El impacto del COVID-19 en la economía mundial, y española, no tiene precedentes ni puede compararse con otras crisis sanitarias. La reducción de la actividad económica afecta tanto a la oferta como a la demanda, el contagio escalonado por países dificulta la recuperación de la economía global y todo eso se traslada a los mercados, que llevan semanas sufriendo. En este entorno, ¿dónde puede el inversor encontrar refugio en esta situación de incertidumbre? ¿Debe dejar de invertir o puede refugiarse en determinados activos o sectores?
Lo primero que conviene aclarar es que esta crisis no es como las anteriores, pues viene provocada por un shock de la oferta, consecuencia de la obligatoriedad de mantener cerrados todos los negocios no esenciales y a los consumidores recluidos en sus hogares. Por ello, Salomé Bouzas, analista de inversiones de Tressis, recuerda que “esto hace más complicado analizar esta crisis, ya que no podemos tomar como referencia otras, como la de 2008”.
En este contexto, los expertos hablan del valor refugio de la liquidez, determinados sectores o compañías dentro de la renta variable y matizan el valor refugio que supone el oro, la deuda pública o el dólar estadounidense.
“En estos momentos, el verdadero activo refugio es la liquidez”, subrayan Antonio Cánovas del Castillo y Alberto Sánchez Salazar, gestores del fondo euro de renta variable Altair European Opportunities.
Más allá de la liquidez, la renta variable ofrece también oportunidades. Al invertir en bolsa, los expertos advierten de que no existen sectores que sean la panacea y explican que, a medida que evolucione la crisis, habrá sectores con mayor o menor atractivo dependiendo del momento. Asimismo, subrayan la importancia de estar atento a las caídas por sectores, ya que “pueden provocar rebotes incluso en sectores desfavorecidos cuando los precios descuentan escenarios apocalípticos”. “Hemos reducido nuestra exposición a los sectores directamente afectados por la crisis y también a aquellos que, aunque a primera vista no deberían sufrir, tienen a muchos de sus clientes en sectores afectados”, añaden desde Altair.
Con todo, explican, «no creemos que sea tanto una cuestión de qué sectores pueden comportarse mejor si no de compañías”, asegura Bouzas. En este sentido, las gestoras abogan por empresas con fuertes posicionamientos de mercado, ingresos recurrentes y estables, generación de caja sostenible y, sobre todo, que hayan estado operando con poco apalancamiento o incluso caja neta. Éstas serán las empresas que navegarán mejor durante esta crisis.
Alimentación, sector salud y compañías eléctricas: las áreas menos perjudicados
En todo caso, los gestores consultados apuntan a diversos sectores que, desde su punto de vista, deberían comportarse mejor en esta crisis. Los expertos coinciden en que aquellos sectores con una atención cara a cara limitada o con facilidad para aplicar medidas como el teletrabajo deberían verse menos afectados. Es el caso, por ejemplo, de la industria de juegos, los medios de comunicación, los centros de datos, almacenamiento y apartamentos de viviendas residenciales. Además, los supermercados y las compañías especializadas en el reparto de comida y otros bienes a domicilio, así como artículos de primera necesidad, representan otros de los sectores que los expertos consideran tendrán un mejor comportamiento en este escenario.
Alfonso de Gregorio, director de Renta Variable en Trea apunta, por su parte, a todas aquellas empresas que actúen dentro de negocios regulados. En este sentido, el sector de las eléctricas puede actuar como refugio para los inversores, ya que su actividad es relativamente independiente del consumo. Es el caso, por ejemplo de EDP y EDP Renovable, empresas portuguesas del sector eléctrico que también deberían actuar como refugio para los inversores. También dentro del sector de negocios regulados, De Gregorio subraya el valor del Grupo ACS. Esta compañía, especializada en la gestión de residuos urbanos y aguas, puede actuar como valor defensivo en este entorno de crisis.
Otro de los sectores menos perjudicados por este escenario económico será, según los expertos, el farmacéutico. Así, el gestor destaca valores como Grifols y Rovi, compañías con una cuenta de resultados y un balance muy sólidos, saneados y consistentes.
Sectores con poder de fijación de precios
Por otro lado, David Polak, director de Inversiones de Capital Group, señala que es poco probable que las pautas de comportamiento de los consumidores cambien mucho en las industrias de viajes y la hostelería: “Los acontecimientos del 11 de septiembre no hicieron descarrilar esta megatendencia, y es poco probable que el impacto de COVID-19 en ellas se extienda en el largo plazo”, explica.
En consecuencia, dice, buscarán puntos de entrada apropiados para añadir o iniciar posiciones en empresas de industrias estructuralmente aventajadas con poder de fijación de precios que se beneficien de las tendencias seculares y, al mismo tiempo, tengan una ventaja a largo plazo debido a la ajustada dinámica de la oferta y la demanda. Es el caso del sector aeroespacial, las aerolíneas o las líneas de cruceros. “Son áreas de interés, aunque todavía puede ser pronto”, añaden desde Credit Suisse.
Asimismo, los semiconductores y el software son otra industria con un poder de fijación de precios duradero, dada la consolidación del sector en la última década y la demanda a largo plazo. Además, este tipo de compañías cuentan con la ventaja de poder aplicar el teletrabajo a sus rutinas, facilitando el desarrollo de tareas, el trabajo en equipo y la comunicación a distancia. En este sector, Alfonso de Gregorio destaca la compañía Cellnex como “un activo refugio bastante interesante”.
Dólar, oro y deuda alemana y estadounidense: ¿valores refugio tradicionales?
Más allá de la renta variable, divisas como el dólar estadounidense o la deuda pública del país, y el oro han sido activos refugio tradicionales. Pero, ¿serán efectivos ahora? “Es difícil establecer activos refugio en una situación como ésta”, asegura Bouzas. Analizando esta crisis desde un punto de vista tradicional, los activos refugio serían el dólar americano, el oro, la deuda alemana y la estadounidense. No obstante, desde la gestora destacan que ninguno de ellos se ha mostrado como tal en el último mes. “Si bien todos han tenido episodios en los que han recogido flujos que salían de activos más arriesgados, también han tenido otras sesiones que, siendo bajistas para la renta variable, estos también han sufrido, correlacionando de forma muy relevante”, subraya Bouzas.
En consecuencia, desde Tressis advierten de que hay que tomar las posiciones en deuda con “especial cautela”. Los esfuerzos fiscales que están llevando a cabo los gobiernos “puede llevarnos posteriormente a problemas con importantes déficits gubernamentales”, advierte el gestor.
Asimismo, y con respecto al oro, se trata de un activo que, desde aproximadamente el año 200, se ha generalizado y extendido su uso en dispositivos electrónicos. Sin embargo, no está respondiendo como activo refugio como hacía previamente, advierten desde Tressis. “Creemos que es un elemento que descorrelaciona carteras pero que puede defraudarnos si lo mantenemos con la idea de que actúe como colchón cuando todo caiga”, asegura Bouzos.
Lo que sí destacan es el valor como activo refugio del dólar americano, ya que “puede tener más sentido”. No obstante, Bouzas advierte de su riesgo ya que “la cotización de las divisas es uno de los movimientos más difíciles de prever dentro de todo el universo financiero”.