Los inversores de criptomonedas son un grupo «inconstante que se mueven de una moneda a otra dependiendo de su capacidad para lograr el coste más eficaz para su inversión». Según el análisis de James Butterfill, director de Análisis y Estrategia de Inversión en ETF Securities, “esta búsqueda ha resultado ser lucrativa para ellos, pero como consecuencia los precios de las herramientas usadas en las criptomonedas son altas, algo similar a lo que ocurrió con la fiebre del oro visto en el siglo XIX”.
Como curiosidad, durante la fiebre de oro de California, se disparó el precio de las herramientas usadas para extraerlo. “Las cacerolas que se necesitan normalmente costaban veinte centavos antes de la fiebre en 1848, pero luego aumentaron, bruscamente, en pocos años hasta los ocho dólares”, señala como anécdota Butterfill quien considera que actualmente ocurre algo similar pero con las criptomonedas.
En este sentido, la subida de los precios de las criptomonedas más populares, como Bitcoin y Ethereum, ha llevado a algunos grandes inversores a desarrollar “granjas de servidores de búsqueda” con una gran capacidad de procesamiento. “Es una inversión sencilla”, explica Butterfill, “una vez que la infraestructura está configurada y es autónoma, no hay mucho más que hacer que preocuparse por el precio fluctuante y su punto de equilibrio”.
Aún así, esta actividad tiene dos costes importantes. Uno coste es el inicial, que está relacionado con el hardware, y el otro es el consumo de energía. “A los precios actuales de Ethereum, teniendo en cuenta la volatilidad, es posible que un inversor alcance el punto de equilibrio en menos de seis meses, dependiendo de los costes justamente de la energía. En consecuencia, estas granjas de servidores se encuentran a menudo en lugares donde los costes de energía son bajos; lo que mejora el punto de equilibrio”, explica Butterfill.
En su opinión, es normal que los precios de los equipos disminuyan con el tiempo, ya que los nuevos modelos van dejando obsoletos los anteriores. Aun así este experto defiende que se ha vuelto cada vez más difícil buscar Bitcoin debido a la “exigente potencia del procesador que se necesita, en particular cuando el inversor es un aficionado”.
Esto ha provocado que muchos usuarios pasaran de invertir en Bitcoin a inveritr en Ethereum, creando una volatilidad significativa en ambas monedas. “Pero ahora es cada vez más difícil extraer a Ethereum también”, reconoce Butterfill.