En opinión de Jacob Vijverberg, cogestor del Kames Global Diversified Income Fund, parte de Aegon Asset Management, los bancos europeos han unas escasas rentabilidades de inversión desde la crisis financiera y no parece que la situación vaya a cambiar a corto plazo. En este sentido, el cogestor se plantea hasta qué punto continúan los problemas para la banca europea.
Como explica Vijverberg, si en 2009 hubiésemos invertido 100 euros en bancos europeos, ahora mismo contaríamos con unos 120 euros, lo que equivale a una exigua rentabilidad del 1,5% al año; por comparar, incluso los bunds alemanes han generado rentabilidades más altas, de aproximadamente el 3,5% al año, en el mismo periodo. Y, desafortunadamente para los inversores, el gestor cree que las rentabilidades seguirán siendo pobres en el futuro próximo, ya que el sector bancario se enfrenta a diversos problemas.
Para empezar, Vijverberg menciona la avalancha de regulación financiera puesta en marcha desde la crisis, que ha elevado las exigencias de capital, erosionando la rentabilidad del capital de las entidades bancarias. “El aumento de las ratios de capital, que refuerza la resistencia de los bancos en momentos de crisis, resulta positivo para los depositantes y los contribuyentes pero se traduce en menores rentabilidades de capital para los inversores. Aunque los bancos obtienen aproximadamente la misma rentabilidad por sus activos que antes de la crisis, ahora esas rentabilidades deben repartirse entre un capital reglamentario más elevado”, explica.
El experto señala, además, que los bancos se enfrentan a una dura competencia. “Europa está demasiado bancarizada. Independientemente del dato que usemos, ya sea el número de oficinas, de empleados o los préstamos como porcentaje del PIB, hay demasiados bancos en Europa compitiendo por los mismos clientes, lo que presiona a la baja las comisiones y los ingresos por intereses. Las entidades también se ven amenazadas por las empresas de tecnología financiera o fintech que, aunque de momento no les han afectado mucho, probablemente ganarán terreno gracias, entre otras cosas, a la nueva regulación europea”, asegura.
Por otra parte, los márgenes financieros de los bancos se están reduciendo porque la diferencia entre los intereses que pagan por sus pasivos (principalmente, depósitos) y los que reciben por sus activos (préstamos e hipotecas) es cada vez menor. “Muchos bancos son conscientes de la precaria situación en la que se encuentran y están buscando fuentes de rentas adicionales, lo que está llevando a muchas entidades a ofrecer servicios de pago que no requieren capital, como el asesoramiento financiero o la gestión de activos. Sin embargo, en esos segmentos los beneficios también son limitados o se están reduciendo a consecuencia de la tecnología, la regulación o la presión sobre los costes”, sostiene Vijverberg.
En su opinión, resulta obvio que los mercados financieros son conscientes de que la banca se enfrenta a estos problemas y por eso el sector cotiza a múltiplos bajos. “Aun así, y pese a las bajas valoraciones, creemos que las acciones de bancos generarán rentabilidades decepcionantes en general. Por eso estamos siendo muy selectivos en nuestra exposición al sector ya que, pese a todos estos factores, hay algunas entidades que están logrando obtener rentabilidades más altas sobre los recursos propios gracias a unas ratios de costes más bajas y a una oferta digital más potente”, concluye el cogestor.