análisis de cómo el marco propuesto beneficiará a los temas sostenibles que se ha fijado como objetivo el fondo Threadneedle (Lux) Sustainable Outcomes Pan European Equity (SOPEE) Fund.
Impuesto fronterizo sobre las emisiones de carbono
El mecanismo de ajuste en fronteras de las emisiones de carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) se aplicará, en un principio, al cemento, los fertilizantes, el hierro y el aluminio, el acero, el aluminio y la generación de electricidad, así como a las emisiones directas de alcance (2). Los importadores tendrán que pagar impuestos sobre las emisiones de carbono derivadas de sus productos sobre la base del precio del carbono de la UE. Esto se implementará en un periodo de tres años a partir de 2023, y podrá extenderse a otros sectores después de 2026.
Los derechos de emisión gratuitos se irán eliminando de manera paulatina para estos sectores subsiguientes hasta 2035, y disminuirán a un ritmo del 10% anual hasta llegar a cero. Esto constituye un factor positivo para el segmento de la construcción y una línea en el fondo SOPEE, como la firma de materiales de construcción CRH2, ya que los derechos de emisión de carbono gratuitos podrían suprimirse ya en 2023. Ahora bien, la fecha propuesta significa que el sector solo tendrá que afrontar la totalidad del coste incremental del carbono en 2035, lo que da más tiempo para acelerar los planes de reducción de emisiones y ajustar los precios a un nivel más alto.
El aspecto más positivo e influyente del CBAM estriba en que supone un punto de partida, que anuncia una normativa sobre el carbono mucho más estricta a nivel mundial. El retraso en la implementación podría desembocar en que el CBAM se convertiría en una herramienta potente para impulsar la aceleración de los planes de descarbonización en otros países, e incentivaría un mayor debate en torno a la descarbonización del planeta y las metas en materia climática.
Segmentos aéreo y marítimo
La CE propone que, a lo largo de los próximos años, los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) se mezclen con el combustible de aviación en los vuelos con salida desde cualquier aeropuerto de la UE con el fin de estimular la reducción de emisiones, un asunto que trató la gestora en una reciente opinión (3). La propuesta ahora es que se incluya un 2% de SAF de aquí a 2025, un 5% de aquí a 2030 y un 25% de aquí a 2035, una subida respecto del nivel actual, que ronda el 0,1%.
El sector de la aviación también se ha incorporado al régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) de la UE. Los sectores que abarca el ETS de la UE revisado —que será testigo de un mayor endurecimiento del mercado en apoyo de unos mayores precios del carbono— tendrán que mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero en un 61% de aquí a 2030 frente a los niveles de 2005. Esto derivará en una rebaja del 4,2% anual en la asignación de créditos gratuitos del sector sobre la base de los vuelos registrados en 2010.
Estas propuestas supondrán unos costes adicionales para el sector de la aviación, de tal manera que habrá ganadores y perdedores. Las aerolíneas deberán tener en cuenta la adopción de SAF y la compra de certificados de carbono, y su éxito dependerá de su capacidad para trasladar los costes a los clientes.
Para una compañía como Neste, el mayor productor mundial de diésel renovable y refinado de combustible de aviación sostenible a partir de desechos y residuos y con una posición en el fondo Threadneedle (Lux) Sustainable Outcomes Pan European Equity, esto resulta muy positivo, dado que la producción de SAF de Neste está creciendo desde cerca de las 100.000 toneladas métricas anuales a en torno a los 1,5 millones de toneladas métricas anuales de aquí a 2024 (4).
El sector marítimo también se ha incorporado al ETS de la UE, y esto incidirá en los viajes intracomunitarios, el 50% de las emisiones de los viajes extracomunitarios y las emisiones que se produzcan en el atraque en un puerto de la UE. El sector deberá mitigar la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero (frente a un valor de referencia que aún está por establecerse) en un 2% de aquí al 2025, en un 6% para 2030, en un 13% de aquí al 2035, en un 26% de aquí a 2040, en un 59% para 2045 y en un 75% de aquí a 2050.
Ni el queroseno utilizado en la industria de la aviación ni el petróleo pesado empleado en el transporte marítimo quedarán totalmente exentos de impuestos sobre la energía en los viajes intracomunitarios. A lo largo de 10 años, los tipos impositivos mínimos para estos combustibles se incrementarán, mientras que los combustibles sostenibles sacarán partido de un tipo cero que espoleará su aceptación y adopción.
Vehículos eléctricos
La fabricación de coches en la UE revelará un carácter plenamente eléctrico de aquí a 2035. El “Objetivo 55” propone una reducción del 55% en las emisiones de los coches nuevos para 2030 y del 100% de aquí a 2035. Esto conlleva una eliminación progresiva de los vehículos con motor de combustión interna para 2035 —una reducción de las emisiones más rápida de lo previsto—, lo que requerirá un crecimiento más raudo de los vehículos eléctricos (VE). Ahora bien, esto plantearía un desafío para los fabricantes de automóviles y también requeriría que se acelerara el despliegue de la infraestructura para los VE, lo que incluiría un aumento en el número de puntos de carga hasta un total de un millón de aquí a 2025 y de tres millones de aquí a 2030.
Esto es muy positivo para las empresas de semiconductores, que desempeñan un papel clave en este despliegue. Infineon, en la que Threadneedle (Lux) Sustainable Outcomes Pan European Equity mantiene una posición, es el líder del mercado en el segmento de los semiconductores de potencia, un mercado que debería experimentar un espléndido crecimiento, ya que estas propuestas significan que la cifra de vehículos eléctricos en la carretera sencillamente tiene que aumentar. Las empresas de equipos eléctricos como Schneider también se beneficiarán, ya que resultan fundamentales para la implantación de la red de puntos de carga.
Renovación de edificios
La hoja de ruta ha incrementado el objetivo de ahorro y eficiencia energética al 36% para 2030, frente al 32,5%. Existe también un nuevo objetivo vinculante que establece un incremento anual del 1,1% en las energías renovables que se emplean en los sistemas de calefacción y refrigeración, un escenario en el que las renovables representarían un 49% del uso energético de los edificios de aquí a 2030.
Columbia Threadneedle ya trató este tema en un artículo de opinión a finales de 2020, si bien las propuestas van ahora más allá. Con anterioridad, el requisito se circunscribía a la renovación de los edificios gubernamentales, aunque ahora el sector público tendrá que renovar el 3% de sus edificios cada año, en lo que se incluyen las escuelas y los hospitales. Ahora bien, lograr estos objetivos de eficiencia exigirá unas políticas de mayor respaldo en términos de financiación, incentivos y otras regulaciones.
Aunque la normativa sobre el carbono sigue representando una rémora a corto plazo para el sector de la construcción, a largo plazo las nuevas normas de la UE resultan un factor positivo y podrían beneficiar a los líderes de la descarbonización con un mayor acceso al capital y una base de costes relativos potencialmente más baja. En el caso de firmas con posiciones en el fondo Threadneedle (Lux) Sustainable Outcomes Pan European Equity como Belimo, SIKA y Schneider, esto debería desembocar en un alto nivel de crecimiento orgánico sostenido con un fuerte poder de fijación de precios. Las compañías eléctricas también sacarán partido, ya que los edificios comerciales y residenciales revestirán vital importancia para la transformación energética de la red.